Harry:
Empujé la puerta de mi dormitorio con cuidado, para no tirar la bandeja de comida que sostenía en mi mano derecha. Cuando entré, nadie se movió desde que me fui.
Louis aún estaba sentado en la silla al frente de la cama, sus ojos se enfocaban en Lottie –una señal segura de su falta de sueño, y fatiga. Lottie, quien estaba sentada sobre la cama, con la mirada en el suelo, silenciosa, tampoco se movió.
Y tampoco lo hizo William, quien estaba sentado en el suelo junto al muro-acuario de peces, su cabeza reposaba contra el frío cristal.
—Louis, —murmuré despacio, llamando su atención—. Traje comida.
Louis levantó la mirada hacia mí, asintiendo mientras se levantaba de la silla. Caminó, pasándome de largo para que lo siguiera por la puerta después de sujetar la bandeja de comida de mi mano y colocarla sobre el escritorio.
Una vez que la puerta estaba cerrada, Louis soltó un suspiro profundo—. Aún no puedo hacer que ella coma. Y William no habla, eso es todo. Normalmente es muy hablador.
Inseguro sobre qué decir, dudo.
—¿Puedes por favor tratar de convencer a Charlotte de comer algo? ¿Lo que sea? —Louis prácticamente me suplica, y asiento.
—Lo intentaré. —Le digo, y sujeto la perilla de la puerta—. A propósito, Zayn está buscándote... te necesita en el salón de baile. —Digo.
Louis asiente—. Bien. Iré. Sólo por favor trata de darle algo para comer, ¿de acuerdo?
—Claro, lo haré.
Una vez que entré de nuevo, miro a Lottie, incapaz de comprender la culpa que ella estaba sufriendo. ¿Cómo a alguien podía importarle realmente una persona que la esclavizó y la tuvo en contra de su voluntad? No podía entender cómo era posible, y como Lottie estaba tan afectada por la muerte de su antiguo Dueño, pero ella lo estaba. Y no sólo estaba afectada –estaba llorando y afligiéndose en la peor forma posible, rehusándose incluso a comer.
Me acerqué a ella con cuidado, agachándome así estaba al nivel de contacto visual con ella mientras ella estaba sentada al borde de la cama, su mano estaba alrededor de sus dedos.
—Lottie, —dije con delicadeza—, Lottie, te traje algo de comida, y en realidad tienes que comer.
Me volteé, aún agachado, alcanzando el vaso de agua que estaba en la bandeja—. Por favor. Y tienes que beber algo –vas a deshidratarte.
Cuidadosamente jalé su mano, sosteniendo el vaso de agua y colocándolo en su mano, cerrando sus dedos a su alrededor—. Por favor ¿Lottie?
Un minuto después, ella asiente lentamente, cerrando sus ojos por varios segundos, antes de llevar el borde del vaso a sus labios.
Por dentro, me regocijo con mi pequeña victoria, feliz de tener algún progreso. Ahora, sólo tengo que darle de comer, incluso si era algo diminuto.
Sujeté el pequeño plato de la bandeja sobre el escritorio, regresando hacia donde Lottie estaba sentada, y con cuidado puse el plato sobre su regazo.
Me senté junto a ella, codeándole el costado juguetonamente—. Entonces, ¿puedo decir que la parte uno de la misión fue cumplida? ¿Hmm? —Traté de bromear, codeándola una vez más.
Detrás de la expresión estoica, sin emoción en su rostro, podía vez la pista de una sonrisa formándose en sus labios, sólo un diminuto atisbo, antes de que desapareciera.
—Yyyyyyyyy, hice especialmente esto para ti, —dije, colocando un tenedor en su otra mano, bajando la mirada al surtido de pollo con camarón que preparé—. Vas a comer tu plato favorito el primer día que comas de nuevo, ¿cierto?
—Además, —le recordé, picando su costado—, no voy a dejar de molestarte hasta que comas, ¿sí?
—Harry- —protestó suavemente, su voz se quebraba, ronca por la deshidratación o lágrimas—, por favor no-
—No hagas que te haga cosquillas. —La amenacé juguetonamente, y estiré una mano hacia su lado.
Pero justamente antes de que pudiera hacerle cosquillas, ella se alejó de mí—. ¡Bien! ¡Bien! Comeré, ¡por favor cosquillas no! —Finalmente se rindió, y no podía evitar formar una victoriosa sonrisa en mis labios.
En realidad casi se sintió raro sonreír de nuevo –sentí como eras desde la última vez que lo hice. Pero de alguna manera, este pequeño triunfo me hizo sentir raro por dentro– casi bien y no me sentía así en eras.
Una vez que ella comenzó a comer, sus mordidas son pequeñas, pero al menos es algo. Me observa varias veces, casi dudando, antes de finalmente inclinarse hacia mí, con sus labios en mi oído.
—¿Crees... —susurró—, ¿crees que puedas hablar con William, tal vez? ¿Tratar de que él hable? ¿O incluso coma? Él no ha hablado desde... —su voz se apaga, sus ojos miran a s hijo, quien aún estaba sentado, su cabeza todavía reposaba contra el cristal.
Observo a William, y después a Lottie, desesperada por mi ayuda, y me encuentro asintiendo a su pedido—. De acuerdo.
__
Zayn:
Ha pasado exactamente una semana y cuatro días desde el funeral de mi fallecido amigo, camarada, hermano. Exactamente once días. Doscientas sesenta y cuatro horas. Cincuenta mil, ochocientos cuarenta minutos. Casi el tercio de un mes atrás, pero de alguna manera parece hace mucho tiempo.
Las heridas aún están frescas, desde luego, la muerte de Blaise reabre y vierte sal en las heridas que dejé atrás después de la muerte de mi hermano menor, Caleb. Su muerte agrega ofensa a mi herida, y una vez más, soy la víctima de la falta de compasión de la muerte.
En lugar de elegirme a mí para morir, la Muerte se sitúa alrededor, observándome, burlándose. A donde quiera que voy, siempre acecha; esperando, mirando. Aparece en los espejos, en los marcos de las puertas, en cada habitación que entro, desapareciendo tan pronto levanto la mirada. Es como si esperara a ver a quien más quiere apartar de mí con intención de castigarme más. Podría ser más fácil y menos doloroso si sólo decidiera que mi tiempo se acabó. Sin embargo la Muerte era cruel, y en lugar de eso, eligió a todos a mi alrededor, a la gente que amaba y que me importaba.
Una punzada de culpa y dolor llena mi estómago mientras recuerdo el funeral que fue hecho para Blaise, y como estaba tan sofocado que ni siquiera podía dar mi discurso, no importa cuántas veces practiqué antes del evento.
Rasgué el papel en donde escribí mi discurso con ira y desesperación justamente antes del funeral, y cuando era hora para que yo le ofreciera una despedida y pagara mis deudas, nada salió. Mis labios no se movían, mi lengua estaba estancada. Todo lo que podía hacer era pararme, y mirar fijamente a la persona que se presentó para el funeral de Blaise.
Grité, grité fuerte y claro, sin embargo todo lo que salía de mis labios era silencio. El aire era lleno con palabras mudas y expectativas de un prolongado discurso acerca de cómo Blaise fue un hombre maravilloso, pero debido a mi incapacidad para hablar, esas palabras fueron mudas.
Y ahora, mientras me volteaba y encaraba a los esclavos que mantuve cautivos en mi mansión durante estos años, respiro profundo, y abro mis ojos, tratando de forzar a moverse al denso peso que sentí contra mi pecho.
Una diminuta mano viene a reposar detrás de mí, en mi espalda, haciendo pequeños círculos con delicadeza –Abigail. Levanta la mirada hacia mí, mostrándome una mirada tranquilizadora y asintiendo hacia mí para que siga.
Y una vez que aclaro mi garganta, todo está en silencio en el inmenso salón de mi mansión, donde cada simple esclavo que poseo se reúne de pies, mirándome, esperando.
—Ahora, quizá se están preguntando, —hago una pausa, aclarando de nuevo mi garganta. Mi voz era algo débil, debido a la escasez de su uso estos días anteriores, el silencio vence mi voz, temblorosa y quebrada. Trago saliva, y después empiezo una vez más.
—Ahora, quizá se están preguntando, —repito—, porque los llamé a cada uno de ustedes aquí, —hablo esta vez, y mi voz es mucho más firme mientras miro entre las cientos de personas observándome sobre el escenario, con Abigail junto a mí.
—O, quizá se están preguntando porque ordené que cada uno de ustedes ayudara en la cocina a preparar cargamentos de comida caliente, y empacarlos todo como una dosis diaria durante los días anteriores.
Continuo—, o tal vez incluso están deseando saber porque estuve ausente el mes pasado; porque estuve tan ocupado; porque nunca estuve más por los alrededores.
—Algunos... colegas... y yo estuvimos trabajando en algo grande, durante el año pasado o más, y finalmente lo pusimos en acción hace semanas atrás. Durante años, nuestros ojos han sido abiertos a la corrupción en nuestra sociedad. —Hago una mueca por el uso de la palabra "colegas", sólo me recuerda a dos hermanos que perdí. Ellos no eran simples colegas, o conocidos. Eran hermanos para mí, relacionados o no por la sangre.
—Vimos cosas que son inhumanas, que son retrógradas, que son injustas. —Continué—, y no podíamos permitir que esto continúe ocurriendo. Acordamos en el hecho de que en el siglo veintidós en el que vivimos, esta clase de estructuras sociales no pertenecen aquí, a estos días.
Tomo otro respiro, haciendo pausa por un momento, cerrando mis ojos, y apartando la culpa que amenazaba con sofocarme.
—Decidimos... que la esclavitud tenía que permanecer en el pasado –no es algo con lo que debamos lidiar de nuevo, en este siglo.
Tan pronto como estas palabras salieron de mi boca, expresiones confundidas se plasmaron en el rostro de todo el mundo, tal como predije.
—Y, para responder sus posibles preguntas, una –¿esas toneladas de comida que ayudaron a preparar? Esas fueron para los esclavos hambrientos, que rescatamos, de los otros Dueños de esclavos. —Comienzo.
—Su siguiente pregunta -¿por qué estuve ausente durante las semanas anteriores, casi nunca aquí? Mis colegas y yo atacamos y triunfamos en derrocar al Gobierno.
Bastantes gritos ahogados llenaron la habitación, y podía sentir un discreto aire de emoción e incredulidad de mi multitud por varios de los cientos esclavos que adquirí durante los años anteriores.
Desee poder sentir su emoción y sentirme tan alegre y jubiloso que ellos empezaban a sentir, sin embargo el peso muerto de la culpa en el fondo de mi estómago me impedía sentir eso.
—Y por último, pero no menos importante... —Hice pausa otra vez para recuperar el aliento, casi agregando un efecto dramático a mi revelación—. La última pregunta es porque los reuní hoy aquí, en el salón, a mitad de la noche. Ustedes estuvieron trabajando todo el día, preparando más comida y cargando el camión, y sé que todos están cansados. Es casi las dos de la mañana, y juro que los dejaré dormir en pocos momentos.
—Pero quiero agradecerles a todos por ser tan cooperativos... y quiero disculparme por cualquier inconveniente que les causé. —Tomé un respiro final, cerrando mis ojos momentáneamente, antes de hablar una última vez.
—Estoy dejando a cada uno de ustedes libre. Esta noche. No estarán atados más por las cadenas de la esclavitud. Como esta noche, todos ustedes son personas libres, hagan lo que deseen, y váyanse cuando quieran.
Jadeos y gritos de sorpresa y júbilo llenaron la habitación, con gente gritando y vociferando victoriosa, llorando con alivio, lágrimas de alegría e incredulidad se reunían en sus ojos. Abrazándose unos a los otros, algunos sollozando, algunos riendo, otros completamente mudos por mi revelación. Incluso Abigail, quien estaba de pie a mi lado, puso una mano sobre su boca, vencida por la emoción. Sujeté su mano libre, entrelazando sus dedos con los mío, apretándolos para calmarla, pero aún con cuidado debido a las gasas blancas envueltas alrededor de mi brazo quemado.
Levanté mi mano, para pedir silencio, y llamó su atención de nuevo varios segundos para contenerlos una vez más, para que terminen de escuchar lo que tenía que seguir diciendo.
—Ahora, como dije antes, se les está permitido vivir en la mansión como quieran, pero les pido a todos que esperen hasta mañana para irse –porque el Dr. Payne no estará aquí hasta mañana, y él tiene el juego de electromagnetos que abren sus pulseras.
—También, cuando se vayan, personalmente les daré a cada uno de ustedes 250 000$ para asegurarles de que son capaces de seguir su camino encontrar un sitio para quedarse, y tener comida para comer hasta que descubran que quieren hacer con su vida.
—La única cosa que puedo pedirle a todos, —digo, mirando a Abby momentáneamente antes de girarme hacia ellos—, es que se queden dentro de los límites de la ciudad. La esclavitud sólo fue erradicada en la Ciudad y sus suburbios. En otra parte, la esclavitud aún sucede y no quieren ser capturados de nuevo. De todas formas, como ahora son libres, si lo desean pueden dejar las premisas de la ciudad –pero tomar ese riesgo depende de ustedes.
—Y si alguien desea quedarse en la mansión hasta que descubra a dónde quiere ir, siéntanse libres de hacerlo. Mis puertas siempre estarán abiertas para ustedes tanto como quieran. Cualquier pregunta puede ser dirigida a Niall y Louis, y el Dr. Payne mañana por la mañana. Y con eso –les deseo a todos buenas noches. —Termino mi discurso, y levanto mi mano como despedida.
Mi garganta siente un nudo, no sólo por la culpa que sentía antes –pero sí por la reacción de todo el mundo de pie frente a mí. Muchos lloraban, algunos reían, otros sólo estaban de pie sorprendidos. Había una sensación alegría y júbilo que fluía en la habitación, la emoción era casi estimulante.
Abby aprieta más mi mano, con cuidado de no tocar ninguna parte de la piel vendada—. Estoy tan orgullosa de ti.
La miro, asintiendo en silencio, tratando de tragar ese estúpido nudo en mi garganta, apartando la humedad que comenzaba a llenar mis ojos.
Con una mirada hacia mí, y ella podía ya decir que algo estaba mal, colocando su brazo a mí alrededor y guiándome fuera del escenario. Su mano continúa frotando mi espalda con delicadeza, y susurra—. ¿Estás bien?
No hablo, por miedo de que si lo hago, tal vez me quebraría de nuevo. Una mezcla de emociones –insuperable aflicción, dolor, felicidad, culpa y orgullo era todo lo que fluía entre mis venas, todas peleando por dominar otras emociones –dejándome confuso y angustiado, y en necesidad de catarsis.
Ella no me presiona por una respuesta; mientras nos encaminamos a los elevadores que nos llevaran a mi dormitorio, arriba.
__
Abby:
Estuvo rígido toda su caminata al elevador; tenso e inquieto. Podía sentir una variedad de emociones irradiar de él, y estoy confundida sobre cómo manejar la situación.
Y, mientras las puertas de elevador se cierran detrás de nosotros, coloco mis brazos alrededor de él por completo, reposando mi cabeza contra su pecho, jalándolo hacia mis brazos y sosteniéndolo fuerte.
Al principio, estuvo rígido, como una roca, sin rendirse bajo mi agarre. Pero con algunos, cortos segundo, sus brazos se colocan a mi alrededor; y su barbilla baja para reposar contra mi hombro suavemente. Él no habla, y cuando su cuerpo empieza a temblar levemente, de inmediato sé porque eligió permanecer en silencio.
Y como no digo nada; porque nada de lo que dijera podría traer de vuelta a Caleb y al Amo Blaise de nuevo a la vida. Sólo lo abrazo, pasando mis manos de arriba abajo por su espalda con intención de consolarlo, mientras él tiembla con sollozos silenciosos, lágrimas humedecen mi hombro.
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—Yo... —tiembla con un sollozo, tratando de contenerse. Aparta la mirada de mí, en donde estaba sentada al borde de su cama, esperando, expectante—. Yo, quiero tomar una ducha...
Sus ojos están rojos, brillantes de emoción, haciéndome sentir un especie de diferente dolor y compasión por él, deseando alejar todo lo que estuviera hiriéndolo. Él no merecía tanta aflicción, con todas estas cosas que tenía dificultad para corregir este mundo corrupto, pero la vida no nos trata justamente.
—Sí, —asiento, parándome y dando un pequeño paso hacia donde él estaba de pie—. ¿Necesitas ayuda para cubrir los vendajes? —Pregunto, asumiendo que se suponía que no se empaparan.
Asiente, su voz es diminuta—, sí.
__
En su baño, busco las bolsas plásticas bajo el lavabo, tal como él me pidió que sacara.
Cuando lo miro, él se las arregla para quedarse sólo con sus bóxers negros, levantando sus vaqueros y camiseta del libro, y tirándolos encima de la encimera.
Desvío mis ojos, acercándome lentamente, y él sujeta mi muñeca con delicadeza, apegándome a él.
—Sólo... —muerde su labio, conteniendo las lágrimas antes de hablar de nuevo—. Sólo asegúralas alrededor de mis brazos, y átalas así mis brazos no se mojaran. —Explica, mirando las bolsas plásticas en mi mano.
—Sí, claro, —asiento hacia él. Esta vez, jalo su muñeca hacia mí, extendiendo su brazo y deslizando el plástico encima con suavidad, con cuidado de tocar sus vendajes.
De pronto hace una mueca, dando un respingo y levanto la mirada hacia él, inmediatamente preocupada porque accidentalmente lo lastime.
—No fuiste tú, —aclara, negando con la cabeza—. Es sólo que arde, y el plástico encima está irritándolo.
—Oh, —replico suavemente—. ¿Quieres que continúe? —Pregunto, sólo para asegurarme.
Asiente—, sí, y átalo fuerte aquí, —con su otra mano, señala el medio de su bícep, justamente por encima del final de su vendaje.
Mientras trabajo en silencio, él me observa silenciosamente, y puedo sentir sus ojos situados en mí. Su respiración aún sale errática por las lágrimas, pero no digo nada respecto a eso, manteniendo mis ojos fijos en su brazo para darle algún tipo de privacidad para llorar sin tener que preocuparse sobre mí viéndolo emocional.
—Ahí, —una vez más, mi voz sale suave, mientras termino de asegurar el plástico alrededor de su brazo.
Dice un silencioso "gracias" y me muevo a su siguiente brazo, para también cubrirlo con la otra bolsa de plástico.
Una vez que termine, le asentí en aprobación, guiándolo al cubículo de la ducha y abriendo la puerta. Entrando, abro el grifo espiral, y coloco el agua en una temperatura caliente moderada, sabiendo que sería difícil para él hacer esto con la totalidad de sus brazos y manos cubiertos con el plástico.
Me agradece una vez más, y lo observo, asintiendo en reconocimiento.
—De nada. —Digo—, estaré esperando afuera. Llámame si necesitas ayuda ¿sí?
Asiente, de nuevo en silencio, antes de aclarar su garganta y hablar, su voz aún es baja—. De acuerdo.
Mientras me volteo para darle su privacidad en el baño, sujeta mi brazo antes de que pueda salir, su mano rodea mi brazo bajo el plástico y me voltea.
—¿Qué- —empiezo, sólo para ser interrumpida por sus labios presionándose sobre los míos con suavidad. Mis ojos se abren perplejos por su repentino afecto, de sus labios presionando los míos.
Mi respiración es entrecortada, y él se aparta, asintiendo de nuevo—. Gracias de nuevo.
Mientras él se aparta de mí, pongo una mano sobre mi corazón, asintiendo—, cuando quieras. Estaré afuera.
Y con eso, salgo de su baño, cerrando la puerta detrás de mí, dejándolo en la privacidad de su baño.
__
Eran sólo unos minutos después cuando escuché un ruido sordo fuerte, alarmándome.
—¿Zayn? ¿Zayn? ¿Zayn, estás bien? —Digo detrás de la puerta con preocupación.
—¿Zayn? —Digo una vez más cuando no me contesta—. ¿Está todo bien?
Y cuando escucho sus débiles sollozos, no pienso dos veces sobre empujar la puerta y correr en su ayuda, pisando los bóxers que se saco.
Una corta carrera después, abro la puerta de la ducha –sin pensarlo mucho—. Zayn, ¿estás-
Su rostro reposaba en sus manos cubiertas por el plástico, y su espalda estaba contra el muro, sus rodillas estaban pegadas a su pecho mientras estaba sentado en el piso de la ducha, y visiblemente se sacude con sollozos, dando respingos mientras llora en sus manos.
Y sin pensarlo dos veces, lo acompaño, completamente vestida y todo; bajo el constante chorro de agua caliente, colocando mis brazos alrededor de él mientras llora, dejando que se incline hacia mí mientras desahoga su culpa y aflicción y pérdida, sosteniéndolo.
—Todo estará bien, —digo en voz baja, sujetándolo fuerte mientras coloca un brazo a mí alrededor—, todo estará bien.
__
Una vez que no había más lágrimas para llorar. Zayn se las arregla para recuperar la compostura una vez más, sorprendiéndome con su fuerza emocional. Finalmente se pone de pie, jalándome con él y es cuando decido estar a cargo.
—Siéntate, —digo con delicadeza, señalando al área de la ducha que dejaba un lugar para que alguien se sentara. Sujeto la botella de shampoo, derramando un poco sobre mi mano, antes de moverlo sobre su cabello mojado, el cual estaba pegado a su cara.
Mientras muevo mis dedos para enjabonar sus dedos suavemente, las yemas de mis pulgares hacen círculos sobre su cuero cabelludo, con intención de calmarlo.
Apenas noto el hecho de que aún estaba completamente vestida, y que él no estaba vestido por completo, mientras trabajaba en enjabonar su cabello. No podía evitar notarlo, de cualquier modo; como nuestros roles parecían haber tomado una vuelta de ciento ochenta grados desde que llegué aquí por primera vez. Débilmente recordé como él estaba bañándome cuando llegué aquí al principio, y ahora estaba regresándole el favor.
__
De alguna forma, terminamos en su cama después de la ducha, y me coloqué una camiseta y bóxers suyos, dejando mi ropa en la ducha. Él permaneció en silencio mientras me abrazaba, con los ojos cerrados mientras su pecho subía y bajaba con cada respiración que tomaba.
Sus dedos se enredaron en mi cabello, moviéndose lentamente a través de los mechones, creando un ritmo calmado, y su otro brazo reposaba sobre mi cuerpo, apegándome a él.
—Te amo, —dice suavemente, tan bajo que ni siquiera estoy segura de escucharlo, debí haberlo imaginado. Sus dedos continúan moviéndose entre mi cabello con delicadeza y él cierra sus ojos.
Y después me siento sin aliento, mi corazón se acelera con sus palabras, el ritmo de la adrenalina cantando en mi sangre se yuxtapone a la calma, el aire sereno nos rodea mientras estamos recostados y nos abrazamos.
© izzysaphira
HOLA!!! ¡FELIZ MARTES! Pobre negro, ha sufrido mucho durante el fic. Y nosotras sentimos su aflicción en carne propia ¿o me equivoco? Blaise y Caleb, ahora están donde pertenecen, en el paraíso y ahí nadie puede dañarlos... Y también Abby, a pedido del público apareció :D, pero ahora los papeles de Zabby se invirtieron, porque ella estaba frotando el cabello de Zayn (suertuda).
Lottie y William :c :c :c :c :c ¿por qué te fuiste Blaise? ¿por qué?
PD1: Estoy tan feliz que hoy casi lloro de felicidad porque salvé una materia, ahora sólo debo preocuparme por una :D
PD2: Laced poco a poco está llegando a su final :c
PD3: El tan ansiado sábado paso en el fic, pero no hubo momento Zabby hot...
PD4: Laced Whatsapp ya casi llega a los 2000 votos, gracias c: c: I LUV U!
Dedicado a: @ValeThomp c: