[Capítulo 39]

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Las cosas siguieron igual por un par de minutos y cada vez que trataba de decir algo, me golpeaba hasta que llegó el punto en el que me quedé sin fuerzas para seguir defendiéndome.
Entre todo lo que me pasaba, en algún momento pensé en Oli y de cierto modo agradecí que no se encontrara en ese lugar pues sería horrible que viera lo que el animal de Ricardo me haría. Todo estaba perdido para mí...

--------OLI--------

-¡JULI!-exclamé yo sintiendo ganas de llorar de pura impotencia. Sabía que no podría hacer nada por salvarla... nada. Todo estaba perdido-¡NO! ¡NO!-y mi último "no" sonó distinto. Ya no era mi voz espectral. Era mi voz normal, mi voz de "vivo". Ricardo se giró hacia mí y por la expresión en sus ojos supe que me veía.
-¡¿Tú quién eres?!-preguntó y por el tono en su voz supe dos cosas: Estaba borracho y algo veía raro en mí pues detecté temor en la frase.
-¡Tu peor pesadilla!-le dije.
-¡Ay! ¡No seas paya...!-dejó la frase inconclusa cuando trató de pegarme y su brazo me atravesó-¡NO MAMES! ¡UN FANTASMA!-pegó entonces un grito propio sólo de una mujer y a trompicones por la posición de su pantalón, salió del cuarto y luego (me di cuenta pues oí sus gritos por la ventana que daba a la calle) de la casa.
Juli permaneció inmóvil sobre la cama, sólo había tomado la sábana para cubrir su cuerpo. No lograba entender lo que había pasado, por qué Ricardo me había visto y tampoco me importaba mucho en ese momento, sólo me importaba que ella estuviera bien... o al menos que él no hubiera logrado su cometido.
-¿Estás bien?-pregunté acercándome a ella.
-Mal, me siento muy mal. Siento que todo esto es mi culpa-y simplemente se puso a llorar mientras abrazaba una almohada.
-¡Nada de esto es tu culpa! Él no tenía ningún derecho a tratar de hacerte algo como esto, Juli. Por favor no pienses eso.
-Es que terminé con él en la tarde y está molesto...
-Nada le da derecho-estiré mi mano en su dirección pero la quite rápidamente ¿Qué caso tenía?
-Gracias por decirme eso y por salvarme.
-Haría cualquier cosa por ti, Juli-Siguió abrazando la almohada pero el llanto había disminuido un poco.
-No tienes idea de las ganas que tengo de abrazarte, Oli-el llanto regresó-Lo siento.
-No, no lo sientas. Yo también desearía abrazarte, refugiarte en mis brazos de ese dolor y miedo que debes tener.
-Aún estoy temblando.
-Tranquila, él no va a volver.
-¿Cómo sabes eso?-pregunto mirándome.
-Sólo lo sé-le sonreí y ella trató de hacerlo pero lo único que logró fue volver a llorar-Dime qué hago para que estés mejor.
-Solo quédate conmigo-Me acerqué más a ella y comencé a cantarle, eso la tranquilizaba siempre y esta vez no fue la excepción. Dejó de llorar por completo y me sonrió, esa sonrisa hermosa pero que esta vez se vio opacada por la sangre en su boca.
-¿Mejor?
-Sí, muchas gracias. Siempre estás cuando te necesito.
-Siempre voy a estar contigo, siempre.
Se levantó con la sábana enredada en su cuerpo y se dirigió al baño, saliendo a los pocos minutos cargando una pequeña caja de color blanco de la cual sacó alcohol y algodón para comenzar a limpiar sus heridas haciendo gestos de dolor cuando el algodón rozaba su piel lastimada.
*Como quisiera ser capaz de ayudarte a limpiar las heridas* pensé.
-¿Qué pasa?-preguntó cuando se dio cuenta que no la dejaba de mirar.
-Sólo que eres hermosa-sonreí como un idiota, al menos así lo sentí.
-¿Cómo puedes decir eso cuando tengo heridas en mi rostro?
-Aun así lo eres.
-Gracias, Oli-sonrió y luego desvió su vista hacia la herida que ya curaba.
-No tienes por qué darlas, te estoy diciendo la verdad.
Cuando terminó de curarse se metió a bañar mientras yo permanecí sentado en su cama pensando sólo en ella y en lo que me hacía sentir.
-Mucho mejor-dijo saliendo del baño ya cambiada con una de sus pijamas y estaba tan perdido en mis pensamientos que no le dije nada. Ella se sentó sobre la cama, del otro lado de donde yo estaba y así estuvimos por varios minutos, en completo silencio.
-1 dólar por tus pensamientos-dije sonriendo.
-Tú-respondió y me fascinó ver cómo sus mejillas se sonrojaron. Si mi corazón hubiera seguido latiendo, en ese momento, se hubiera acelerado a tope.
-Luego te doy tu dinero-dije algo nervioso y me gané su risa de burla.
-Cambiando el tema ¿Por qué Ricardo pudo verte?-preguntó con tono serio.
-No tengo idea, le he estado dando vueltas al asunto pero no llego a ninguna parte.
-Yo creo que tienes ciertos "poderes"-actuó las comillas con sus dedos-Puedes desaparecer de mi vista, sentir cuando algo anda mal y ahora esto.
-No había pensado en eso... Aunque las otras 2 cosas son por demás alejadas a ésta. Desaparezco de tu vista con sólo desearlo y lo otro son simples presentimientos que cuando estaba vivo también los sentía.
-¿ÉL no te dice nada?-susurró.
-Sólo me responde cuando quiere-respondí mirando hacia arriba.
-Tal vez quiere que lo descubras tú solo.
-Tal vez solo le gusta jugar conmigo.
-Dios debe estar muy ocupado siempre Oli, no puedes esperar que esté siempre para ti.
-¿Tú siempre sabes qué decir?-pregunté sonriendo.
-Algo así-mordió su labio inferior y yo sólo me quedé mirándola. ¿A qué sabían esos labios tan rosas? No recordaba cómo se sentía el besar, pero sí sabía que quería probar esos labios-Deja de verme, me pones nerviosa-escondió su cara en la almohada.
-Deja de ser así de hermosa, sólo así dejaré de mirarte.
-¡Oye!-De nuevo se sonrojó-Andas muy galán hoy ¿no?
-¿Te molesta?
-¡No! Me gusta... mucho.
-Sé que igual no es el mejor momento para esto pero...-La puerta del cuarto se abrió y Ross entró, se apresuró a la cama de Juli y sin decirle nada la abrazó. Juli me miró extrañada y yo sólo me alcé de hombros.
-¿Estás bien?-Fingió preocupación-Ricardo llegó a casa de Jonathan y le contó lo que quiso hacerte.
-Estoy bien, no te preocupes.
-¿No te sientes mal? ¿No te sientes sucia? ¿Cómo si tú tuvieras la culpa? Te dan ganas de lavar tu cuerpo hasta que no queden rastros de sus manos sobre tu piel...-Supe que no hablaba más por Juli, sólo decía lo que ella sentía con su novio.
-Nada fue mi culpa-respondió Juli con tono firme-Él es un animal...
-Me alegra que estés bien-dijo y salió rápidamente del cuarto. Esa chica era muy rara.
Juli se levantó de la cama y le puso seguro a la puerta.
-Odio que me interrumpa cuando hablo contigo.
-Me alegra que interrumpiera-Me miró sin entender por qué dije eso y no le di, ni pensaba darle respuesta.
-¿Crees que llueva hoy también?-preguntó asomándose por la ventana.
-El clima estos días ha estado muy cambiante.
-A mí no me interesa el clima-rió y yo junto con ella.
-Ni a mí-Se acercó al lugar donde tenía las fotos de mis padres, así como de su familia, algunas fotos de Ricardo y también esa foto que Harry le había regalado. Sacó las fotos que tenía de Ricardo, las rompió y las tiró a la basura y en uno de los portarretratos que antes ocupaba una foto de él, puso la foto mía.
-Mucho mejor ¿no crees?
-Por supuesto que sí.
-Eres tan guapo, Oli-dijo viendo mi foto.
-Era-corregí.
-Sé lo que dije, fantasma-dijo y luego volteó para sacarme la lengua.
-No sabes lo que dices, viva-Sólo comenzamos a reír y antes de que nuestras risas se terminaran, afuera se escuchó un ruido algo fuerte y, después de eso, se fue la luz...

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