El pequeño polluelo estaba acostado sobre el cementerio estelar, desde una herida abierta hecha por el Gran Anciano, las raíces de la planta de la luz eterna se nutrieron acelerando su crecimiento desde su sangre, rompiendo su carne y destruyendo sus huesos; las miles de ramas llevaron a sus hojas sagitadas todo lo alto que pudieron, los nervios fueron dotándose de luz, el único cúmulo de flores se abrió en lo que dura un parpadeo, los pétalos cayeron sobre el rostro frío de Taehyung como si fuera una pintura desalentadora de la más lúgubre hermosura, el fruto maduró concentrando todo lo que la planta de la luz eterna estuvo absorbiendo desde que la semilla fue plantada con la primera vida que tomó, las hojas se secaron olvidando su fulgor, las ramas perdieron su vitalidad, terminada su labor, toda la planta se marchitó ocultando el último cadáver. La oscuridad y el frío rodearon la risa del Gran Anciano al tomar entre sus manos el fruto luminoso.
─ ¡Despierta, pequeño polluelo!
En la silenciosa noche del templo, cuya calma parecía inalterable, la respiración del castañito se alteró, sollozó de dolor, se movió intranquilo tratando de liberarse; en su desesperación, rasgó las sábanas y casi hirió al fénix con sus poderes, el Segundo Príncipe lo tomó en sus brazos subiéndolo a su cuerpo, lo meció como a un bebé intentando despertarlo.
─Kookie ─su voz angustiada reemplazó los sollozos al abrir los ojos dándose cuenta que todo había sido un mal sueño.
Sentía que la planta de la luz eterna ya estaba drenando su energía y eso lo asustó un poco.
─Estoy aquí contigo, no te dejaré.
─Sólo tuve otra pesadilla, nada más ─contó frotando su carita en el pecho amplio y seguro, se empapó en el aroma ajeno encontrando la calma perdida.
─Me pregunto por qué se creó algo tan problemático como esa semilla, en qué estarían pensando las estrellas al llegar al Espacio Estelar, sólo hacen que mi pequeño Gran Antepasado se preocupe ─habló dejando cortos besitos en los párpados temblorosos intentando alejar las feas imágenes de sus pupilas.
─La estrella que creó la semilla está también en el cementerio, pagó con su propia vida ─explicó respondiendo al abrazo colgándose como un panda a un árbol de bambú.
Ninguno de los dos pudo volver a dormir, se levantaron poniéndose cada uno una bata de seda y caminaron hacia las faldas de la montaña tomados de la mano.
─ ¡Mira, Kookie! ─señaló el de sonrisa cuadrada hacia las luciérnagas que volaban entre los matorrales─. Parecen estrellas bebés.
─ ¿Tú crees? ─sonrió encontrándolo demasiado lindo, la estrella era una bolita de ternura nada buena para su corazón.
─Sí, supongo que cuando nací me veía parecida a una luciérnaga a la distancia.
«Aunque seguro era muy solitario» , pensó suspirando.
─Seguro eras una luz muy brillante y juguetona ─aseguró arreglándole el cuello de la bata de seda, el polluelo creía ocultar muy bien el tiempo difícil que estaba pasando pero para el Segundo Príncipe no fue difícil ver la tristeza en su carita. Al finalizar su trabajo, se inclinó besándole la frente─. Sabes que estoy dispuesto a acompañarte siempre, ¿verdad?
─Lo sé ─asintió abrazándolo─, gracias, Jungkookie.
─Cuando el portal hacia el Espacio Estelar aparezca, quiero ir contigo ─declaró devolviendo el abrazo.
─ ¡No! ─exclamó soltándose, su rostro mostró verdadero terror por un instante antes de farfullar─: Ni la vieja diosa de la enfermedad pudo evitar perder la cabeza...
─No perderé la cabeza, lo prometo.
─Cuando desperté no viste mi verdadera forma, además ni siquiera podría garantizar que el Portal Estelar no te dejara en otro lugar. Voy a estar bien.
«Y-Yo no quiero perderte, no otra vez».
─ ¿Quieres enfrentarlo solo?
─Conmigo basta para patear a esa chispa barata que se cree Gran Anciano sólo por ser más viejo, le debería dar vergüenza ser tan débil y depender del esfuerzo de otros para avanzar ─criticó despreciándolo.
─No estás siendo serio ─reprendió negándose a ser engañado.
─ ¿No viste cómo hice temblar a esa constelación que quiso ponerte en problemas?
─No te estoy menospreciando, sé lo poderoso que eres, TaeTae.
─Entonces cuando se abra el Espacio Estelar para mí, regresa al Palacio Sur y espérame. Tomaré la responsabilidad de casarme contigo para que no seas el hazmerreír de nadie, si demoro un poco y los rumores te tildan de novio abandonado diles que fui a buscar un regalo de bodas digno del Segundo Príncipe del Reino de la Dicha Pura.
─Debe haber otra manera.
─No creo que la haya, Jungkookie, pero no te preocupes, regresaré a ti, siempre lo haré.
─Yo no quiero perderte ─confesó acariciándole el rostro.
─No me perderás, me prometiste muchas cosas, las cobraré todas y te pediré más. Te amo, Kookie. ─Se irguió para darle un ósculo, sus manos se aferraron a su hanfu.
─Déjame ser egoísta ─Lo acercó sintiendo que el corazón se le desgarraba al saber que no podría retenerlo a la fuerza porque lo amaba libre, travieso, berrinchoso, engañoso, dulce... la intensidad de sus sentimientos lo dejaba indefenso frente a Taehyung. Sintió que la impotencia se enraizaba en su alma como hiedra.
Antes de que el castañito pudiera contestarle, una pesada aura cayó en toda la montaña, abundante polvo cósmico los rodeó mientras el Portal Estelar aparecía a sólo unos metros de ellos. Del otro lado, una voz desconocida llamó a la estrella.
─Iré por ti al Territorio Sur, Segundo Príncipe, quizá tardaré un poco pero iré a buscarte así que no se te ocurra caer bajo los encantos de la Señora Menor ─sonrió ahuecando su rostro con ambas manos.
Se alejó sin mirar atrás, Zheng Guo quiso seguirlo pero un niño con rasgos ambiguos lo detuvo, llevaba un hanfu que simulaba escamas multicolor y en el dobladillo se podían divisar algunas llamas ardiendo.
─ ¿Huǒ? ─dudó, detrás del misterioso personaje, un grupo de otros niños vestidos de igual forma con los mismo rasgos poco claros bloquearon su camino.
─Dios del fuego ─saludó inclinándose ligeramente.
─Déjame pasar.
─No puedo hacerlo, nuestro señor ha sido muy claro en pedirnos que lo protejamos hasta que regrese.
─ ¡Puede desaparecer para siempre! Si destruyen su alma por completo nunca más lo volveré a ver ni así lo busque en todo el Tao.
─Son sus deseos, por favor, dios del fuego.
El Segundo Príncipe vio que el portal se desdibujaba rápidamente al recoger al de sonrisa cuadrada, todo pensamiento aparte de correr al lado del niño fue borrado convirtiéndose en una gallarda ave fénix, con las plumas de su majestuosa cola hizo a un lado a los qilin y voló directo al Espacio Estelar con las hermosas alas extendidas y el corazón firme.
Taehyung se sorprendió por el temblor que experimentó al cruzar el portal, una ráfaga caliente llegó a su cuello, al avanzar hacia el basto Espacio Estelar notó que el mar de estrellas fluyendo hacia el horizonte no se encontraba ya. Todo el lugar fue misteriosamente transformado en un tupido bosque, la copa de los árboles no era distinguible, no había rastro de animales por ningún lado y en lugar de tierra, las piedras negras del cementerio de estrellas hacían de piso para la ilusión. El castañito quiso reír por lo poco elaborado de la trampa, dejó su forma humanoide para volverse una luz diminuta, igual a las luciérnagas que vio con Jungkookie sin saber que el Rey de las Aves lo había seguido.
-electrahearth-
Ayer vi los AMA's mientras escribía y el aburrimiento me quitó las ideas, salvo por los momentos más importantes, casi me duermo.
¿Cómo están? ¿Me extrañaron? ¿Tienen un muñeco vudú con mi nombre porque no actualizo constantemente?
Pues deberían desecharlo porque esta semana les traeré 2 caps, este y uno antes del siguiente lunes.
Cada vez nos acercamos más al final de todos los conflictos.
¿Creen que Kook llegó al Espacio Estelar o fue dejado en otro lugar? ¿Vieron que los qilin pueden tomar forma humana al fin? ¿Qué les pareció el cap?
Siempre me alegra leerlas, así que dejen sus comentarios porque pienso responder cada uno de ellos.
Gracias por leer.
Besos bitiezianos.