[Capítulo 79]

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-¿Por qué tardaste tanto?-pregunté.
-Yo... aproveché y miré algo que pudiera regalarle a mi madre-dijo algo nervioso y tras sonreírle decidí dejar de preguntarle, pero durante el camino a casa Javier lucía muy sospechoso y hasta nervioso.
Algo se traía entre manos... pero ¿qué?

--------JAVIER--------

Mi relación con Juli iba viento en popa y eso era algo que me tenía sumamente contento al grado de no darme siquiera tiempo u oportunidad de enojarme o siquiera cuidarme de no hacerlo. Todo el tiempo al lado de mi bonita siempre tenía una sonrisa en los labios.
Sin embargo, había un factor que ya me tenía desde hacía unos meses algo angustiado y era mi hermana.
Tal como le había dicho a Oliver cuando hablamos, ella tenía que haber regresado un día después de nuestra plática, pero desgraciadamente no fue así y ni siquiera una llamada o un correo nos hicieron el favor de comunicarnos el porqué.
Fue hasta un mes después que llegó un correo donde Justine nos decía a mi madre y a mí que no podía regresar aún debido a que había enfermado y a causa de eso, no se sentía en condiciones de abordar un avión y emprender el largo trayecto del vuelo hasta Acapulco.
En el correo no se mencionaba la enfermedad que la atacaba y sólo se recalcaba que estaba bien dentro de lo malo; simplemente se sentía demasiado débil para viajar.
Tratamos de localizarla en su celular sin obtener ninguna respuesta así como esperamos un correo más, pero este tampoco llegó.
Al cabo de un mes más, mi madre fue directamente a hablar con la familia Altamirano para saber si ellos tenían informes de su hijo y su esposa pero al parecer, se encontraban en las mismas condiciones que nosotros pues aseguraron con dolor que desde su partida, sólo habían recibido un correo de su hijo y de eso hacía ya más de 5 meses.
Mi madre estaba desesperada y frustrada por estar en la duda y era tanta su desesperación y angustia que hasta me había pedido en un arrebato de angustia que me fuera a Rusia a buscarla y fuera la condición en que estuviera, me la trajera de regreso. Obviamente cuando me lo dijo acepté sin siquiera dudarlo pero justo a la mañana siguiente cuando estaba por salir a comprar los boletos de avión necesarios, me dijo que no pues no quería quedarse de plano sin ninguno de sus hijos cerca y no tuve más remedio que resignarme.
Últimamente las cosas no parecían estar bien para mi madre pues si bien estaba lo de Justine, también estaba lo de Julieta conmigo, cosa que demostraba que le afectaba incluso más de lo que yo creía que en realidad sentía.
Se empeñaba en que me buscara otra chica, que volviera con Andrea (que ya me había hecho quedar mal con más de la mitad de la fraternidad inventándose que la había dejado porque me había acostado con una pordiosera y la había embarazado, cosa que desmintió mi madre) y sinfín de propuestas que una tras otra rechacé sin siquiera sopesarlas.
Yo quería a Julieta y si no era ella, no era nadie.
Y debido a mi terquedad y visto que no daría mi brazo a torcer, hacía unos días me había dicho estar de acuerdo entonces con mi relación, pero debía agarrar la vertiente del matrimonio antes del medio año sino ella no metería las manos al fuego por mí cuando me exiliaran del círculo.
Y entonces me había preocupado.
No era que no quisiera casarme con Julieta, estaba más que seguro del amor que le tenía así como de que no deseaba estar con nadie más en la vida que no fuera ella, no, no era eso. Mi temor radicaba en la contraparte, en su posición de ella conmigo... sus sentimientos de ella por mí.
Si bien me había demostrado quererme en serio y quererme mucho, no pasaba precisamente de eso, de un cariño... no había un "te amo" nunca de su parte y eso me hacía dudar.
Aparte estaba también la situación del "fantasma", si bien ya lo había olvidado de una extraña manera (debo admitir que en un principio pensé que sólo fingía no recordar nada para no hacerme sentir mal, hasta que me di cuenta que en verdad no recordaba nada con relación al fantasma) aún quedaban unas secuelas de lo que fue su relación con él. Yo lo sabía bien, no era ciego y mucho menos tonto.
Pero tampoco podía darme el lujo de titubear y de echarme hacia atrás en el tema del compromiso, no quería que me dejaran fuera del círculo y por consiguiente, a mi futura esposa.
No me importaba mi posición, no me importaban los bienes, no, eso no era a lo que temía; lo que me aterraba era seguir con ella en una relación normal donde pasado el medio año, no podría ofrecerle más y prácticamente la dejaría en la misma condición que si hubiera estado con un tipo de su clase o bien, de seguir con Oliver.
No quería eso para ella, ella se merecía muchas cosas y yo quería dárselas todas.
Todo aquello era un arma de doble filo.
O la "presionaba" con la boda, arriesgándome a que me rechazara o dejaba seguir todo como una relación normal donde al final terminaría con una vida común o bien, terminaríamos dejándonos y yo viviría en una vida de clase media fuera del círculo sin saber más de mi familia.
-No tiene porque decirte que no-habló la voz gruesa y gutural en mi interior como si me hubiera comido a alguien vivo y hablara desde el interior de mi estómago.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Te quiere, ya la tienes... te adora.
-Pero están las secuelas del fantasma...
-Ella no recuerda nada de él, se confunde a menudo pero no sabe de dónde provienen esos recuerdos vagos que le llegan, recuerda los momentos, los lugares mas no al ser. Como te dije hace unos meses: mientras no vuelva a verlo, toda su atención y cariño están centrados en ti.
-Pero si lo ve...
-Todo se irá a la mierda, así te dijera que te ama. El vínculo con él es algo extraño incluso para mí, habrían de pasar más meses, quizás años para que el recuerdo se borre en su memoria del todo. Pero ¡Hey! ¿Por qué habría de verlo de nuevo? Hace ya 4 meses que no vuelve.
-Sabes tan bien como yo que él sigue por aquí, la prueba está en que ella lo sintió hace unas semanas y por eso llamó a la bruja.
-Lo siente mas no lo ve ya. Hay una especie de bloqueo en su visión y su memoria. Ya te lo expliqué.
-Como quiera me hace dudar-suspiré.
-Él prometió no estorbarte más, debe cumplir.
-Sólo su promesa es lo que me queda-me tallé la frente-Y me voy a aferrar a esta... de ahí voy a sacar valor y fuerza...
-Así me gusta-la sonrisa demostrada en las palabras el ser, se reflejó en mis propios labios-Ahora más vale que te des prisa, tienes que ir con ella y se te está haciendo tarde.
La voz desapareció así como la quemazón en mi estómago y garganta que relucían cada que se hacía presente para hablarme y una vez repuesto, tomé mi chaqueta y más dinero del que solía cargar cuando salía. Debía hacer una compra grande esta vez... grande e importante.

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