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Era 31 de octubre y la festividad de Halloween estaba presente en la ciudad, todas las calles de japón estaban adornadas con esta fiesta americana. Los adolescente celebraban en grupo con sus amigos, saliendo por allí. Mientras que los más pequeños iban a pedir dulces, junto con sus padres, o hermanos.
Como a ti te había tocado.
—[Nombre], acompaña a tu hermano a pedir dulces. —Ordenó tu madre mientras entraba a tu cuarto.
Te quejaste perezosa, te había despertado de tu siesta de la tarde. Te sentaste en la cama adormilada y mirándola con pereza. Tu madre te miró con una ceja alzada, como advirtiendo que si le decías que no, te la verías con la chancla.
Tuvieron una pelea de miradas, pero dejaste que ganara y te rendiste.
—Ya voy... —dijiste perezosa.
Te levantaste de la cama, te estiraste y empezaste a arreglar para poder salir con tu hermano. Tu madre salió sonriendo de la habitación y te dejó sola para que te cambiaras.
Minutos después bajaste del segundo piso hasta el salón de la casa, allí se encontraba tu hermano menor vestido de diablo, mientras que tu madre tenía un sombre de bruja en sus manos. Cuando se dieron cuenta que ya estabas allí, tu hermanito corrió a abrazarte, aunque solo llegaba a tu cintura.
—¡[Nombre], quiero dulces! —dijo tierno. Le sonreías mientras que asentías a lo que dijo.
—Está bien, cuchurucho —dijiste cariñosa mientras acariciabas su cabeza—. Vamos rápido antes de que se haga más tarde.
—¡Sí! —gritó entusiasmado.
Su madre los veía desde lejos. Tomaste la mano del pequeño y fueron hasta la entrada, con tu madre detrás. Te diste vuelta hacia ella para despedirte, pero solo sentiste como te puso el sombrero de bruja que tenía antes en las manos.
—¡Mamá! —reprochaste con una mueca—. Ya estoy muy grande para esto...
—Déjalo, se ven bien juntos así.
Bufaste y asentiste sin opción, tu hermano te estaba esperando ya afuera. Te despediste de tu madre y saliste. Tomaste la mano de tu hermano y fueron caminando por el vecindario, de casa en casa. Habían más niños pidiendo dulces como ustedes.
—¡[Nombre]! —Te llamó mientras corría hacia ti después de haber ido a buscar dulces en una casa—. ¡Me contaron dónde ir a buscar muchos dulces!
—¿A sí? ¿dónde? —preguntaste extrañada, tu hermano sabía que no debía hablar con extraños y estabas segura que nadie conocido vivía por allí—. ¿Quién te dijo eso?
—¡Un señor con capa! Tenía el pelo partido en dos colores, ¡Super guay! —gritó emocionado—. ¡Dijo que cerca de la casa del fondo de la calle estaban dando muchos dulces!
Este saltaba emocionado y se fue corriendo hacia esa dirección. No alcanzaste ni a gritar cuando ya no lo veías. Fuiste corriendo tras de él, pero este tenía más energía. Lo bueno era que su vecindario era muy tranquilo.
—¡Renacuajo! ¿dónde estás? —gritaste para que te escuchara.
Estabas pasando cerca de un callejón, casi pasabas de largo pero algo te llamó la atención. Miraste hacia la oscuridad, una silueta se estaba creando de esta. Te asustaste por eso, pero reconocías la silueta.
—¿Todoroki? —llamaste hacia la oscuridad, la sombra fue acercándose hasta que gracias a la luz pudiste ver que si era él—. Todoroki, ¿qué haces aquí? Me diste un susto.
—Lo siento, solo venía de paso y vi pasar a un chico por aquí —dijo apuntando detrás de él.
—Ese enano, seguro era mi hermano.
—¿Estaban pidiendo dulces? —preguntó.
—Sí, lo estaba acompañando hasta que se le ocurrió salir corriendo. —Suspiraste cansada—. Lo siento, tengo que ir a buscarlo.
—Si quieres puedo ayudarte, vi por donde se fue.
Lo miraste y le sonreíste asintiendo en agradecimiento. Fueron juntos por el estrecho callejón, tú atrás de Todoroki, ya que él sabía por donde se había ido tu hermano. Llegaron al frente de una casa grande y oscura. Su fachada daba miedo, era terrorífica.
—Lo vi entrar a esta casa —dijo mientras se acercaba a la puerta principal y la empujaba con su mano, dándose cuenta que estaba semi abierta.
—Qué raro que esté abierto, ¿seguro que entró aquí?
—Sí, la casa está en venta. Tal vez se confundió de casa y entró sin querer.
El chico no dejó que le contestaras y entro así sin más a la propiedad. No quisiste quedarte sola y entraste con él. Se dieron cuenta que los zapatos de tu hermano estaban en la entrada de la casa.
—Está aquí —dijiste mientras veías al chico quitarse sus zapatos—. ¿Qué haces?
—Vamos a buscar a tu hermano —respondió. Estabas dudosa, pero se estaba haciendo muy tarde y ya tenían que volver a casa.
—Bien, vamos.
La casa estaba a oscuras, y fue en vano tratar de prender las luces ya que no había electricidad en el hogar.
Siguieron caminado por los pasillos y los cuartos del primer piso, diciendo el nombre de tu hermano para poder encontrarlo, pero era en vano, nadie contestaba.
—Esto me huele mal —dijiste mientras seguías buscando—, me estoy poniendo nerviosa.
El chico te miró y te agarró de la mano, te sorprendiste pero agradeciste que lo hiciera. Apretaste su mano con fuerza.
—No te preocupes, estoy aquí —dijo mientras acariciaba tu mano con su dedo pulgar.
—Gracias Todoroki.
Saltaste del susto al escuchar un estruendo en el segundo piso de la casa, te abrazaste del brazo del bicolor con los ojos cerrados.
—¡¿Qué fue eso?! —Te exaltaste por el ruido.
—Tal vez es tu hermano, deberíamos subir. —Propuso mientras te abrazaba por el hombro—. No va a pasar nada.
Tragaste en seco y empezaron a caminar hasta el segundo piso. Seguías cerca del bicolor, tampoco querías perderte y menos si no se veía nada. Llegaron a la planta superior y empezaron a buscar por todas las habitaciones, pero igualmente no se encontraba en ningún lado.
La última habitación estaba al final del pasillo, donde menos luz de luna llegaba.
—Vamos —dijo el chico, asentiste temerosa y caminaste junto a él.
Entraron a la habitación, estaba vacía. Te adentraste para buscar bien, pero no había rastro de tu hermano.
—No está aquí, Todoroki. —Te diste vuelta hacia él, pero te diste cuenta que este estaba cerrando la puerta—. ¿Todoroki?
El sonido del seguro puesto retumbó por la habitación. El chico se giró hacia ti, mirándote de una forma extraña.
—[Nombre], no deberías creer todo lo que te dicen —dijo acercándose—, es muy peligroso.
Cada paso que daba el bicolor, retrocedías también. Te estaba dando miedo su actitud.
—Todoroki, si esto es un juego por favor para —dijiste temblorosa—. Me estás asustando.
Tu espalda chocó con la pared de la habitación. La única luminosidad era la luna, la cual traspasaba por la ventana hacia el interior. El chico seguía acercándose cada vez más, y tú paralizada del miedo no podías ni gritar.
—No tengo intención de hacerte daño, [Nombre] —comentó. El sonido de sus respiraciones era lo único que se escuchaba en la habitación.
Ya al frente tuyo, el chico agarró tu mano delicadamente. Con el ceño fruncido mirabas como llevaba tu mano a su boca y la besaba cordialmente.
—[Nombre] —susurró en tu mano, y posó su vista en tus ojos confundidos.
Con la otra mano agarró tu cintura y te atrajo hacia él, mientras que acomodaba su mano; la suya encima de la tuya. Llevó tu mano agarrada hacia su rostro, haciendo que le acariciaras la cara.
Seguías confundida con lo que estaba pasando, pero cuando mirabas sus ojos brillando bajo la oscuridad, sentías mil cosas dentro de ti. Te tenía cautivada, ¿qué hechizo te echó para dejarte así?
Todoroki acercó su rostro a tu cuello, oliendo y rozando su nariz con este. Una corriente pasó por tu espalda y el chico lo notó. Sonrió y besó tu cuello eróticamente, dejando pequeños rastros de saliva en él.
—Shoto...
—[Nombre] no te asustes, esto no dolerá...
¿Doler?
No alcanzaste a decir nada, ya que sentiste un pequeño pinchazo en el área donde estaba posado el bicolor. Agarraste con fuerza la mano del albirojizo, y cerraste los ojos por la incomodidad.
Cuando dejaste de sentir ese picor, tu cuerpo empezó a sentirse cansado. Tus ojos pesaban y tu vista se estaba volviendo borrosa.
—¿Qué pasa, Shoto...? —dijiste en un hilo de voz, tus fuerzas no te acompañaban. El chico te afirmó abrazándote a su cuerpo.
—No te preocupes, [Nombre]. Ya pasará —susurró antes de perder el conocimiento en sus brazos—. Te quiero.
Desde ese momento sus vidas habían sido unidas por él.