Taehyung encendió la luz al arribar a la alcoba, avanzó para regular el aire acondicionado diligentemente cuando fue alzado por el fénix.
─ ¡Kookie! ─exclamó con sorpresa, su corazón latió hasta casi salir de su pecho.
─Siempre haciendo travesuras, pequeño novio de fénix ─murmuró llevándolo hacia la cama, lo dejó sentado contra la pared y alzó una de sus piernas observando la planta del pie con manchas de tierra. Delineó el arco ocasionando un hormigueo.
─ ¿Q-Qué haces, Jungkookie? ─El escalofrío lo recorrió entero, su respiración se alteró al verlo casi entre sus piernas, su mente fue un desorden y sus mejillas arreboladas delataron su estado aturdido dándole al contrario ganas de morderlo.
La habitación pareció achicarse y la profunda noche les dejó los sentidos enfocados en cada acción ajena, todo lo demás desapareció.
El Segundo Príncipe estuvo con los brazos vacíos tantos días, escuchando las travesuras del polluelo en el Palacio Sur por boca de otros, lo torturó la imagen del niño en su ropa paseando como un adorable fantasma y diciendo que se casarían cuando regresara de Los Confines; aceleró sus actividades en el Territorio Sur y el Reino de la Dicha Pura dejando sin trabajo a You Wen, presionó al Palacio de Tuo Luo para encontrar a la familia de las grullas damisela y la Casa del Matrimonio ya no tenía mucho que gestionar el resto del mes gracias a él... todo para este momento.
Un momento cotidiano junto a la adorable estrella.
─Te ensuciaste los pies, si sigues caminando por ahí mancharás todo el piso.
─Oh... entonces iré a lavarme. ─Intentó levantarse mas, fue detenido.
─Yo lo haré.
─Eres un príncipe celestial, no andes haciendo estas cosas; iré a lavarme, ya vuelvo.
De nada sirvieron las negativas, minutos después estaba acostado en la cama mientras recibía la atención del dios del fuego. No quiso saber si era el único azorado así que se tapó el rostro; en el silencio de las cuatro paredes sólo el agua salpicando hizo eco.
─ ¿Te quedaste dormido? ─susurró el Segundo Príncipe jugando con los dedos, su toque liviano generó cosquillas.
─ ¡K-Kookie! ─reclamó el niño pataleando.
─Quédate quieto, TaeTae.
Las cosquillas fueron reemplazadas por reconfortantes masajes, el castañito se relajó y cerró los ojitos. En un momento de descuido, notó la sombra del Guardián Sur a través de sus párpados donde el contrario depositó varios besos mariposa. Las largas pestañas dejaron cierta comezón en los atrevidos labios al separarse.
─ ¿Ya terminaste, Jungkookie? ─susurró suspirando, apretó la colcha lleno de su presencia.
─Todavía no ─respondió, su tono de voz fue ambiguo.
Zheng Guo regresó sonriendo a su tarea; al finalizar, no usó sus poderes para evaporar las gotas, eligió secar ambos pies con una toalla como cualquier mortal. El almibarado abrió lentamente sus ojitos de flor de melocotón con un toque cristalino y puro viendo el apuesto perfil concentrado, su mano se alzó en su dirección, aturdido, aferrándose a todos los sentimientos que brotaban igual a un torrente continuo derramándose en su corazón.
─Te quiero mucho, Jungkookie, mucho, mucho, mucho ─confesó jugando con algunos cabellos ajenos, todavía a contraluz, la imagen quedó firmemente grabada en su alma.
─Yo también te quiero mucho, mucho, mucho, futuro Príncipe Consorte del Territorio Sur... te amo, mi pequeña estrella.
─Y-Ya te dije que no bromees así, n-no sé cómo debería responder.
─Puedes aceptar mis propuestas, ─en su profunda mirada se reflejó una única estrella encendiendo la noche─, o yo puedo aceptar la tuya, me contaron que dijiste que nos casaríamos pronto, la noticia ya se filtró en todo el Reino de la Dicha Pura, si no te haces responsable de mí seré un novio abandonado.
Taehyung tomó una almohada de su cabecera para abrazarla con fuerza y mordió su labio inferior. El dios del fuego aprovechó el descuido para atarle un delicado hilo rojo con un colgante de oro en el tobillo, después besó el interior con dulzura.
─ ¿Qué haces? ─Se sentó apenado, observó con cuidado la cuerda que ahora engalanaba su piel.
─Te estoy atando a mí, TaeTae. ─Le pellizcó la nariz con suavidad.
Una pareja de patos mandarines estaba grabada en el colgante de forma delicada y detallista, los ojos en obsidiana resaltaban junto a algunas pequeñas piedras preciosas imitando los colores de las plumas.
─Parecen reales ─murmuró alzando la cabeza.
─ ¿Eso es lo que te llamó la atención? ─Alzó la ceja fingiendo desilusión─. Pensé que merecería un beso.
El silencio cayó enrareciendo el ambiente, la garúa regresó mojando los campos y repiqueteando en los techos del pueblo. Los dedos del castañito acariciaron los del Segundo Príncipe, entrelazó sus manos observando lo bien que se veían juntas.
─Prometiste besarme todos los días, me debes varios besitos. ─Su voz bajó mitigando el espacio que los separaba, tirando de la tensión invisible del encuentro de dos personas enamoradas.
─Eso es cierto, te los daré todos.
─La pareja de patos mandarines simboliza la felicidad conyugal, lo sé porque nos invitaron a una boda tradicional cuando iba a la secundaria y la ropa de los novios los tenía estampados, Qian noona me explicó que son la única especie que pasa toda la vida junta... ¿esto es una pedida de mano?
Zheng Guo ya no pudo con las provocaciones del niño, lo empujó hacia el colchón, inmovilizó una de sus manos agarrándolo de la muñeca, le alzó la barbilla y unió sus bocas en un ávido beso; las respiraciones se volvieron una, desordenada, temblorosa, desesperada. Los labios como pétalos se abrieron dejando ingresar a la primavera de mordiscos, hilos de plata, lenguas danzantes y suspiros.
─Toda mi nueva vida es una propuesta en espera por ti ─habló vertiendo su cálido aliento─. Los colgantes de jade púrpura todavía no están listos, pero acabo de atarte a mi abrazo.
─ ¿Eso no es tabú si eres el dios del matrimonio?
─Lo mismo te pregunto, ¿no era tabú que me ataras aquella vez?
─Si sólo es entre nosotros está bien, sólo no le cuentes a tu padre, el Abuelito Celestial. No quiero que se enoje conmigo. ─Hizo un puchero que rozó la boca contraria.
El Guardián Sur volvió a besarlo profundo como si quisiera devorarlo, tremendamente dulce; las luces se apagaron sumiéndolos en la oscuridad, dejándolos febriles. Taehyung respondió extraviado, su mano libre arrugó la tela del hanfu mientras que sentía el peso de la anatomía ajena presionándolo.
─ ¿Sigues teniendo miedo, TaeTae?
─N-No lo tengo si me besas.
─Ya es hora de dormir. ─Acarició los cabellos desordenados de su frente y le dejó un pequeño besito en el lunar cerca a uno de sus ojitos. Lo vio entrecerrar la mirada muriendo de ternura.
─No quiero dormir ─soltó en tono quejoso.
─ ¿Por qué de pronto quieres hacer un berrinche?
─No estoy haciendo un berrinche.
─El Gran Antepasado es una bolita hecha de berrinches ─susurró en su oído, sus manos se ataron a su cintura sin intenciones de soltarlo.
─ ¡No soy una bolita hecha de berrinches! ─Mostró una expresión de agravio tratando de alejarse.
─Está bien, no lo eres. Eres un osito de miel suave que huele a frutas. ─Hundió su nariz en el cuello a su merced hasta sentirse mareado, fue como si sostuviera todo su mundo.
La madrugada pasó mientras ellos mantenían en su abrazo la calidez del universo entero, la cama al ser pequeña aprobó que estuvieran juntos, sin ningún espacio. Al cambiar de posición en medio de otro beso, el de hebras castañas quedó encima, la mano exploradora del Segundo Príncipe acarició la piel de su cintura bajo la ropa invitando a otro nivel de intimidad a colarse en su sangre, Taehyung se arqueó por las caricias abrasadoras en su espalda, se sostuvo del cuello del Segundo Príncipe concentrado en seguir con el ósculo, enredó su lengua a la ajena sintiendo que se derretiría en cualquier momento.
La claridad del día llegó antes a Seo-gu gracias al verano, la lluvia paró en algún momento de la madrugada dejando sólo el perfume a tierra mojada invadiendo los campos; las horas que durmió estuvieron llenas de escenas íntimas entre él y Kookie, tanto así que al despertar su entrepierna estaba dura presionándose en el fénix, su cara se volvió roja de inmediato, intentó correr al baño mas, todavía era un rehén de los tiránicos y fuertes brazos, por ello, lo único que pudo hacer fue esconderse entre las sábanas pidiendo desaparecer por el momento bochornoso.
─Deja de esconderte, polluelo revoltoso.
-electrahearth-
Capítulo dedicado a aRaCeLi10d86 espero que disfrutes la actualización, muchos besos y buenas vibras para toda la semana, linda personita. Gracias por apoyar el fanfic.