Zayn:
Cuando vi el identificador de llamadas era Caleb, inmediatamente respondí el teléfono y presioné el auricular contra mi oreja—. ¿Sí?
—Oye, me dirijo a los apartamentos al este de la ciudad ¿conoces el complejo de apartamentos principal en el área? —Pregunta.
Arqueo mis cejas en confusión y le contesto—. Sí ¿por qué?
—Perrie dice que tal vez fueron allá-
—Espera, espera, espera, —lo interrumpo—. ¿Perrie? ¿Qué mierda tiene que ver ella con esto?
Él comienza a contestarme de nuevo—, ella-
Una vez más, lo interrumpo—, espera, no contestes eso. No importa. —Estoy casi seguro de que esos dos tuvieron algún tipo de relación antes de que los trajera a mi mansión.
Ambos no mostraron su relación como lo haría una pareja normal, pero tal vez era porque vivían bajo las órdenes de un Dueño de esclavos, bajo la mía y tal vez estaban preocupados de que haría si ellos no mantenían su cariño por el otro con un perfil bajo. De alguna manera, Liam siguió dejando pistas de que Perrie tenía sentimientos por mí, una y otra vez, hasta que exploté con él esa noche.
Y creo, que en algún sitio antes de eso, lo que sea que era Perrie y Harry había terminado una y otra vez.
—No hay muchos complejos de apartamentos principales en el área. El principal es donde Blaise tiene un apartamento para Lottie-
Él me interrumpe con un grito apagado—, ¿Lottie?
Arqueo mis cejas—, sí, la hermana de Louis ¿recuerdas? Él la mantiene ahí, para estar a salvo-
—Espera, espera, espera, como Lottie ¿Lottie Tomlinson? —Dice Caleb, pero su voz es lejana, como si estuviera hablando con alguien más—. ¿Es de quién estabas hablando?
Escucho otra voz al fondo, un murmuro y después Caleb habla de nuevo—. Mierda santa, Perrie y Harry ambos conocen donde esta ella. Perrie cree que él pudo haber ido allá.
¿Qué? — ¿Es en serio? ¿Se conocen?
—Sí. ¿Siquiera Louis sabe que tienes a su hermana a salvo con Blaise?
—No. —Respondí—. Blaise y yo mantuvimos ese secreto entre los dos. Si Perrie y Harry conocen a Lottie y obviamente a su hermano, seguramente saben quién es Blaise y que sé quién es Lottie.
—Bien, entonces, sólo mándame su jodida información ¿de acuerdo? ¿Lograste hablar con Nathan?
La recepcionista estaba de pie detrás de su escritorio, levanto la mirada hacia mí—. Señor, Nathan está listo para verlo. Ahora está en su oficina. Sígame, lo escoltaré ahí.
—No, aún no, —replico a Caleb precipitadamente—, entraré en pocos minutos. Te enviaré en un mensaje la información ¿sí? —Asentí a la recepcionista y me pare desde donde estaba sentado para seguirla.
—De acuerdo. Adiós. —Dijo y colgó.
—Adiós Caleb. —Replico demasiado tarde e hice clic en mi lista de contactos mientras seguía a la mujer detrás de la puerta de la sala de espera y buscaba la información de Blaise.
La seguí hasta la inmensa oficina, la habitación estaba inundada de una luz brillante de un gran muro de ventanas, dándome la ilusión de que la oficina era más grande de lo que ya era. Era la oficina estereotípica para un Presidente Ejecutivo o algo parecido, abajo los sofás blancos de lujo a un lado de la habitación y un mini golf situado al otro lado.
—Él estará aquí, Señor, —sonríe la recepcionista mientras me percataba de que Nathan no estaba en su oficina—, él sólo fue al baño después de su primer cliente. Estará con usted dentro de poco, —me aseguró.
—Bien, gracias. —La ahuyente y me senté en frente del escritorio principal en su oficina y regresé mi atención al teléfono para pasarle la información de contacto de Blaise a Caleb.
--
Diez minutos pasaron, me di cuenta mientras revisé el reloj de mi teléfono por centésima vez.
— ¿Dónde mierda esta él? —Maldije por lo bajo, incorporándome de mi asiento. La habitación estaba vacía, aún vacía y nadie vino.
Me encaminé a la puerta que la recepcionista cerró, listo para arrancarle la cabeza por no traer a Nathan aquí tan pronto como prometió que estaría. Mi mano esta alrededor de la perilla de la puerta, jalando.
La puerta no cede, ni siquiera un poco.
Rodé mis ojos, empujando la puerta que al principio asumí que tenía que ser jalada.
Pero una vez más, la puerta ni se movió.
Me detuve, confundido. Tratando de jalar la puerta una ve más, puse un poco más de esfuerzo en ella, jalando.
Podría sentir el pánico incrementarse en mi estómago y mi corazón comienza a latir con fuerza. Trago saliva, mi boca se seca. Por favor, por favor no dejes que esto sea lo que estoy pensando. Por favor.
Una vez más, giro la perilla, jalando más fuerte, notando que era inútil. Estaba atrapado aquí, en la habitación y la puerta estaba cerrada con seguro.
Golpeo la puerta, sin embargo nadie responde.
— ¡Mierda! —Grito con furia, miedo y pánico.
¿Cómo puede haber sido tan estúpido?
Mi teléfono, mi teléfono ¡mi teléfono!
Saco aparato de mi bolsillo lo más pronto que puedo, agradecido por el hecho de que no lo arruiné en el tiempo que lo tuve.
Mis dedos se mueven rápidamente por la pantalla y marco el número de Caleb y presiono mi teléfono contra mi oído.
No hay tono que provenga a través del auricular, así que miro a la pantalla, confundido.
El estado de la barra de la señal del teléfono mostraba absolutamente nada, sin señal del todo. ¿Qué? ¡Eso es imposible!
Traté de marcar de nuevo, pero la llamada no se llevaba a cabo. ¿Qué´mierda?
Mi corazón palpitaba con fuerza en mi pecho y mi respiración continuaba acelerándose y siendo superficial.
No tenía sentido absolutamente todo, con la tecnología de estos días. Las torres de teléfono estaban por todas partes, no había ningún sitio en el planeta que no tenía una cobertura decente.
A menos…
Un bloqueador de señal.
Y mientras presione le botón de llamada una vez más, y la llamada no se llevaba a cabo, afectado con pánico, me percato de que efectivamente, Nathan instaló un muro en contra de la señal telefónica, bloqueando mi teléfono de llamar para pedir ayuda, de comunicarme con cualquiera mientras estaba encerrado aquí dentro.
Harry:
Bajé la mirada a mis manos, examinando todas las hendiduras y bordes en mis palmas. Lentamente cerré mis manos, haciendo puños y reabriéndolas, las observo con una especie de asombro, deshaciéndome de todo lo afiliado que parecía alrededor de mí.
Afilado. Claro. Concentrado en un punto donde casi me hace sentir mareado. Es así como se siente después de haber sido persuadido de inhalar algo de cocaína por mi nariz.
El escozor en mi nariz fue temporal, molesto hasta que en lo que podía concentrarme era todo alrededor de mí y la claridad de todo. era casi como ponerse un nuevo par de gafas, o lentes de contacto. Borroso, hasta que estaban situados en tus ojos y después todo era perfecto.
Con la excepción de la parte perfecta, porque todo no era sólo perfecto. Aún tenía una última cosa que necesitaba finalizar.
Y para mi favor, la persona a quien miro caminando por la habitación, dando órdenes en el teléfono a quien sea con quien hablara.
Alza sus cejas hacia mí rápidamente en reconocimiento y me pongo de pie, ansioso por que termine con su llamda.
—Bien. Asegúrate de que todo permanezca cerrado. No quiero tener problemas por ahora. Si termino teniendo problemas con él viniendo aquí, puedo garantizarte, que tu vida estará en riesgo. ¿Entendido?
Mira a Tom, quien movió hacia él un porro y niega con la cabeza antes de terminar la llamada—. Mantenme informado. El muro contra señales evitará que haga llamadas, así que no tienes que preocuparte por eso. Sólo llámame si algo sucede.
Cuando él cuelga, me sonríe con satisfacción—. Veo que Siva y Tom te animaron, un poco. Si recuerdo correctamente siempre eras el aguafiestas esos días. Nunca querías tener un poco de diversión y experimentar con esto. —Mueve las drogas recreativas que contaminaban la mesa.
Cuando no digo nada, él sigue hablando—. Tú hermana era mucho más divertida. Siempre estaba lista para un atreverse a uno o dos. Tú siempre arruinabas nuestra diversión cuando éramos jóvenes.
Muerdo en interior de mi mejilla, dándome un instante para pensar antes de decir algo estúpido—. No demos un viaje por la línea del tiempo, por ahora Nathan.
Se encoge de hombros, pero cambia el tema—. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi, Harry.
Asiento lentamente, mi boca se seca por alguna razón—. Hablamos lo suficiente por teléfono para compensar ese tiempo.
Asiente—. Sí, lo hicimos.
—Y completé mi parte del trato. —Voy a mi punto inmediatamente, sin perder tiempo dándole vueltas al tema.
— ¿Lo hiciste ahora? Imaginé que sólo vendrías aquí para visitar a tu viejo amigo. —Dice sarcásticamente y bufa.
Asintiendo tranquilamente, muerdo mi labio, evitando decir algo que no debería. Pero al final, no pude detenerme—. Tú y Gemma salieron. Ella era tu mejor amiga, yo no. —Le recuerdo—. Y si recuerdas correctamente, eres la razón por la que ambos, mi hermana mayor y yo fuimos metiddos dentro de la esclavitud mientras tú permanecías libre, —espeté—. Así que como dije, sigamos con el trato, así cada quien puede irse por su camino y no tienes que fingir que te agrado, y tampoco fingiré que me agradas ¿entendido?
Finge considerarlo por un rato y después asiente—. Tienes razón. Olvide cuan irritante eras.
— ¿Y? —Presiono y él asiente de nuevo.
—Bueno ¿llevaste a la chica a la habitación como te dije que hicieras?
Asiento, con un sentimiento creciendo incómodamente en mi estómago—. Exactamente como pediste.
—Bien, —asiente—. Iré a verla ahora, para asegurarme que seguiste con tu parte del trato.
Empiezo a seguirlo, pero niega con la cabeza—. Puedes quedarte aquí y disfrutar el resto de tu porro. Regresare en pocos minutos.
Vacilo, sin embargo finalmente me siente sobre el sofá mientras él sale de la habitación y espero ansiosamente por su regreso mientras Siva divaga acerca alguna mierda a la que no presto atención.
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Abby:
Mi corazón golpea con brutalidad dentro de mi pecho, muy fuerte, puedo escucharlo mientras observo la pistola en mis manos.
Santa mierda ¿qué diablos voy a hacer?
No espero por otro minuto antes de envolver el arma en la tela en la que Harry la escondió y colocándola debajo del metal de la cama, todo el camino en la esquina más lejana, empujándola con mi pie porque no podía alcanzarla con mi brazo esposado.
De pronto, escucho un clic de la perilla e inmediatamente me atemorizo, incorporándome del suelo y manteniendo mis ojos cautelosamente sobre la puerta mientras estaba siendo abierta.
El sentimiento de mi corazón cayendo a mi estómago me vence mientras veo al hombre conocido entrar lentamente a la habitación, el mismo hombre que me hostigó en la fiesta de Año Nuevo. El mismo hombre del que Harry fingió protegerme, el mismo hombre de quién Perrie estaba aterrorizada.
Un persistente dolor regresa a mi pecho mientras recuerdo la traición de Harry, pero trato de ignorarlo mientras mantengo mis ojos cautelosamente conscientes de Nathan Sykes que camina hacia mí.
Sus ojos viajan por la piel desnuda de mi cuerpo, apenas cubierta por mi ropa interior y el sujetador que estaba usando. Me encojo debajo de sus ojos llenos de lujuria, asqueada y atemorizada.
Mantiene sus manos detrás de su espalda, aproximándose a mí, caminando alrededor de mí, mirándome como un depredador listo para atacar. Puedo sentir mi corazón latir con fuerza en mi pecho con cada paso que él da y mi respiración se vuelve superficial e inestable.
Lo miro cautelosamente, intentando predecir su siguiente movimiento, cuando de pronto, el dorso de su mano colisiona contra un lado de mi cara.
—No me mires, pieza indigna de mierda. —Dice calmadamente, como si nada ocurriera—. No te atrevas.
Lágrimas llenan mis ojos y rápidamente trago el nudo en mi garganta, haciendo lo mejor para mantener una cara firme y sin dejar que muestre emoción alguna.
—Ni siquiera sé que ve ese puto bastardo de Zayn en ti. Eres sólo una perra promedio que necesita ser follada y colocada en su lugar, —su voz aún no tiene alguna emoción real.
No puedo evitar hacer una mueca por su trato, sin embargo intento no mostrarla. ¿Cuál es el objetivo de todo esto? Pensé, con la mente apresurada. ¿Siquiera qué lo hizo llegar a este punto?
Una vez más, levanto la mirada, tratando de predecir su siguiente movimiento, mi cuerpo está demasiado consciente de su proximidad hacia mí.
Un segundo, estoy parada sobre mis pies, petrificada y al siguiente, mi nuca colisionó con el muro de concreto y mis rodillas ceden debajo de mí.
—Recuerdo exactamente ordenarte que no me miraras, perra, —dice por encima de mí—. Parece que en realidad no aprendiste tu papel como una esclava sin valor.
Jadeo con dolor mientras él le da una patada a mi abdomen y trato de levantarme, de apartarme, sin embargo el golpe en mi cabeza me mantiene mareada y descoordinada.
Las siguientes palabras que salen de su boca mandan escalofríos por mi espalda y la amenaza en su voz no puede ser más clara.
—Ahora eres mía Abigail. Y me aseguraré de que lo sepas. Vas a aprender tu lección muy rápidamente aquí, o vas a suplicarme que te mate para salvarte de tu miseria y dolor.
Jadeo con dolor mientras trato de levantarme, pero fallo. En vez de eso, me permito quedarme en el piso, frotando mi nuca con mis manos, sintiendo la magulladura que estaba segura que iba a formarse. Lágrimas salen de mis ojos mientras me tumbo sobre el piso y escucho sus pasos dejando la habitación, proporcionándome un alivio momentáneo.
Pero en el fondo, sé que este alivio será breve, con la promesa de su regreso con su amenaza aún resonando en mi cabeza.
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Harry:
Cuando Nathan finalmente regresa a la habitación, el nivel de mi ansiedad se incrementa y no puedo esperar más. Necesito acabar con esto, necesito terminar.
— ¿Y? —Digo, parándome.
Nathan asiente con aprobación—, parece que completaste tu parte del trato. No creí que pudieras hacerlo, honestamente bastante, —agrega como una idea adicional.
—Bueno, lo hice. Ahora es tu turno.
Una vez más, Nathan asiente—. Ven, —hace un gesto para que lo siga—, tengo un jet privado listo para ti para llevarte esta noche. Está en el hangar.
Inmediatamente lo sigo, deseando silenciosamente que él caminará más rápido a donde tenía sus jets guardados.
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—Entonces aquí esta, —dice Nathan, guiándome dentro del inmenso hangar de jets que poseía. Señala uno particularmente pequeño y asiente—. Tengo ese preparado y lleno de combustible así puedes irte. Es uno de los jets más rápidos de ahí afuera. Estarás en cinco horas en Londres.
— ¿Cinco horas? —Digo incrédulo.
Asiente—. Sí. ¿Cuánto tiempo creíste que te tomaría? Estamos en el siglo veintidós. Ya deberían haber hecho jets que te lleven ahí en una hora.
Para ser honesto, pensé que me tomaría desde ocho a trece horas, pero ¿qué sabía yo? La mayoría de los libros que Zayn tenía en su biblioteca eran anticuados, de todas formas, así que permanecí en silencio y no le respondí.
—De todas formas, entonces ahora es momento de hacer mi parte del trato, desde que tú completaste la tuya. La chica es definitivamente desobediente, sin embargo aprenderá rápidamente dentro de un día o más con mi disciplina. —Me asegura Nathan y no puedo evitar creerle. Él será duro, pero si Abby encuentra la pistola que deje para ella, tal vez sea capaz de escapar de su miseria. Si es terminando con la vida de Sykes, o la suya, esa era una elección que debería tomar.
—Haré que ese bastardo pague. —Dice Nathan, refiriéndose a Zayn.
Me balanceo sobre mis pies con molestia, lo cual no pasa desapercibido bajo los atentos ojos de Nathan.
Sintiendo mi incomodidad, Nathan cambia el tema inmediatamente—. De cualquier modo, entonces ¿todo lo que querías era libertad? ¿Eso es todo?
Asiento silenciosamente, manteniendo mi voz lejos de sonar desesperada—. Quiero ser libre.
Nathan niega con la cabeza—. ¿Por qué? ¿Por qué es la gran cosa para ti?
Sólo niego con la cabeza—, no lo entenderías.
Nathan se balancea sobre sus pies, ajustando su chaqueta de cuero negra que usaba—, tienes razón. No lo entiendo. Pero dije que te daría tu libertad y voy a cumplir mi promesa.
Saca algo de su chaqueta, algo oscuro y parpadeo, mirando dos veces, incrédulo.
Una pistola pequeña. Negra. Brillante.
Excepto que ahora, era apuntada a mí, sin prisa.
El karma es una perra.
Puedo sentir que mis ojos se abren con horror mientras retrocedo, mi boca está seca, incapaz de asimilar la realidad que tenía frente a mí.
Nathan asiente de un modo lento—. La libertad final Harry. De todo.
—No, por favor- —le suplico, mi voz es desesperada.
Nathan me muestra una sonrisa siniestra—. No rompo mis promesas Harry.
Estoy completamente golpeado por el pánico, mi voz sale varias octavas más alta de lo que debería—. ¡Esto no es lo que me prometiste Sykes! ¡Juraste que me darías un vuelo a Londres!
Niega con la cabeza de nuevo, su sonrisa siniestra aún está plasmada en su rostro—. No, nunca te prometí eso; te prometí libertad. ¿Qué más que la libertad que puede darte una bala?
Cuando no digo nada en mi estado de shock, agrega—, de cualquier manera es mucho más barato para mí de esta forma.
Finalmente, me las arreglo para espetar—, no puedes. —Retrocedo otro paso, mis ojos están fijos en el arma que me apunta para matarme.
Nathan levanta la pistola hacia mí—. Finalmente serás libre Harry. Piensa en esto como si hubieras vivido tus últimos momentos fuera de las cadenas de la esclavitud.
Levante mis manos en un vano intento de protegerme, pero sé que es demasiado tarde cuando escucho el estruendo de la pistola mientras dispara la bala directamente dentro de mi pecho.
Me tomó varios segundos procesar lo que ocurrió antes de que jadeé por aire, y colapse sobre el suelo encima de mi espalda. Mis manos suben hacia el hueco sangriento de mi camisa y miro mis manos, cubiertas de sangre antes de colocarlas sobre mi pecho tratando de detener la hemorragia excesiva.
Un dolor inmenso casi me lleva al punto de la inconsciencia, pero me mantengo cuerdo, disponiendo a que mis ojos sigan abiertos por estos últimos momentos.
—Libertad bienvenida Harry. Dale la bienvenida. —Ríe Nathan maniáticamente, pero apenas puedo oírlo. Mis ojos están situados en el jet al que nunca subiré, aquel que nunca me llevara a Londres y siento que algo caliente y mojado se desliza por mis mejillas.
Siento una mano sujetarme por el cuello, llevándome de nuevo dentro de la mansión, pero apenas puedo sentir nada alrededor de mí.
La única cosa que permanecía conmigo mientras sentía moverse al piso debajo de mí era la vista del pequeño jet, aquel en el que nunca volare.
--
Zayn:
¡Jodido infierno!
Mi corazón golpea mi pecho erráticamente y sabía que algo estaba mal, muy, muy mal.
Ni siquiera podía llamar por ayuda y sabía que iba ser imposible tratar y echar abajo esta puerta. Estaba hecha de platino puro y ninguna cantidad de patadas y puños siquiera le haría una abolladura a la puerta de metal.
Me recuesto sobre el piso, frotando mis sienes, tratando de permanecer calmado y pensar en algo para sacarme de aquí. Me alejé lejos de la puerta, porque la luz del sol golpeaba mis ojos directamente y eso me molestaba.
Parpadeo una vez, ladeando mi cabeza hacia el muro ventana. Mierda santa.
Había una forma de salir, sólo que una donde no podría sobrevivir la caída.
Corrí hacia el muro ventana, mirando fuera por el horizonte. Baje la mirada, haciendo una mueca. Veinticuatro pisos era demasiado alto para una caída, no habría forma de la que pudiera sobrevivir.
Continué escaneando la extensión de nada debajo, hasta que mis ojos divisaron algo, haciendo que me detenga y mire una vez más.
Las escaleras de escape contra incendios.
Puedo sentir la esquina de mis labios curvarse en una sonrisa y después sé exactamente cómo voy a salir de aquí.
La única cuestión ahora, era que necesitaba encontrar algo aquí los suficientemente fuerte para romper este grueso cristal del muro ventana.
--
Abby:
Cuando él regresa, el miedo es denso en mis venas y aún mareada por la colisión de mi cabeza y el muro de concreto. Hay un dolor soso en mi abdomen donde me pateó, pero hice lo mejor para ignorarlo y calmarme.
Todo estará bien, todo estará bien.
—Acabemos con esto. —Su voz sale de una forma malévola y puedo escuchar las consecuencias de sus palabras claramente.
Mi mano tal vez está esposada al poste de la cama, pero eso no me detiene de que me mueva lo más lejos que puedo de él mientras se aproxima.
—Ven aquí, —escupe, solamente provocando que me aleje más de él.
Cuando él se percata de que no hice lo que me ordeno hacer, da dos grandes zancadas hacia mí y me jala del cabello.
—Quizá te acostumbraste a ser desobediente y alejarte de eso, pero ahora vives bajo mis reglas, —estallo, jalándome hacia la cama por mi cabello mientras me resistía.
— ¡No, no! ¡Por favor! —Supliqué, tratando de liberarme de su agarre, sin embargo era inútil. Una de sus manos oprimía mi brazo libre y la otra tenía un puñado de mi cabello, efectivamente empujándome sobre la cama.
Moví mis piernas y brazos alrededor, teniendo dificultad para alejarme, pero él me mantenía abajo, hasta que una de sus manos fue a mi cara, dejando una marca roja sobre mi otra mejilla.
—Tengo a Zayn, conmigo, ahora. —Empieza, susurrando amenazadoramente en mi oído.
Una mención de su nombre y detuve por completo mi resistencia—. ¿Qué? —Jadeo, sin aliento.
—Si te portas mal, les diré a mis guardias que le vuelen la cabeza, —advierte con una voz cantarina. Usa que haya detenido mis movimientos para colocar una de sus rodillas entre mis muslos, presionándome incluso más.
—No lo tienes. —Espeto, desesperadamente tratando de no creerle.
—Pero lo tengo, —responde despreocupadamente, sujetando ambas de mis manos y colocándolas por encima de mi cabeza con una de sus manos—. Trató de venir por ti, después de que escapaste con Harry y él vino aquí. —Una de sus manos desciende por mi estómago al elástico de mi ropa interior.
Mi sangre fluye por mis venas con miedo y no ahora no puedo ahuyentar las lágrimas—, ¿lo hizo?
No puedo ver la sonrisa en su cara, pero puedo escucharla en las palabras de Sykes—. Sí, lo hizo. Y si no vas a comportarte, él va a terminar muerto. ¿Entendido?
Trato de tragar el estúpido nudo en mi garganta, cerrando mis ojos.
Un dedo baja, jalando el elástico de mi ropa interior, y quiero gritar y apartarme y pelear.
Pero Zayn, no puede salir lastimado por causa mía.
Un sollozo finalmente sale de mi boca mientras él baja mi ropa interior por mis piernas y la quita por completo de mí, lanzando la tela por la habitación.
Sus manos bajan y separan mis piernas, y estoy hundida en miedo.
Una aguda opresión proveniente de mis piernas me hace jadear de dolor y muerdo mi labio mientras él brutalmente empuja su dedo más profundamente.
Una continua cascada de lágrimas desciende por mi rostro y no trato de contenerlas mientras trato de dejar de llorar por la sensación extraña. Era como un pellizco agudo, doloroso y gravemente desagradable. Y muy mal, demasiado mal.
—Por favor no, —gimoteo mientras él mueve su peso contra mí y después quita su dedo.
Mi alivio temporal se convierte en horror, sus dedos bajan a sus propios vaqueros, jugando con el botón y finalmente, con la cremallera.
— ¡Por favor! ¡Por favor no! —Grito, cerrando mis ojos con esperanza de tratar de excluir todo. Quería patearlo para alejarlo, sin embargo sabía que Zayn terminaría pagando el precio, así que permanecí quieta, temiendo lo peor que estaba a punto de sucederme.
Y después, sin advertencia, el sonido de una pistola suena entre los muros y me congelo.
—Oh Dios mío, —di un grito apagado, mi voz se quebraba—. ¡No me moví! ¡Dijiste que no lastimarías a Zayn! —Chillo y se levanta de mí, llevando sus manos a su cremallera que jalo.
Él no dice nada, no obstante la expresión en su rostro es confundida mientras se encamina a la puerta—, regresaré y terminaremos esto pronto, después de ver que está pasando. No te moverás ¿entendido?
Vete a la mierda, pienso para mí, sin embargo después asiento silenciosamente así que él se marcha.
El instante que él cierra mi puerta, salto de la cama, buscando mi ropa interior que él lanzó al otro lado de la habitación.
Lágrimas aún descienden libremente por mi cara, pero las ignoro mientras rápidamente trato de estirar mi cuerpo lo más lejos que puedo para alcanzar la pieza de ropa interior. Afortunadamente, el tamaño de la prisión en la estaba encerrada era pequeña y entonces fui capaz de alcanzarla con los dedos de mis pies y después enrosqué mis dedos alrededor de la tela, y la atraje hacia mí.
Me la puse rápidamente mientras mis manos temblorosas me permitían hacerlo, después me agaché a un lado de la cama para buscar la pistola.
Una vez que sujeté la tela negra que cubría la pistola, la desenvolví, mis manos aún temblaban mientras desesperadamente trataba de olvidar la opresión entre mis piernas.
No dejaré que Sykes lastime a Zayn de esta manera, tomándome contra mi voluntad, mi mente piensa con prisa revolviendo los pensamientos mientras sostengo la pistola en mis manos.
No dejaré que él se aproveche de mí. No lo dejare. No lo dejare.
Prefiero morir.
No era una decisión difícil de tomar, porque al final, no había opción que tomar. Sólo había una cosa que podía ser hecha en este momento y esa era morir con dignidad que ser violada brutalmente, y después ser asesinada.
Al menos de esta manera, moriría sin tener que enfrentar la realidad de esta situación.
Mientras me desplomaba sobre mis rodillas por última vez, observando la cama, baje mi cabeza, colocando la pistola en mi sien, con mi dedo reposando en el gatillo.
En mi otra mano, aquella que Harry ato a la cama, estaba la última nota de Harry para mí.
Pasé mis dedos por encima del diminuto trozo de papel, sintiendo las palabras escritas por última vez, tratando de retener un momento más.
Sólo hay una bala. Úsala sensatamente. – H
Tomo un respiro profundo, deseando saber que quería decir al darme esta pistola para terminar con mi vida y contemplar lo que significaba realmente.
Él sólo podría haberme matado y eso habría sido mejor. Estaría muerta en este punto, a segundos de terminar con mi vida, con pánico y llorando.
No deseas morir, dice una voz en mi cabeza.
No vale la pena. Sería una gran pérdida, y él nunca se lo perdonaría.
Cierro mis ojos, respirando profundamente. No tengo opción.
Pero tienes una opción, continua la voz suavemente.
Mátalo, aconseja la voz.
Y después, cuando escucho a través de la habitación que le quitan el seguro a la puerta, quito la pistola de mi cabeza, apuntándola al punto donde él entraría y jalo el gatillo tan pronto la puerta se abre.
© izzysaphira
La campana salvó a Abby... bueno en este caso la bala. ¿Quién abrió la puerta? Sykes ó... alguien más. Se aceptan todas las respuestas y si adivinan son excelentes para predecir el futuro. ¿Sera que el negro se escapa?
¡¡¡SON LAS MEJORES!!!
PD: Y sí definitivamente esto se parece mucho a la Esclava Isaura, cuando el malvado le hace creer a Isaura que su amado esta muerto.
Dedicado a: @xHarryCupcake69x Jajajajajaja recuerdo cuando mencionaste que el pato negro (Zayn) quería patitos negros. Pero con Abby habrían salido patitos dálmata ¿no crees?