El ambiente mórbido y el aroma a sangre todavía perduraban en KunLun, el Emperador de Jade había dispuesto que en el centro de la Ciudad Capital se alzara una plataforma donde el cadáver de la Vieja Dama del Oeste yacería en una poderosa formación, el agua hecha carámbanos mortales la fijaron, el fuego ardió haciendo cenizas sus órganos, la roca reemplazó sus vasos sanguíneos y terribles rayos hicieron trizas su piel; la cabeza se colgó en un pilar frente al gran Palacio de Jade mostrando el terrible final de todo aquel que se atreviera a amenazar el equilibrio de los mundos. La corte dejó de reunirse por algunos días en señal de duelo y se eliminaron todos los escombros, las hadas, los dioses y todas las criaturas que ayudan a generar vida recorrieron los cinco puntos cardinales mientras que las edificaciones se reconstruían.
En la Primera Mansión del Palacio de Jade, el médico imperial fue convocado por el Dragón Azur, los sirvientes principales le abrieron la puerta hacia la alcoba del dragón e hizo una reverencia a la Pareja Real.
─Levántese ─ordenó Nan Jun sentado junto a la gran cama donde su esposo reposaba siendo refrescado por dos sirvientas principales que controlaban las corrientes de aire─. Quiero que vea la condición del Consorte Imperial y del futuro miembro real.
─Como desee.
─Estoy bien, Nan Jun ─dijo el embarazado por quinta vez, las heridas ya fueron tratadas y sólo quedaban algunas cicatrices que desaparecerían antes que el verano llegue a su fin.
El médico revisó su pulso, alzó la mirada notando que la Dama Peng poco a poco volvía a materializarse.
─ ¿Ya convocó a sus sirvientes de niebla, Su Alteza Imperial?
─Sí, me sentí con la fuerza suficiente para hacerlo esta mañana, no me indicó que fuera malo hacerlo.
─Te dije que no era necesario, mis sirvientes pueden hacerse cargo de todo por ahora, mi amado consorte ─regañó el Emperador de Jade acariciando los largos cabellos de su esposo que caían como una bella cascada sobre su límpido hanfu.
─Estoy bien, ¿verdad, doctor?
─La condición del Consorte Real y del futuro miembro real parece ser buena, sólo deben descansar... sobre las náuseas por el aroma en el aire, mis aprendices traerán más tarde unas bolsitas aromáticas que puede mandar a poner en los espacios donde se encuentre para calmarse.
─Entiendo.
─ ¿Tiene algún otro síntoma?
─T-Tengo un poco de incomodidad en el pecho ─susurró mirando de reojo al Emperador de Jade─, también letargo y calambres.
─ ¿Cambios de humor?
─Los tiene.
─No los tengo.
La Pareja Real respondió al unísono, se miraron, uno con culpa y el otro con gesto amenazante.
─Este sirviente viene de la Cocina Imperial trayendo la nieve teñida en jugo de grosella roja para el Consorte Imperial ─anunció alguien, al darle el permiso, el sirviente pasó llevando una bandeja de oro donde el tazón de porcelana mostraba el dulce de color atractivo.
─Dámelo ─alzó las manos Xi Zhen con los ojos fijos en la bandeja.
El Emperador de Jade caminó hacia el balcón con el médico siguiéndolo aprovechando que su esposo no les prestaba atención.
─En el primer embarazo de mi amado Consorte Imperial, recuerdo que comía el fruto de los perales de las arenas que crecen en el territorio oeste, con salsa de soja o marinando las carnes ─narró el Dragón Azur mirando el extenso Valle de Nubes a los lejos.
─Es correcto, Su Majestad.
─En el segundo embarazo, no quiso comer carne pero sí semillas de melón, pedazos de sandía y todos los frutos disponibles en el Tao.
─Su Majestad quiere indicar que el Consorte Imperial estaría esperando al nuevo Guardián Norte...
─Es sólo una suposición; en el pasado, los herederos al trono dorado del Dragón sólo eran los Príncipes Centrales, si el gobierno en KunLun era justo, aparecían el Ave Fénix, el Tigre Blanco, La Serpiente Negra y el Dragón Azur al mismo tiempo en los cuatro territorios, con los cambios, fue extraño que esos guardianes aparecieran, hubo un momento donde no se tuvo la presencia de ninguno de ellos.
─Lo sé, Su Majestad. Cuando su hermano regresó del mundo humano para tomar el puesto de su padre, usted era el único guardián que no sólo nació en la Familia Real, también fue de la Tercera Esposa que venía del Este. Luego de que ascendió al trono e hizo que un humano tomara el puesto de la Emperatriz, el Tao lo bendijo con el Ave Fénix y el Tigre Blanco como príncipes... quién sabe la razón por la que la Serpiente Negra terminó naciendo de esa mujer.
─El origen del Guerrero Oscuro no es el problema ─comentó reflexivo.
─ ¡Alégrese, Su Majestad, si nuestro Consorte Imperial concibe al nuevo Cuarto Guardián, significará un hecho feliz para toda la creación y al fin el Territorio Norte será bendecido!
─Espero que esta información no sea difundida por el momento, puedo equivocarme.
─Comprendo, Su Majestad.
El Segundo Príncipe visitó los aposentos reales cuando el médico se retiró, el Emperador estaba revisando los memoriales y escribiendo decretos en la mesa cercana al balcón mientras el Consorte Imperial veía objetos y decoraciones para el nuevo miembro real. Los saludó con una honda reverencia, conversó con Xi Zhen sobre su estado antes que el Dragón Azur dejara atrás los asuntos de KunLun y lo invitara a caminar por el jardín.
─Ya leí los memoriales que me enviaste, lo hiciste bien pero me preocupa que no descansaras, Zheng Guo. Entre la Casa del Matrimonio y el Territorio Sur...
─No se preocupe, Su Majestad. Estoy bien.
─ ¿Irás al mundo humano? ─preguntó mirando al qilin no muy lejos comiéndose las más bellas flores.
─Sí.
─Al regresar del Espacio Estelar, Taehyung pidió tiempo para despedirse de los que lo criaron en el mundo humano, estás preocupado por él y lo entiendo, pero esa es la elección que hizo.
─Lo sé, mas, quiero estar a su lado.
─Tengo un hijo muy romántico ─fingió resignación ocultando su sonrisa.
─Lo aprendí del Emperador.
─ ¿Sabes qué planea hacer Taehyung con el Espacio Estelar si logra que la planta de la luz eterna no sea utilizada por el Gran Anciano? Yo no puedo intervenir por la prohibición que puso el Primer Puro.
─No con exactitud, pero las estrellas no merecen tenerlo de Gran Antepasado ─dijo apretando los puños.
─Eso también lo decidirá Taehyung. En unos días, el luto acabará, recuerda venir a la primera sesión de la Corte Imperial.
─Lo haré.
─ ¿Viste a tu hermano? Los asuntos en el Territorio Oeste se están manejando bien pero me preocupa un poco ─cesó sus pasos frente a un pequeño manantial.
─No, Su Majestad. Traté de hablar con él cuando la Guardia Imperial puso el cuerpo malherido del Guerrero Oscuro en prisión, sin embargo, parecía distraído.
─ ¿Alguna vez te topaste con el Guardián Norte antes?
─No, ni siquiera conocía su existencia... ─Al meditarlo, recordó, quién sabe por qué, que el aura de la Serpiente Negra era parecida a la del amante de su hermano. Su rostro se ennegreció con la sospecha que surgió dentro de su corazón mas, no pudo decirlo.
─Iré a terminar el trabajo, no te pongas en peligro al bajar al mundo humano, hijo.
─No lo haré.
Un gran cortejo esperaba fuera de la alcoba principal de la Primera Mansión cuando el Guardián Oeste llegó, los presentes lo saludaron con una reverencia, se acercó a la Dama Peng al verla salir cerrando el gran portón tras ella.
─Saludos a su Alteza, el Primer Príncipe.
─ ¿Mi padre se encuentra bien, dama Peng?
─El Consorte Imperial se quedó dormido.
─ ¿Qué sucede con su embarazo?
─Todo está bien, el médico imperial lo revisó esta mañana.
─ ¿Y el Emperador?
─Decidió ir al Estudio Imperial para no inteerumpir el sueño de su Consorte, ¿desea que los sirvientes lo anuncien?
─No, debe estar ocupado. Vendré mañana.
El Tigre Blanco hizo puños bajo las largas mangas de su hanfu sabiendo que después de todo lo sucedido, no podría mirar cara a cara a ninguno de sus progenitores durante un largo tiempo.
Era sólo un traidor.
Zhì Mín se alejó con premura, usando sus poderes llegó a la prisión del Palacio Central en un parpadeo, mandó a que los soldados Imperiales lo condujeran hacia donde estaba el Guerrero Oscuro, pidió que los dejaran solos e hizo aparecer sus garras por las que una corriente eléctrica mortal danzó, avanzó viendo el bulto bajo la luz de la única lámpara al otro lado de la pared con la mente hecha un caos.
Sus pasos a penas audibles se aproximaron con duda.
─Si vienes a tomar mi vida, hazlo rápido ─aconsejó el Guardián Norte con el rostro sudoroso, al recibir el tratamiento sólo para mantenerlo consciente hasta que el Emperador de Jade decidiera su sentencia, el dolor y la fiebre lo acompañaron en su encierro.
El Tigre Blanco alzó sus garras queriendo acabar con todo en un ataque limpio, cuando estaba a menos de un cun del cuello blanquecino, se detuvo maldiciendo bajo.
─No debiste salvarme jamás, no tendría que deberle nada a mi enemigo ─escupió con dureza.
─Estarías muerto.
─Pero no cargaría con este peso en mi corazón, podría pasar por el círculo de reencarnación sin remordimientos ─se rio de sí mismo encontrándose patético─, venía a matarte pensando que así sería como todo terminaría, mas, el peso seguiría en mí, me obligaste a cargar con esto.
Yun Jī vomitó una gran bocanada de sangre, la vista se le oscureció y sudó frío mientras sentía el cuerpo cada vez más débil.
─N-No te pediré perdón.
─He cambiado de idea respecto a tu muerte, sería mejor que vivas muchos años cargando con tus pecados ─respondió sacando una píldora que insertó en la boca ajena obligándolo a tragar.