Zayn:
Hay un palpitante dolor en la base de mi cráneo y a un lado de mi sien. En realidad, eso es todo lo que puedo procesar mientras lentamente empiezo a sentir mi cuerpo.
Aún no puedo abrir mis ojos, pero siento mi estómago retorcerse. Un instante más tarde, me sacudo hacia arriba, sentándome e inclinándome a un lado, vomitando la mayoría del alcohol que me las arregle para tragar.
Deja un sabor pútrido en mi boca y no puedo evitar toser.
Cuando llevo mi mano para secar mi boca, finalmente abro mis ojos y respiro.
—Mierda.
—No se suponía que te desmayaras, tú bastardo. —Escucho la voz de Sebastian venir encima de mí. Casi suena como si él estuviera asustado, sus palabras eran apresuradas.
Trato de contestar, pero termino tosiendo de nuevo, tenía problemas para levantarme. Había mucho alcohol en mi sistema y estaba haciendo mi coordinación espantosamente desigual. Podía sentir en mi cuello donde Sebastian lo sujeto fuertemente, sus dedos hundiéndose en mi piel.
Cuando me percato que Sebastian estaba agachado junto a mí, no detengo mi brazo cuando se gira hacia él, mi puño chocando contra su cara.
Hay un repugnante crujido en la nariz del hombre y cae atrás.
Cuando finalmente me pongo de pie, me siento mareado, el mundo a mí alrededor estaba borroso.
Concéntrate, Zayn, concéntrate, me regaño.
— ¡Vete a la mierda Malik! —Grita Sebastian, llevando su mano ahora a su probablemente nariz rota.
—También vete a la mierda, —suelto. De alguna manera, desmayarme se las arreglo para ponerme sobrio, sólo un minúsculo poco. Aún estaba seriamente ebrio, sin embargo estaba lo suficientemente sobrio así podría tratar y lidiar con la situación a mi alrededor—. ¿Cómo me encontraste aquí?
Cuando Sebastian se pone de pie, mantiene una buena distancia de mí y hay una corriente continua desde donde él tenía su nariz cubierta con su mano—. Rastreé tu jodido número de teléfono, cabrón. Obtuve la dirección y vine aquí, —explica.
Cierro la distancia entre nosotros y lo empujo sobre su espalda, agachándolo—. Aplica presión a tu nariz y mantente inclinado hacia adelante. No pongas tu cabeza hacia atrás a menos de que quieras atragantarte con tu propia sangre, —aconsejo, pero la furia se filtra a través de mis palabras, haciendo que parezcan hostiles.
Sus ojos se abren perplejos por mi repentina ayuda, sin embargo rápidamente hace lo que le digo.
— ¿Quién te dejo entrar? —Pregunto. Voy a matar a cualquier jodido guardia que decidió que estaba bien dejarlo entrar sin mi permiso.
Su voz sale nasalmente mientras presiona su nariz para que deje de sangrar—. Tú hermano.
Puto Caleb. Claro.
Suelto un suspiro—, voy a matarlo.
—Voy a matarte, —replica Sebastian, sin embargo no puedo tomarlo en serio porque su voz horriblemente nasal. Era casi cómica, no había una razón por la cual él estuviera aquí.
Bufo, mis manos suben para frotar mi adolorido cuello—. Sabes, fue realmente inteligente de tu parte estrangular hasta la muerte al único hombre que sabía dónde estaba tu hermana. Matar a la única persona con algún tipo de conocimiento.
Me observa y ruedo mis ojos—. Vamos a ver Liam por tu nariz. Luce como mierda.
Sebastian sólo me observa de nuevo—, ¿quién es Liam?
—El doctor.
Niega su cabeza—. Estoy bien. No necesito a tu doctor de mierda.
—También no necesitas una jodida cara fea debido a que tu nariz está rota, así que vamos. —Digo forzadamente y abro la puerta del balcón. No espero a que me siga, porque estoy seguro de que él no va perderme de su vista.
Cuando escucho sus pasos detrás de mí, suelto un suspiro y llevo mi mano hacia mi ojo donde él me golpeo y me encamino a la sección del hospital.
—
Hay un prominente ceño fruncido en la cara de Liam mientras nos ve entrar y confusión en sus ojos. Danielle está sentada junto a él en una de las sillas detrás del escritorio de enfermeras, trabajando en un papeleo. Ambos lucen sorprendidos por nuestra repentina aparición.
Empujo a Sebastian al frente de mí, en dirección hacia Liam—. Rompí su nariz.
El ceño fruncido en su cara sólo se frunce más y niega con la cabeza—. Bien, Danielle ¿puedes llevarlo... a una de las habitaciones? Estaré ahí en un minuto para examinarlo.
Danielle rápidamente se pone de pie y se apresura para ayudar a Sebastian, y Liam se gira hacia mí—. ¿Qué ocurrió? ¿Y quién es él? Y Señor ¡su ojo!
Gimo—, lo golpeé en la nariz, él es... —Hago una pausa, no quería decir su nombre. No quería pensar en ella. No quería recordar.
— ¿Quién?
—Sebastian, —digo lentamente—. Él es su hermano.
Una mirada de comprensión cruza su cara y sé que es consciente respecto a quién estoy hablando—. Oh. ¿Cómo supo que tenía que venir aquí?
Encojo mis hombros, mintiendo—. No tengo idea. ¿Y por qué Danielle está aquí?
Liam suspira y de pronto hay tristeza en sus ojos—. Necesito ayuda en el hospital. Así que decidí que podía entrenarla para ser mi enfermera, desde que Harry se fue.
La mención del nombre del traidor hace que mi sangre se apresure, hierva y veo rojo. Apenas puedo contener mi rabia, no obstante me las arreglo para contenerme y exhalo para calmarme—. ¿Sabías sobre esto?
Liam da un paso hacia la dirección donde Danielle llevo a Sebastian, pero se detiene para contestarme—. ¿Qué, acerca de Harry marchándose y llevándola con él?
Asiento lentamente, tratando de ignorar el creciente y veloz dolor en mi pecho—. Sí.
Él niega lentamente con su cabeza y suelta un melancólico suspiro—. Nunca dijo una palabra. Pensé que estaba actuando raro pocos días antes, pero él no mencionó nada. Pensé que al menos habría dicho una especie de adiós, pero nada.
Asiento con mi cabeza solemnemente y cierro mis ojos—. Bien. Aunque ¿cómo lo descubriste?
—Las palabras se esparcieron rápido en la mansión, Señor. —Responde Liam discretamente.
Suspirando, asiento lentamente y muerdo el interior de mi mejilla—. Sí lo hacen ¿no?
Asiente—. Sí. Señor, venga conmigo. Necesita hielo en ese ojo negro.
Gimiendo. Lo miro—. ¿Está tan mal?
Él no replica, caminando por el pasillo, dejándome sin opción que seguirlo.
—
—Un hematoma peri orbital, —dice Liam calmadamente—, la mejor manera de ayudarlo a sanar es con el tiempo y hielo.
—En español Liam.
Suelta una risa, entregándome un paquete de hielo. Cuando lo presiono contra mi ojo amoratado, Liam finalmente responde—. Un ojo morado. Un ojo negro. ¿Es suficiente español para usted? ¿O debería tratar árabe? ¿Urdu? Entendería ambos ¿cierto?
Siseo cuando presiono el paquete de hielo contra mi ojo, esta jodidamente frío—. No, sólo entiendo urdu. Aunque puedo leer árabe. Sin embargo tampoco tú sabes, así que cierra la boca y usa español.
Suelta una risa de nuevo, negando con la cabeza—. ¿Cuánto bebió? Apesta a alcohol.
Lo evado, poniéndome de pie de la mesa de pacientes—. ¿No tendrías que ir donde Sebastian y preocuparte por él? Vete a la mierda.
Eso sólo provoca que él ría más y asiente, y apaga la luz de la diminuta habitación donde estábamos mientras salimos—. Sí, tienes razón. Espero que no le haya hecho mucho daño al pobre hombre.
Estoy a punto de informarle que él casi me estranguló hasta morir para defender mis acciones, pero después decidí que no y permanecí en silencio mientras caminábamos hacia la habitación donde estaba Sebastian.
—
—Bueno, no es tan terrible. —Concluye Liam. Estoy de pie contra el muro de la habitación, mientras Liam examina a Sebastian, quien está sentado en la mesa de pacientes.
—Gracias Danielle. Eso es todo lo que necesito de ti por ahora, puedes ir a terminar el papeleo. —Le dice Liam a Danielle, quien asiente y rápidamente hace su camino fuera de la habitación.
Cruzo mis brazos, mirando a Liam trabajar.
—El tabique nasal no fue desviado, así que no necesita una cirugía de reducción. Deberías estar bien, desde que Dani detuvo la hemorragia de tu nariz. Sólo aplica hielo y te daré algunos analgésicos también para lidiar con el dolor. También, mantén tu cabeza elevada cuando duermas.
Cuando Liam le entrega un paquete de hielo y analgésicos, me doy cuenta que ambos lucíamos como idiotas con estos paquetes de hielo en nuestras caras amoratadas.
Medio reí y medio bufe por la situación en la que estábamos y podía ver a Sebastian alzar sus cejas por mi repentino estallido.
Cuando Liam finalmente termina con ambos, hago un gesto para que Sebastian me siga—. Gracias Liam. Hablaré mañana contigo ¿sí? Descansa, se hace tarde.
El doctor asiente agradecidamente—. Es casi las diez, pronto iré a la cama. No hay problema, pero la siguiente vez, ambos necesitan comunicarse sin llegar a lo físico. Por favor, —agrega más suavemente.
—No hay garantía de nada, —replico—, pero ¿lo intentaré?
Liam sonríe, negando con la cabeza—. De cualquier manera tampoco lo esperaba.
—
—Entonces ¿dónde está ella maníaco? —Pregunta Sebastian, sentándose y ajustando el paquete de hielo que sostenía sobre su nariz. Aunque sus palabras son hostiles, su tono no lo era. Era como si estrangularme hasta desmayarme y golpearme en el ojo habría reducido algo de su ira hacia mí.
Lo lleve de regreso a una de las diminutas salas de conferencia, excepto que esta vez, no había mesa de conferencia o sillas. Habían sido quitadas para hacer la habitación que casi lucía como una pequeña sala de estar, cojines y sofás y lámparas y una mesa de café al medio.
Niego con mi cabeza—, trataste de asesinarme. La única personas que en realidad sabía algo sobre tu hermana. No eres muy brillantes ¿o sí? —Digo sarcásticamente. De alguna forma, siento como si estuviera sobrio en la mayor parte, pero no entiendo cómo o porqué. Con toda la cantidad de alcohol que consumí, debería haberme desmayado cuando Sebastian me privó de oxígeno y permanecer así hasta mañana por la mañana.
Tal vez estaba desarrollando una tolerancia con todo, por toda la bebida que estuve tomando últimamente.
Los ojos de Sebastian se entornan—. ¿Sabía?
Muevo mi cabeza de arriba abajo con un asentimiento solemne.
— ¿Qué quieres decir con "sabía"? —Hay un nuevo tono en su voz.
Suspirando y tensándome, me percato de que tengo que contarle. No tenía otra opción.
Exhalo lentamente, tratando de calmar mis nervios y hablar a través del dolor—. Ella estaba aquí. Conmigo.
—Estaba, —declara Sebastian sin pensar—. ¿En tiempo pasado?
Asiento lentamente—. Vino aquí en septiembre. Fue traída por uno de mis Traficantes.
Puedo ver sus manos formar puños y su mandíbula se tensa—. No hiciste nada con ella ¿o sí?
Sabía lo que estaba insinuando, así que niego con mi cabeza lentamente—. No, no la toque.
Me observa incrédulamente—. ¿No la usaste?
Una vez más, niego con la cabeza seriamente. Traer el tema de Abigail era como si alguien no solo me apuñalara sino también moviera el cuchillo alrededor y lo deslizara en mi interior. No era solo un golpe, una sacudida de dolor; era continúa y nunca terminaría—. No.
Inhala rápidamente, sorprendido por mi respuesta—. ¿Es en serio? ¿Por qué? ¿No que todos los Dueños de esclavos usan sus-
—No soy así. —Digo en voz baja.
La expresión en el rostro de Sebastian cambia y hay algo detrás de sus ojos que no puedo distinguir. De todas formas no me molesto en descubrir que era.
Simplemente me sentía cansado.
Agotado.
Traicionado.
—Bien, entonces ¿dónde está ahora? —Pregunta Sebastian—. ¿Está aquí en la mansión? ¿Tienes otros esclavos? ¿Cómo vive aquí?
Suelto un suspiro derrotado—. No lo sé.
— ¿Qué significa no lo sé? —Su voz se eleva.
—Significa exactamente lo que dije, —repito, más lento esta vez—. No sé donde esta ella.
— ¡Mentiroso! —Se enfurece de repente, incorporándose del sofá en él que está sentado—. ¿Dónde mierda esta ella?
Mis palabras no pueden salir más derrotadas de lo que lo hacen ahora. Terminé, estoy acabado y no puedo más. El peso de mis propias palabras salen derrumbándose sobre mí, diez veces más fuerte ahroa que cuando lo admití en voz alta—. Se fue. Escapó.
Hay un ensordecedor sonido alrededor de nosotros, hasta que Sebastian respira rápidamente.
—
Perrie:
Zayn no apareció en el desayuno, o almuerzo, o ahora, incluso en la cena. Aparentemente, esta súper furioso y enojado, porque Niall es despiadado con el resto de nosotros que somos los esclavos inferiores. Se está asegurando que todos hagamos nuestro trabajo regular además de más.
Su excusa era que Zayn ya estaba enfadado con Harry y Abigail, y que no deberíamos hacer nada para irritarlo más.
Pero yo lo conocía mejor, sólo estaba preocupado por las consecuencias que tenía que enfrentar, así que estaba transmitiéndonos su miedo a nosotros.
Pasaba a saludar ocasionalmente, revisando nuestro progreso en la cocina, las habitaciones de lavandería y otros trabajos, y después desaparecía por un largo periodo de tiempo.
La cuestión divertida era, era que nunca vi a Amber hoy.
Deseaba saber como ella se sentiría al saber lo que ocurrió cuando Niall me atacó.
Llegué a la decisión que iba contárselo. No quería arruinar lo que estaba entre los dos, desde que ambos parecían verdaderamente enamorados del otro. Pero confrontaría a Niall respecto a eso, él tenía que decírselo; en su propia manera. Ella tenía que saber, era injusto para Amber si ella no lo sabía.
Y en una forma rara, loca, me sentía... mal por Zayn. Por perder a Abby.
Sabía que la odio por un tiempo prolongado, sin embargo sólo estaba cegada por mis celos de ver que Zayn estaba tan interesado en ella, como nunca lo había visto antes, considerando que yo era la primera de varios de sus esclavos.
Y él mantenía esta especie de respeto por ella, de reverencia y asombro.
Pero ahora, ella se fue.
Tenía que estar destrozado.
Y mi corazón dolía por él.
Como por Harry, no sabía que pensar. No sabía cómo sentirme. No podía sacar de mi mente las palabras de Jillian, retumbaban una y otra vez como una campana.
Mientras barría el interior de la cocina, mis pensamientos recrearon varios años atrás, cuando conocí a Harry.
—
Mi estómago gruñía, ni siquiera podía recordar la última vez que tuve una comida apropiada. O bocadillo. O nada en verdad.
Debería estar acostumbrada al sentimiento de hambruna hasta ahora, pero aún no me sentía acostumbrada a él. No importa cuánto tiempo permaneciera con hambre, nunca me acostumbraría al dolor de vacío en mi estómago.
Una cadena tobillera de metal estaba alrededor de mi pie derecho y una esposa de metal estaba colocada alrededor de mi muñeca derecha. Estaba flaca hasta los huesos, tanto que casi podía sólo deslizarme fuera de la esposa. Sólo casi. Había una larga cadena de metal que conectaba a los dos, manteniendo sólo el suficiente largo así podía caminar, pero hacia correr imposible.
E incluso si la cadena de metal evitaba que corriera, de todas formas no habría sido capaz. Apenas podía caminar, cojeaba debido a repetidos castigos que resistí de mi despiadado Dueño de eslavos. Fui azotada, golpeada, pase hambre, violada y forzada a tener sexo con gente en contra de mi voluntad. Repetidamente.
Debería acostumbrarme a esto hasta ahora, seguía diciéndomelo, pero no lo estaba.
La cadena que conectaba las dos esposas, una en mi pierna y la otra en mi brazo, me hizo destacar como una esclava, como una que valía menos que la nada, menos que un humano mientras hacia mi camino hacia el mercado negro como fui instruida por mi Dueño de esclavos.
Iba a recoger una orden para él y regresar inmediatamente. Debido a cuan reservada él me advirtió que fuera, asumí que recogería drogas.
Consideré escapar mientras me encaminaba ahí, pero no había forma en la que pudiera deshacerme de las esposas con GPS, así que estaba estancada entre recoger el paquete y encaminarme de regreso al agujero del infierno.
Usando la descripción del hombre que me dieron, busqué por la persona que el Amo dijo que me entregaría el paquete que se suponía que recogiera. Una vez que lo encontré, me encamine hacia el larguirucho hombre viejo que lucía demasiado viejo para estar vivo.
No le dije nada a él, manteniendo mi cabeza baja mientras le pasaba la hoja de papel.
El hombre recibió el papel de mí, observándolo y asintió. Camino detrás de la cabina que instaló, una que tenía de muestra joyería falsa como disfraz de lo que en realidad vendía y regreso son una caja cerrada de cartón.
Tome la caja con mis manos y me volteé, aún sin hacer contacto visual con el hombre se quién acababa de recibir las drogas. Necesitaba regresar al agujero del infierno y rápido, o sería golpeada de nuevo.
Pero había sólo una ventaja iba a rescatar de las cuestiones del Amo, aunque era imposible escapar. En realidad podía tener algo de comida.
Y aunque no tenía nada de dinero, fácilmente podía intercambiar una minúscula cantidad de drogas que tenía por una pieza de pan. El Amo no se daría cuenta, sólo sería una pequeña cantidad.
Corriendo lo más rápido que podía sin lastimarme fui a una cabina donde una señora vieja vendía comida, rápidamente la miré por ayuda.
— ¿Tiene algo de comida que le sobre? —Pregunté rápidamente, mi voz es baja, ronca y temblorosa. Era el final del día y la mayoría de todo el mundo estaba recogiendo y guardando las cosas que vendían.
Si encontraba algo de comida ahora, sería afortunada.
—Hay una última pieza de pan que tengo, cariño. —Señala al pequeño rollo que estaba abandonado sobre la mesa. Lucía frío y rancio, pero era comida.
No tenía otra opción.
Mi mano se estiró para sujetar el rollo, sin embargo era demasiado tarde. La mano de alguien se cerró por encima del rollo y revise para ver quien se llevo la única comida que probablemente tendría para comer esta semana, hasta que el Amo me enviara fuera de nuevo.
— ¿Cuánto? —Su voz grave le preguntó a la mujer despreocupadamente, sin siquiera mirarme.
— ¡Oye! —Protesté—. Esa era mi comida.
Cuando él se gira hacia mí, sus irises jade me observan—. No eres la única que está hambrienta y yo la vi primero.
Me giro hacia la señora—, señora, por favor, le pedí primero-
La mujer es encoje de hombros—. Quien sea que me pague más puede tenerla. No me importa.
—Tengo cocaína, —declaro inmediatamente, mostrándole la caja en mis manos y la mujer alza una ceja hacia mí.
— ¿Luzco como una estúpida para ti? Quiero dinero, no tu coca.
El hombre, que tomo mi única pieza de comida, me muestra una sonrisa engreída y niega con la cabeza—. Tal vez deberías traer dinero real la próxima vez, nena.
Lo atravieso con la mirada y me volteo.
Mi estómago gruñe de nuevo ferozmente y el sentimiento de vacío se siente peor que nunca.
No me percato que algunas lágrimas escaparon y que ahora descendían por mi cara, pero no importaba. Tenía que regresar, tenía que regresar antes de que me metiera en problemas por llegar tarde.
Mientras daba algunos adoloridos pasos lejos de la cabina, siento una mano cerrarse alrededor de mi brazo, jalándome hacia atrás.
Mi sangre se enfría, hasta que noto que es el mismo hombre que tomo mi comida. Cuando lo observo, luce sorprendido por sus acciones, casi como si él no quisiera sujetarme y no lo entiendo.
—Tómalo. —Extiende una mano, ofreciendo el rollo de pan hacia mí.
Vacilo, insegura respecto a cuáles eran sus motivos—. No puedo.
—No, puedes. Lo siento. Acabo de tener un día de mierda y estoy hambriento, pero tú literalmente eres una bolsa de huesos. Toma la comida. —Presiona.
Cuando llevo mis ojos de el rancio rollo de pan a su cara, me doy cuenta que aún no es un hombre de verdad, todavía era un muchacho. Un adolescente, tal vez dieciocho o diecinueve a lo mucho. Él acné estaba difundido encima de su rostro solamente sumándose a la impresión de que él aún era un adolescente y el hecho de que era sólo una año o más mayor que yo o acerca de la misma edad me hizo relajar un poco. Su cabello era un desastre de rizos oscuros y la línea de su mandíbula era afilada.
Cuando no me mueve, sujeta mi muñeca, extendiendo y levantando mi palma. Coloca el pequeño rollo de pan en mi mano y me muestra una sonrisa desganada.
—G-gracias. —Vacilo adormecida. ¿Esto acaba de suceder? Parpadeo una, dos veces asegurándome que no estaba imaginando nada y que en realidad me entregaron comida sin tener que pagar por ella.
—Ni lo menciones, —replica y después se voltea y se aleja.
No tengo la oportunidad de agradecerle de nuevo antes de que esté completamente fuera de mi vista.
Mientras empiezo a encaminarme a la mansión de mi Dueño, llevo el rollo a mis labios, dándole pequeños mordiscos, saboreando su rancio sabor y áspera textura. Era todo lo que tenía y en este momento, este era mi festín. En realidad tenía comida, por una vez.
Un estallido de risa escapa de mis labios, mientras continuo encaminándome de regreso, cargando la caja de cocaína con un brazo y el rollo de pan con la otra.
—
Y es así como continúe, por casi seis meses
Era enviada fuera a recoger las drogas del Amo y me encontraba con el chico en el mercado negro, todo en una vez.
Su nombre era Harry. Harry Styles, me dijo. Él me contaba las cosas rápidamente y a veces compraba comida para ambos. Otras veces, intercambiaba un poco de las drogas que llevaba en la cabina de comida que aceptaba ese tipo de trueque para ambos. Y cada vez, él me decía algo nuevo, en varios minutos cortos porque después tenía que ir con prisa a la mansión.
Y de alguna manera, durante el lapso de esos seis meses, acumule algún tipo de cariño por Harry. Él era encantador y amable. Siempre tenía las más extrañas, entretenidas historias para contar. Muchas veces, sus historias eran muy largas, que él me las contaba por partes. Iba al mercado un día y él me decía una parte corta de ella, y regresaba a la mansión. De pronto, la vida en la mansión se hizo más tolerable, porque podía pensar en algo más de lo que posiblemente sucedería en la historia de Harry que no fue capaz de contarme y anhelaba por la segunda vez que fuera enviada fuera así podría verlo de nuevo y él terminaría con la siguiente parte de su experiencia.
Era casi como si esos pocos minutos que lo veía cada día fueran un poco bendecidos, una pequeña parte del cielo en el infierno en que vivía.
—
Una vez que él agotó las historias para contarme, me habló acerca de escapar. Me habló acerca de las aves, y como eran libres. Como podían volar alrededor del mundo, respirar un aire nuevo, ver nuevas cosas y experimentaban la vida como criaturas libres.
Me explicó los incontables tatuajes en su cuerpo. La tinta, aparentemente al azar, me interesó antes, pero él explicándome que cada uno de ellos tenía un significado me hizo notar cuán profundo e inteligente en realidad era.
Las dos aves, cerca de sus clavículas, representaban su sed de libertad.
La mariposa, justamente por encima de su estómago, representaba su alma ligera, luminosa. El alma que clamaba por ser libre, para planear y aletear ingrávidamente a donde sea.
El barco en su bícep, representaba de nuevo, su hambre por libertad. Por ser capaz de ir a todos los lugares que quería, sin las restricciones de la esclavitud.
La jaula para pájaros, a un lado de su caja torácica, representaba como se sentía, atrapado, encerrado, aprisionado como un esclavo.
Cuando le pregunté acerca del "hi", él rió, negando con la cabeza. Aquel, en realidad nunca me lo explico, pero lo catalogó como uno de sus primeros tatuajes y pensó que era una buena idea ese tiempo.
Mientras más feliz estaba por tener una manera de soltarme con Harry tenerlo para confiar en él, crecía infeliz con mi situación. Antes de conocerlo y hablar con él, fácilmente acepté la esclavitud. Fue donde nací y así era como trabajaba el sistema. Algunas personas eran los Dueños e incluso más personas eran los esclavos. Simplemente así funcionaba.
Pero ahora, mientras él me hablaba acerca de tierras lejanas y lugares que nunca vi, el descontento crecía dentro de mí. Harry tenía razón, no importa lo mucho que lo negara al principio. Me asustaba eso por primera vez, quería libertad. Deseaba el día donde podría ser libre, para vivir bajo mis propias reglas y no bajo las de nadie más.
La quería demasiado.
Y tal vez ese era el porqué, cuando mi Dueño llenó la última gota que colmaba el vaso, lo resolví y escape con Harry.
—
— ¡Eres una perra jodida! —Gruñe y retrocedo con miedo por sus palabras—. ¡Es putamente tarde! ¿Qué te entretuvo tanto? —Su cara esta violeta con ira y su mano se estira para sujetar y jalar mi cabello.
Siento ser jalada hacia atrás, mi cuero cabelludo grita debido a su brusco agarre sobre mi cabello—. Lo siento, vine lo más rápido que-
Había una enorme cantidad de impacto que se situó bajo mi mandíbula, enviándome hacia atrás. Ta podía sentir mi mandíbula herida en el sitio donde el Amo Ryan me golpeó.
Un sollozo escapa de mis labios mientras soy levantada por el cuello de mi andrajosa camisa y retrocedo cuando él lleva mi cara hacia la suya a simplemente centímetros de la suya.
No puedo mirarlo a los ojos, solamente bajo la mirada, mi corazón esta latiendo con fuerza, temiendo lo peor.
Lo escucho tomar una respiración veloz y luego su voz es baja, mortalmente calmada.
Y que el Amo Ryan esté mortalmente calmado es mucho más aterrorizante que la ira con la que estaba lidiando hace varios instantes.
— ¿Qué es esto en tu camisa? — Pregunta y después estoy confundida por su pregunta. ¿Qué?
Entre su pulgar y dedo índice, saca de mi camisa un diminuto trozo de algo. Una miga.
Del sándwich que Harry me compró.
Su mano choca contra mi cara una vez más y mis rodillas se desploman sobre el piso, pero él aún sujeta mi cuerpo.
— ¿Comiste algo sin mi permiso, perra? — Dice calmadamente, sin embargo hay veneno filtrándose entre sus palabras. Casi como la calma antes de la tormenta.
No sé que responder, mis palabras están atascadas dentro de mi garganta. Sé que algo terrible va a pasarme, no obstante no sé qué y el miedo me devora viva.
Cierro mis ojos, tratando de distraerme con los pensamientos de las pequeñas historias de Harry acerca de un lejano lugar llamado Londres, donde se suponía que no había esclavitud.
La siguiente cosa que sé, es que la mano del Amo me empuja la espalda, agachándome y su otra mano se dirige hacia mi boca. Dos dedos gruesos forzan su camino dentro de mi boca y los empuja hacia atrás.
— ¡Vas a vomitarlo todo! Nada se quedará dentro ¿me escuchaste? —Grita e involuntariamente muerdo sus dedos.
Mi forcejeo solo provoca que sus acciones sean más bruscas, sus dedos se clavan en el fondo de mi garganta. Trato de apartarme, pero es inútil. Él es muy, mucho más fuerte que yo y el sándwich de pavo que tuve hoy no iba a ayudar el hecho de que estaba severamente por debajo de mi peso con ninguna masa muscular en absoluto.
De pronto siento mi estómago torcerse y después todo el contenido del minúsculo almuerzo que tuve con Harry esta sobre el piso, un desastre repugnante.
Estoy atragantándome con mi propio vómito, horrorizada, humillada y asqueada conmigo y la situación en la que estaba. Sus dedos se clavan un vez más en el fondo de mi garganta y vomito una vez más, a pesar de que no quedaba nada para vomitar. Él sabía eso, sólo estaba haciendo esto para una buena medida.
—Eso es lo que ganas, perra. —Dice venenosamente, empujándome sobre el montón de mi vómito—. Ahora limpia ese jodido piso.
Cuando él se aleja, todo lo que puedo sentir es mi cuerpo moviéndose con temblores. Hay lágrimas en mis ojos, pero no puedo apartarlas.
Me siento fría, adormecida y humillada mientras me levantaba del desastre, y me dirigía a la cocina para encontrar algo con que limpiar el desastre.
—
La siguiente vez que vi a Harry, fue después de dos meses.
Cuando él me vio, corrió hacia mí. Corrió. Colocó sus brazos alrededor de mí y su voz se quebraba mientras hundía su cara dentro de mi hombro.
—Estaba seguro de que estabas muerta. No podía perdonármelo. Todo lo que podía pensar era que te ocurrió, porque no aparecías más. Estaba muy preocupado. ¿Qué pasó? ¿Por qué dejaste de venir aquí? —Pregunta.
Su cuerpo es cálido alrededor del mío que está congelado y adormecido, e inmediatamente empiezo a llorar.
—
Después de explicarle lo que sucedió, sus cejas se enarcan furiosamente y su mandíbula esta tensa—. Tenemos que sacarte de ahí. Te ayudaré a escapar.
—No puedo, —digo débilmente, levantando mi muñeca para mostrarle la esposa.
La observa, tomándola dentro de sus manos. Lentamente, mientras sujeta mi mano y empieza a tirar de la esposa.
—Puede salirse. Eres lo suficientemente delgada. —Niega con la cabeza mientras dice esto, como si fuera una cosa buena y mala.
— ¿Qué hay de mi cadena tobillera? —Pregunto—. Esa no puede salir.
Me observa profundamente a los ojos—. Descubriré algo para sacarla. ¿Puedo darte algo de comer?
Niego con la cabeza—. No. Él va a revisar. Me forzará a vomitar. No quiero comida para vomitar. Después él en verdad me matará esta vez, entonces no te veré de nuevo.
Harry niega con la cabeza solemnemente—. De acuerdo. Lo siento.
—No es tu culpa. —Replico y muevo la pequeña caja de las drogas del Amo en mis manos—. Tengo que irme. ¿Te veré mañana?
Harry asiente, colocando sus brazos alrededor de mí rápidamente antes de soltarme—. Gracias por regresar.
—Siempre lo haré. Mientras siga con vida, —trato de bromear, pero Harry no lo encuentra divertido.
— ¿Prometes que permanecerás fuerte? Encontraré una salida de esto para ambos ¿sí?
Asiento—. De acuerdo.
—
Fue una semana después que escapamos, para bien.
En vez de llevarle la caja de crack al Amo Ryan como siempre, la intercambié por completo por una cantidad decente de dinero. Después de todo, las drogas no eran baratas.
Harry encontró un cortador con el que podíamos cortar el metal de las esposas. Primero se saco las suyas y después se movió para remover las mías. No tuvimos que cortar la esposa de mi muñeca, era lo suficientemente delgada para deslizarme fuera. De cualquier modo, la esposa de mi tobillo, era un asunto diferente.
No tomo mucho para cortarla y una vez que lo hicimos, empezamos a correr. No estaba exactamente segura a donde nos dirigíamos, pero la mano de Harry estaba cerrada alrededor de la mía y puse toda mi confianza en él.
—
No nos tomo mucho para que fuéramos capturados por otro Traficante de esclavos después de eso.
Sólo fuimos libres por dos semanas. En realidad era nuestra culpa.
Fuimos descuidados, despreocupados y felices.
A pesar de que vivíamos en un cobertizo detrás de un edificio de apartamentos, comimos más en esas dos semanas que lo hicimos durante todo nuestro tiempo en la esclavitud. La cocaína que vendía nos dio una gran cantidad de dinero, así que lo gastamos en comida.
Sentía la vida regresar a mis ojos y el color regresaba a mi usual tono de palidez de mi piel.
Estaba feliz.
De cualquier manera, cuando fuimos capturados, esta vez el Dueño de esclavos era piadoso y agradable. No se parecía en nada al Amo que tenía antes de él.
Cuidaba de nosotros, nos envió hacia su doctor personal para que evaluara nuestra salud. Éramos alimentados.
Todo cambio para Harry trabajando bajo las órdenes del doctor como enfermero y yo haciendo las labores domésticas y durmiendo con el Amo Zayn.
Era un alivio para mí, más de lo que lo era para Harry. Cuando fuimos capturados, todo lo que podía pensar era en cuán terrible sería cuando llegáramos como esclavos nuevos y como moriríamos de hambre de nuevo.
Así que venir a la mansión fue... lindo.
Y a pesar de que no me importaba mucho, podía sentir el descontento de Harry crecer. Con él siendo entrenado por el Doctor Payne siete días a la semana y yo ocupada con las labores domésticas, y él Amo usándome para satisfacerlo, Harry y yo nos distanciamos.
No entendía los nuevos sentimientos que tenía por el hombre que estaba usándome.
Sabía que estaba mal, muy mal, pero no podía evitarlos. Me sentía muy segura con el Amo Zayn, finalmente a salvo por primera vez en mi vida.
No tenía que preocuparme hacer de ser golpeada por un Dueño de esclavos o de ser atrapada de nuevo por la esclavitud con un Harry libre.
No sabía que pensar, así que fui con el Doctor Payne. Él tenía que saber algo acerca de la psicología y que estaba pasando con mi cabeza porque estaba segura de que estaba enloqueciendo.
¿Esta era alguna especie de Síndrome de Estocolmo?
—
—Es normal Perrie. —Declara Liam calmadamente.
— ¿Lo es?
Asiente—. Tiene sentido, casi. Si viviste toda tu vida bajo abuso e incertidumbre, la única persona que es estable en tu vida aquí es el Amo Zayn. Él es el único constante ¿cierto? Y cuida de ti. Ese es el porqué tu tienes estos sentimientos por él, aunque al principio no querías tener necesariamente sexo con él.
—Pero, es muy confuso. ¡No sé si siquiera eso me importa más! Mi cabeza me está diciendo que debería odiarlo por forzarme al principio, pero ¡ahora no me importan sus encuentros!
Mis palabras salen frustradas y suelto un suspiro furioso y paso mis manos a través de mi cabello—. ¿Por qué?
Tal vez era debido a que él era muy caballeroso. Tan calmado, tan tranquilizador. Me mostró como era disfrutar el sexo y no temerle.
Y aún no podía creer que me sentía así.
Voy a volverme loca.
—Está bien Perrie. No estés enfadada contigo. Aceptar nuestros sentimientos sólo facilita tratar con ellos. —Me aconseja el doctor—. Y cuando los aceptes, puedes decírselo a él. Tal vez él sienta lo mismo hacia ti.
— ¿En verdad lo crees? —Pregunto. Hay algo raro en mi voz, algo que suena mucho como esperanza.
Liam asiente—. Tal vez. No lo sabes. De cualquier modo, tengo que terminar de archivar algunos papeles. Hablaré contigo más tarde ¿sí? —Dice, dando un paso fuera de la habitación para pacientes en la que estaba.
—Sí, está bien. Gracias, —digo con aprecio.
Justamente cuando estoy a punto de salir de la habitación, Harry se interpone en mi camino y camina dentro de la habitación—. Entonces ¿se trata de eso? —Pregunta furiosamente.
— ¿Qué? No, Harry-
—No, Perrie ¡escucha! ¡Creí que teníamos algo entre nosotros que era especial! Todos esos besos y sujetar de manos ¿no significan nada para ti ahora?
—No, Harry ¡eso no era lo que estaba diciendo! Estaba-
Me atraviesa con la mirada—, ¡te escuché decirle a Liam que tienes sentimientos por el Amo Zayn! ¿Qué mierda?
Me encojo con sus palabras, tratando de alejarme, tratando de desaparecer.
No quería que Harry supiera acerca de esto, no quería lastimarlo. Simplemente quería que mis sentimientos hacia el Amo Zayn desaparecieran—. ¡Lo siento! ¡Estoy tratando de detenerlos! ¡Estoy tratando de deshacerme de ellos, pero son abrumadores!
— ¡Pero él te está usando! ¡Está follándote en contra de tu voluntad! Nunca hice eso, sabía lo que te ocurría antes. ¡Quería darte tu espacio y respeto! ¿Y esto es lo que obtengo? —Su voz es llena de ira y sus ojos relucen con humedad.
No, por favor no llores.
— ¡Lo sé! ¡Lo siento! ¡Estoy tratando de pararlos! Sólo... sólo ¡no sé que más pensar! Cada voz dentro de mi cabeza esta diciéndome algo diferente. No sé cómo tratarlo, estoy muy confundida, sólo- —Mi voz se quiebra, deteniendo mis palabras.
Trato de tragar el nudo en mi garganta, pero sólo se hace más grande—. Por favor.
Harry aparta la mirada, mirando al piso de baldosas de la habitación del hospital.
Sus siguientes palabras me atraviesan, desmoronando cada muro que levanté.
—Nunca debí hacer gastado mi tiempo en tratar de salvarte. No valía la pena. Terminamos Perrie.
Me quedo boquiabierta, en shock—, Harry ¡lo siento! Por favor... por favor no digas eso. Harry, mírame, —susurro.
Él no me mira cuando pronuncia su último golpe—. Va a follar a Zayn para lo que me importa. Oh espera, no me importa. —sus palabras salen crueles e imperdonables.
Deja la habitación, sin siquiera molestarse en verme.
Cierro mis ojos y forzó al estúpido nudo descender por mi garganta. No voy a llorar, me digo a mí misma.
Él se fue por una razón.
Todo ocurre por una razón.
Y tal vez, eso significa que tenemos que seguir y hacer lo que Liam dice.
Aceptar mis sentimientos.
Suelto una respiración prolongada que estuve conteniendo y abro mis ojos.
—
Después de barrer toda la porquería dentro del cubo de basura, la vierto dentro de la basura y después de dirigirme al armario de suplementos para guardar la escoba.
De alguna forma, recordar el pasado puso un peso ligero fuera de mis hombros, sólo para poner un peso más pesado en su lugar. Sabía eso muy en el fondo, siempre sabía que Harry iba a escapar. No había nada que hacer respecto a eso. Él era un alma libre y por más que quisiera negarlo, sabía que él trataría de ser libre. No se quedaría encerrado por mucho tiempo.
La única cosa que no entendía era porque se llevo a Abby con él y porque ella se fue. Tenía la impresión de que ella le tenía cierto cariño a Zayn, pero quizá asumí mal.
O quizá, había algo más, algo de lo que me perdí por completo.
—
Abby:
Fuimos extra cuidadosos cuando nos acercamos al complejo de apartamentos, permaneciendo escondidos detrás de las sombras de los edificios altos. Algunos autos nos pasaron de largo, pero no creo que nadie nos haya visto.
Al menos, espero que nadie nos haya visto.
En las manos de Harry estaba un mapa, abierto mientras él lo estudiaba y se refería a el y señalaba en que camino se suponía que fuéramos.
En menos de cinco minutos, soltó un diminuto "¡ajá!" y señalo una caja de escalera—. Debe ser aquí arriba, —dice. Su voz es exhausta, pero él está emocionado, puedo verlo en sus ojos.
Después de casi como treinta y más millas de caminar y trotar, mis piernas están listas para rendirse. Llevarlas escaleras arriba era el infierno, poner una pierna en frente de otra y levantarla, y después repetirlo con la otra pierna.
Cuando llegamos a la cima del primer tramo de escaleras, Harry señaló el siguiente tramo de escaleras que tomaríamos.
—Dos tramos más de escaleras, —dice secamente y da el primer paso hacia las siguientes escaleras.
Cuando terminamos se trepar la caja de escaleras, hasta el tercer nivel, donde había dos puertas, una a cada lado que llevaba a apartamentos individuales. Harry reviso dos veces el número en la puerta y después llevo su puño contra la puerta, golpeando.
Se aparto, retrocediendo. Mirándome, me mostró una sonrisa desganada, cansada y después golpeo de nuevo la puerta.
Después de sólo algunos minutos, escuche la cerraduras de la puerta moverse y la puerta se abrió ampliamente.
— ¿Harry?
© izzysaphira
Por fin el negro y Seb hablan civilizadamente... Liam quiere a Danielle como enfermera e.e (Lanielle 4 ever). Sé que la mayor parte de la narración es de Perrie, pero cuenta cosas importantes, así que no salten su narración ¿sí? (hace ojos tiernos). Bueno hoy es mi último día de vacación :c
¡¡¡SON LAS MEJORES!!!
PD: Se me ocurrió que manden un pequeño resúmen de Laced a la cuenta de Twitter (@Laced_spanish) los mejores hashtags se llevarán dedicatorias.
PD2: ¡¡¡Feliz cumpleaños aHarry!!! Hoyessudíaasíquepuedeportarsemal... XD
Dedicado a: @AnAddictOfYourSmiles dijiste que sí hacía una maratón y creo que esta semana fue así, irías a tu cole disfrazada de teletubbie (espero la foto) XD