—Me siento animada. —Reí descontroladamente, echando mi cabeza hacia atrás.
—Abigail, solamente tomaste dos copas. —Declaro Zayn, una sonrisa se asomaba por sus labios.
Evadí mi borrachera, levantando mi copa hacia él—. Mas. —Ordene.
— ¿No crees que tuviste suficiente?
Negué con la cabeza intensamente—. No. ¡Más!
Suspire, sujetando la botella del delicioso y costoso vino y sirviendo más en mi copa. Mientras llevaba la copa a mis labios, me estremecí.
— ¿Frío?
Después de que cocinamos y tuvimos nuestro almuerzo especial, el Amo Zayn me llevo arriba con él para relajarme en el lado de la piscina de su piscina infinita, donde el corto día de invierno pasó rápidamente y ahora estábamos bajo el sol que se ocultaba ante nosotros. Mientras oscurecía, la temperatura disminuía y no pude evitar acurrucarme y abrazar mis rodillas contra mi pecho en la silla de jardín de lujo sobre la que me sentaba.
—Un poco. —Conteste sincera.
—Ven aquí.
Lo observe, enarcando las cejas—. ¿Qué?
—Dije, ven aquí. —Repitió, señalando que fuera hacia él. Dudé, pero después me puse de pie temblorosamente, atontada por el alcohol. Di dos pasos hacia donde estaba Zayn sentado en su lujosa silla y baje la mirada hacia él.
Sus manos fueron alrededor de mis caderas, jalándome hacia él. Se movió así yo estaba sentada entre sus piernas, con mi espalda contra su pecho y sus brazos a mi alrededor mientras observábamos a lo lejos.
Lentamente me relaje, disfrutando de la calidez y comodidad que su cuerpo me daba. Cerré mis ojos, respirando profundamente y llevando mi copa de vino de nuevo a mis labios.
Nos sentamos ahí con un cómodo silencio, sus dedos hacían pequeños círculos sobre mi estómago mientras veíamos como el cielo se oscurecía. Para este momento ya estaba oscuro, bebí algunas copas más del delicioso vino, perdí la cuenta de cuantos.
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Zayn:
—Hueles bien. —Soltó.
— ¿Qué?
—Hueles… bien. Como conejitos… y Nutella.
— ¿Qué? —Me moví, sobresaltado.
— ¡Eres mi Hombre Nutella! ¡El Hombre Nutella! Y yo soy la Chica Mantequilla de Maní. ¡Nos va bien juntos! ¡Hombre Nutella y Chica Mantequilla de Maní! ¿O tal vez mantequilla de almendra? ¡La mantequilla de almendra sabe mejor! Te pondré en una rebanada de pan tostado porque eres delicioso y-
—Abigail ¿estás bien? —Reí, interrumpiéndola. La Abigail era divertida ebria era un Abigail divertida.
Frunció el ceño, parecía sobresaltada—. ¿Estoy bien? ¿Hay algo que está mal? ¿Qué sucede? ¿Estoy bien? —Hablo y podía sentir su histeria lentamente provenir a través de sus palabras.
—Abigail…
—Oh Dios mío ¡mis manos! —Explotó. Mirando sus manos, las cuales parecían perfectamente normales para mí, excepto que estaban probablemente frías. ¿A qué en la tierra se refería ella?
— ¿Por qué mis manos se fueron? —Parpadeo, mirando sus manos.
Estalle en carcajadas—. Abby estás ebria.
Parpadeó—. No lo estoy.
—Sí, si lo estás.
—No, tú estás ebrio. —Replico.
Reí nuevamente. Ella lucía completamente confundida debido a mi risa, así que le hice una pregunta—. ¿Alguna vez te has puesto ebria antes Abby?
Arrugo el entrecejo ese adorable ceño una vez más—. No tengo idea.
Me burle de ella—. Es una pregunta sencilla Abby. Sí o no. O estás definitivamente ebria.
Hizo una pausa, luciendo absolutamente seria—. Mi hermano nunca me permitió beber. No puedo estar ebria. Yo no bebo.
Me congelé, mi risa se hundió por completo. Un millar de preguntas pasaban a través de mi cabeza, pero la única cosa que pude hacer fue quedarme en shock— ¿Qué?
—Nunca me dejo beber. Era muy protector.
Contuve mi aliento. Así que esta era la Abby ebria hablando. Abigail nunca me hubiera contado esto si habría estado sobria—. ¿Tienes un hermano?
En menos de un segundo su expresión cambio de insensible a completamente furiosa y ella se aparto de mí y se incorporo de la silla.
— ¡Él no es mi hermano! ¡Lo odio! ¡Me abandono! ¡Me dejo completamente sola! —Grito severa, tambaleándose de un lado a otro mientras intentaba estabilizarse con sus pies.
Me levanté de mi silla, manteniéndola erguida y desplazando su peso hacia mí así ella no se caería. No dije nada, en lugar de eso, solo deje que ella continuara.
— ¡Es un mentiroso! ¡Es un jodido mentiroso! —Sus manos bajaron por mi pecho, apartándome de ella, fuertemente. Tropecé hacia atrás, dejándole algo de espacio.
Me observo, su expresión se desmorono, sus ojos azules se entristecieron—. Me abandono. —Su voz era diminuta, apenas un susurro.
Abigail se tambaleo y la atrapé antes de que ella perdiera el equilibrio y cayera al piso. Envolvió mi torso con sus pequeñas manos, sujetándolo por siempre. Me abrazaba. Necesitaba mi consuelo.
Así coloque mis brazos alrededor de ella, abrazándola mientras sentía que sollozos silenciosos emergían de su cuerpo.
La manera en la que se apego a mí y hundía su rostro en mi pecho hico que algo se retorciera en mi intestino, algo que nunca sentí antes.
Y no estaba seguro si era algo bueno o malo.
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Sujete su cabello mientras su cuerpo trataba de vaciar el contenido de su estómago hacia el inodoro, acariciaba su espalda suavemente. Estaba sorprendido conmigo debido a los eventos que pasaron hoy, nunca había hecho algo así antes y especialmente con ninguno de mis esclavos. Y ahora, por primera vez en mi vida, estaba de pie en el baño, sujetando a una mujer desesperada mientras vomitaba. Tranquilo, Malik, tranquilo.
Finalmente se sentó después de que su estómago no sacara más, secando las lágrimas de sus ojos. Levanto la mirada hacia mí y croó algo que no pude entender.
— ¿Qué cariño? —Pregunte.
—Agua.
Y ahora, en lugar de que yo le ordenara a mi esclava que me trajera algo de beber, estaba trayendo algo para mi esclava. No solo cualquier esclava. Abigail.
Simplemente con el pensamiento de su nombre tenía nudos en mi estómago y ni siquiera pude encontrar la razón del por qué. Ella era solo una esclava, para ser usada por diversión ¿no? Me estremecí por mis pensamientos.
Nunca la usaría.
Una vez que le lleve su vaso con agua, la cargue de regreso a mi dormitorio, porque caminar no funcionaría para ella. Ella estaba mucho más lenta e inestable, y no quería que se cayera.
Pateé la puerta para abrir la puerta de mi habitación con mi pie y camine hacia el lado de la cama, sin molestarme en encender las luces. La recosté cuidadosamente sobre su estómago, como se supone que se lo debe hacer con una persona ebria y después camine hacia mis gavetas para sacar algunos pantalones de chándal y una camiseta para ella, porque los vaqueros no eran lo suficientemente cómodos para dormir.
Lentamente la gire sobre su espalda y saque su camisa por encima de su cabeza, teniendo un poco de dificultad. Una vez que coloque mi enorme camiseta sobre ella y a través de sus brazos. Temblé con el botón de sus vaqueros, sintiéndome un poco extraño mientras lo hacía. No quería que ella pensara que estaba aprovechándome de ella o algo más, hice esto con mi demás esclavas incontables veces antes. Con ellas, no me habría importado, pero con Abigail… No sabía lo que estaba pasándome.
Mientras deslizaba sus vaqueros, sus ojos se abrieron y me observo confusa—. ¿Qué estás haciendo?
Vacile—. Te colocare unos pantalones de chándal. Estos no son cómodos para que duermas. —Explique lo más calmado que pude.
—Oh.
Lancé sus vaqueros a un lado y jalee los pantalones de chándal sobre sus piernas desnudas. Miro fijamente mi rostro el tiempo entero, sin embargo me las arregle para evitar su mirada.
— ¿Por qué Seb me dejó? —Inquirió, su voz era ecomo la de un niño abandonado.
— ¿Seb? No tengo idea. —Respondí sincero, deseaba poder decirle más. Seb debe ser su hermano, o algo .¿Seb? Qué nombre más raro.
—Él pudo llevarme con él. ¿Sebastián no quería que yo viniera? —Preguntó de nuevo y podía ver que sus ojos se llenaban de lágrimas.
Me detuve. Sebastián, por supuesto. Seb debe ser solo un apodo—. Por supuesto que sí ¿por qué no lo haría? Eres una persona adorable. —La tranquilicé, impresionado por las palabras que salieron de mi boca.
— ¿Me dejarías? Por favor, por favor no. No puedo pasar por esto otra vez, no puedo… —Su voz se quebró y un sollozo se escapo de sus labios.
Tire mi camiseta y subí a la cama junto a ella, sosteniéndola entre mis brazos—. No te dejare Abby. Todo va a estar bien ¿sí? Solo cierra tus ojos y descansa un poco.
— ¿No me dejarás? —Su voz era esperanzada y juro que no habría negado aunque lo hubiera deseado.
—No, no lo haré cariño. Me quedaré aquí para ti.
Mis palabras parecieron satisfacerla y ella asintió lentamente antes de cerrar sus ojos y acurrucarse contra mí.
Y después, con algunos minutos, ella dormía, dejándome absorto en la información nueva que había obtenido de ella.
No, no lo haré cariño. Me quedaré aquí para ti.
Me quedaré aquí para ti.
Me quedaré.
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Desperté con un leve dolor de cabeza, pero gracias a Dios en verdad no me embriague la noche anterior, o ahora estaría con una tremenda resaca.
Mis brazos estaban alrededor de Abby, su espalda estaba contra mi pecho y mi cara estaba en el hueco de su cuello. Lentamente me aparte, desenredándome de ella. Rodé hasta el otro lado de la cama donde estaba instalado el botón plateado en el muro y lo presioné.
—Buen día Señor. —La voz de Niall sonó desde el intercomunicador—. ¿Necesita algo?
—Tráeme dos tazas de café, varias aspirinas y algunas botellas de agua. —Ordene rápidamente.
— ¿Algo más Señor? ¿Para desayunar?
Le di un vistazo a Abby, que estaba dormida, roncando ligeramente mientras inhalaba y después exhalaba.
Una sonrisa se formo en mis labios mientras recordaba cómo me llamo ella la noche anterior. El Hombre Nutella.
—Sí, dos emparedados de Nutella y crema de almendras. Eso es todo.
—De acuerdo Señor. Estarán ahí en menos de quince minutos.
—Bien. —Respondí y apague el intercomunicador presionando una vez más el botón.
Oí un gemido junto a mí y rodé acercándome hacia donde Abby seguía. Ella ya había dormido en mi dormitorio más veces que cualquier otra esclava.
Estoy suavizándome mucho, pensé. Ni siquiera Perrie ha dormido aquí más de una vez y Abby por lo menos ya ha estado aquí tres o cuatro veces.
Me encogí de hombros y después deslice mi mano alrededor de la cintura de Abigail. Apegue su cuerpo al mío, colocando mi mandíbula sobre su hombro—. Abigail, despierta. —Susurré gentilmente en su oído.
Gimió de nuevo, sus ojos se abrieron—. Mierda. —Maldijo por lo bajo.
Solté una risa mientras se apartaba de mí, sentándose y coloco una mano en su frente.
—Se llama resaca cariño.
Me atravesó con la mirada, haciendo una mueca de dolor—. Sé eso.
Le sonreí—. Esta es tu primera resaca ¿Cierto?
Asintió lentamente, con la confusión en sus ojos—. Sí. ¿Cómo lo sabes?
Entonces ella no recuerda lo que me dijo ayer. Como cuando me dijo que nunca bebió antes, debido a su hermano. Ella no recuerda nada—. Solo lo sé. —Replique despreocupado, extendiendo mis piernas a un lado y poniéndome de pie.
Ella lucía frustrada y con dolor, se recostó en la cama.
—Ordene una aspirina y café, ayudará con el dolor de cabeza. Debería estar aquí en pocos minutos. ¿Quieres refrescarte?
—No quiero salir nunca de esta cama. ¡Siento que estoy muriendo!
Enarqué una ceja, mostrándole una expresión divertida. Su expresión adolorida rápidamente se convirtió en una horrorizada mientras se percataba de lo que acababa de decir.
— ¿Nunca quieres dejar mi cama? —Bromeé, riendo por causa de su vergüenza.
— ¡Eso no fue lo que quise decir! —Se sonrojó intensamente y no podía evitar reír por cuan hundida se puso su cara. Honestamente era tierna.
—Por supuesto Abigail. Todos sabemos dónde está tu mente.
— ¡No! —Replico—. Lo juro- ugh, Zayn-digo ¡Señor!
Alcé una ceja mientras ella se contenía antes de llamarme por mi nombre. Y un silencio insólito se presento entre nosotros, antes de que el zumbido del intercomunicador lo interrumpiera.
La voz de Niall se oyó de nuevo y levante la mirada mientras él hablaba—. Señor ¿debo mandar a los sirvientes directamente a su habitación?
—No, haz que preparen la mesa del comedor, nos refrescaremos y después desayunaremos.
—Entendido señor.
El intercomunicador se apagó y mire a Abigail—. ¿Quieres darte una ducha?
Vacilo por un segundo, pero después asintió—. Sí señor.
—Bien, vamos.
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Abby:
Deje salir una bocanada de aire, aliviada de estar bajo la tibia y sedosa agua. Mi cabeza aún palpitaba, sin embargo supe que una vez que terminara con mi ducha sería capaz de ir y tomar mi aspirina con el Amo Zayn.
Así que a toda prisa, embadurne mi cabello con shampoo y después con acondicionador y después lo enjuague. Sujete la barra de jabón, rozándola contra mi cuerpo para asearme. Cuando termine, me enjuagué por última vez antes de apagar la elegante ducha y detenerme para secar mi cabello. Aprendiendo de mis errores previos, esta vez me asegure de tener una toalla antes de entrar a la ducha del Amo y colgarla sobre la cima del lugar de la ducha.
Sujete la toalla, asegurándola alrededor de mi cuerpo y asegurándome de que estaba apretada así no se resbalaría accidentalmente. Lentamente empuje la puerta de la butaca de la ducha, dando con cuidado un paso fuera de ella.
Y no fue con cuidado. Tan pronto como mi pie toco el piso, se resbalo, resbalando en una charco de agua que no vi. Extendí mis brazos para agarrarme de algo, para detener mi caída. De la nada, sentí manos alrededor de mis brazos, jalándome hacia adelante para levantarme antes de que golpeara el piso. Como sea, mis pies me fallaron y caí contra el Maestro Zayn, completamente desnuda mientras la toalla caía de su lugar en mi cuerpo.
—Creo que eres bastante torpe ¿no? —Bromeó, con una expresión divertida en su rostro mientras colocaba sus manos en mis desudas caderas y me sujetaba—. ¿Estás bien?
Ladeé mi cabeza, sonrojándome fuertemente mientras trataba de apartarme de él—. Estoy b-bien. —Dije nerviosa, mi corazón latía un millón de veces por minuto.
Sentí su dedo pasear por el borde de mi mandíbula, manteniendo mis ojos en el piso todo el tiempo cuando me detuvo de alejarme.
— ¿Tienes miedo de mí? Sabes que no te lastimaré. —Su voz disminuyó, era suave y calmada.
De nuevo trate de apartarme de él, sin embargo su mano sujeto mi muñeca, acercándome hacia él. Levante una mano para cubrir mi pecho, sin embargo él la aparto, poniéndola a un lado.
Cuando no le conteste, me pregunto nuevamente—. Abigail ¿tienes miedo? Puedo sentir el latir de tu corazón.
Vacile, mordiendo mi labio—. Señor…
—Contéstame.
Cerré mis ojos. Esto era muy vergonzoso ¿por qué no me soltaba? Su proximidad cercana me tenía en la cima, especialmente desde que estaba completamente desnuda. Simplemente necesitaba sujetar mi toalla y colocármela de nuevo, y después podríamos tener una conversación decente—. No… Es solo…
— ¿Solo qué? —Una mano se situó debajo de mi mandíbula y él uso su pulgar y dedo índice para levantarla así lo miraría a los ojos.
Podría sentir que el calor subía por mis mejillas nuevamente, literalmente no había sido más avergonzada que este momento—. Estoy… avergonzada. —Grazné, alejando mi mandíbula de sus dedos y ladeando mi cabeza a un lado.
Se alejo, dándome la distancia de un brazo, rió aliviado—. Bien. Creí que estabas asustada… sin embargo no tienes que sentirte avergonzada frente a mí Abigail.
Mire mis pies otra vez, enroscando y desenroscando mis pulgares nerviosamente—. Lo siento.
Otra risa reverberó a través de su tonificado pecho y me mostró una sonrisa satisfecha—. No te disculpes. Aunque no deberías estar apenada. Me perteneces y tu cuerpo me pertenece. Así que no hay necesidad de estar avergonzada frente a mí. —Razonó.
Asentí rápidamente y trate de apartarme nuevamente—. Por favor ¿ahora puedo solamente colocarme mi toalla?
Soltó su agarre y asintió. Rápidamente me agaché y tome la toalla, envolviéndola alrededor de mí y revisando doblemente para asegurarme de que estaba asegurada. Finalmente, lo mire a los ojos, sus iris tenían un color miel y marrón hoy. El color que normalmente eran cuando estaba calmado, pacífico. No controlador. No poderoso.
Simplemente un hombre normal de veintidós años, mucho más atractivo por su propio bien.
— ¿Ahora quieres desayunar? Debe estar preparado. —Inquirió, regresándome la mirada.
Asentí—. Solo deja que me vista, aunque…
Pareció entender que quería privacidad, así retrocedió lentamente—. Um, sí, te deje un par de mis bóxers limpios y una camiseta por ahora, puedes colocarte tu ropa cuando vayas a tu habitación. Espero que no te importe.
—No, yo no. Gracias. —Le mostré una diminuta sonrisa y se volteó, dirigiéndose a la puerta abierta del baño. Solo cuando salió de la habitación, antes de cerrar la puerta detrás de él, asomo su cabeza de nuevo—. Solamente para que lo sepas Abigail, tienes un hermoso cuerpo. No deberías estar apenada o avergonzada.
Mi mandíbula cayó debido sus palabras, pero no me dio la oportunidad de responder mientras salía y cerraba la puerta del baño detrás de él.
© izzysaphira
Abby es un claro ejemplo por la cual no hay que ponerse tan ebrio hasta el punto de no recordar nada... Por otro lado, estuvo desnuda frente a Zayn... entiendo porque se sintio apenada, yo me sentiría igual...
¡Zabby!
U´R THE BEST!!!
PD: El twitter del fanfic es @Laced_spanish, los sábados por la noche jugaremos :D (horas 10 pm Bolivia, hagan sus cálculos según la hora de sus países por favor).
PD2: No me ignoren cuando estemos en Twitter por favor c:
Dedicado a: @Angy_Swag :D :D :D