[Capítulo 36]

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-¡Porque no me gusta que me mientan!
-¡No te estoy mintiendo, por el amor de Dios!-Me dio la espalda-¿Qué caso tiene seguir si no me crees?-se alzó de hombros.
Salí de aquella habitación. Aún con las cosas que me había dicho seguía preocupado por ella pero nada podía hacer si al parecer, a ella le gustaba que la trataran mal.

Esa noche decidí pasarla fuera del cuarto y quedarme en la sala, solo y decepcionado.
Aproximadamente unas 5 veces sopese la idea de largarme de esa casa (incluso en dos de ellas me detuve ya estando en la calle para luego dar vuelta y regresar al sillón mediano de la sala) pues para mí no tenía caso estar ahí.
Era inútil todo lo que hiciera por Juli cuando a final de cuentas ni siquiera confiaba en mí y en el fondo para ella sólo seguía siendo un fantasma que para su desgracia podía ver y oír y no el amigo que yo deseaba ser para ella.
Si ni amigos podíamos ser ¿Cómo es que mantenía la esperanza viva de poder llegar a ser más? Y peor aún ¿Cómo es que a pesar del trato que me daba y de que para ella no era más que un espectro, no me largaba sólo porque le había prometido no volver a hacerlo?
Quizás todo se debía a que en el fondo yo sabía que me necesitaba, o tal vez porque yo sabía que tarde o temprano todos los que ella consideraba "amigos" la iban a dejar y yo sería el único que estaría a su lado sin decirle "te lo dije".
Fuera la razón que fuera, esa noche me quedé ahí y estaba seguro que ahí seguiría hasta que tuviera que partir, sin embargo, estaba sentido y dolido por sus últimas palabras y si a ella le gusta el maltrato, entonces para que "también me quisiera" la iba a tratar mal.

A la mañana siguiente, Ross dejó la casa a temprana hora. Tuve ganas de seguirla pero de nuevo, me quedé y sólo la miré partir. Minutos más tarde, Juli bajó llamando a su amiga.
-¡Ross! ¡Ross!-llamaba cuando entró en la sala e hizo una pequeña pausa al verme sentado en el sillón-Oli ¿Has visto a Ross?-preguntó. "¿Con que ahora sí era Oli?". Abrí la boca para darle respuesta pero de inmediato la cerré al recordar lo de la noche anterior. "Sólo me habla bien cuando me necesita" me dije a mí mismo. "Y el fantasma idiota siempre está para ella cuando lo requiere... ya me cansé"-Oli, te estoy hablando-hice como que miraba algo con interés y no la escuchaba-Oli-caminó hasta a mí y se me puso en frente-O...-y antes de que dijera más nada, desaparecí de su vista-¡Hey! ¡No hagas eso! ¡No puedo verte!-exclamó mirando a todas partes siendo que yo aún permanecía sobre el sillón-¡Oliver, no es gracioso!
-Nadie dice que lo sea-hablé aún sin aparecerme-Pero sólo soy un fantasma ¿no? No se supone que me veas-me movía de un lado a otro para evitar que diera conmigo siguiendo el sonido de mi voz-Ni que me hables, ni que te ayude. Como quiera ¿De qué sirve que te diga dónde está tu amiga? Todo lo que digo son mentiras, no deberías fiarte de mí.
-¿Pero qué estás...?-se interrumpió y arqueó ambas cejas-¡Ah! Ya veo, es por lo de anoche ¿verdad? La verdad es...-me aparecí frente a ella y calló.
-La verdad es que ya no me interesa, déjalo así.
-Sólo dime donde está Ross ¿Puedes? Necesito hablar con ella.
-Búscala por tu cuenta, ya me cansé de sólo servirte cuando lo necesitas-le dije severo y luego subí a la planta alta sin darle oportunidad de decirme nada.
Y aquello fue lo último que hablamos en varios días.

Era increíble el círculo vicioso de nuestras "discusiones", pero más increíble era el orgullo de ambos al grado de ninguno querer dar su brazo a torcer.
Seguí en la casa y la mayor parte del tiempo estaba visible para ella pero aún con eso, no hacía por hablarme y ni siquiera por mirarme (aunque varias veces noté que me miraba cuando pensaba que yo no me daba cuenta) y yo por mi parte simplemente mantenía distancia y voto de silencio hacía ella.

Hacía un día justamente que había estado yo por tronar ya que escuché como Juli interrogaba a Ross sobre lo que yo le había dicho luego de que el viejo que les rentaba había ido a pedirle saliera pero, gracias a Dios y a que Juli realmente mostraba a leguas ser buena chica, no pudieron sacarla.
-¡¿Qué yo qué...?!-había dicho la aludida cuando Juli le preguntó si había sido ella quien la acusó-¡Por supuesto que no! ¡Eres mi amiga! ¿Crees que de saber que te van a sacar de la casa por causa de eso diría semejante mentira? ¡Obvio no!-la abrazó-¿Qué haría yo sola en la casa sin ti? ¡Me vuelvo loca! Me he acostumbrado a vivir contigo y tenerte de compañía, ya eres necesidad para mí, amiga.
-¿Sabes?-habló la amiga de Ross que estaba en ese momento en casa-Yo al que vi recientemente hablando con el anciano fue a tu novio-mintió cuando mientras abrazaba a Juli, Ross le guiñaba un ojo y le hacía cara de súplica.
-¿Ricardo?-preguntó Juli con cara de confusión.
-Sí, realmente ese tipo es muy malo y está tan ardillado por el tiempo que tú y él se dieron que de seguro lo único que quiere es perjudicarte-insistió la amiga y mientras Juli miraba al suelo triste por lo que recién había escuchado, Ross le dedicó una sonrisita agradecida a la otra chica.
-Ricardo me ama, él no querría perjudicarme-dijo en un hilo de voz.
-Amiga, ya te he dicho que él no te quiere. Tan no te quiere que justo al día siguiente de haberle pedido tiempo él ya estaba besándose con otra. Seamos honestas Juli, ese chico lo único que quería era llevarte a la cama y como no lo logró, se cansó de intentarlo contigo y prefirió buscarlo en otras chicas.
-¿Y por qué si ya no me quería no simplemente me terminó en lugar de pedirme tiempo?-su voz falló.
-Supongo que tenía la esperanza de que al darte tiempo y tener tiempo separados, lo extrañarías y con tal de volver, le dirías que aceptabas tener sexo con él-las lágrimas empezaron a aparecer en los ojos de Juli-Ay, amiga no llores, no vale la pena-dijo Ross hipócritamente mientras le acariciaba el pelo-¿Puedo darte un consejo?-Juli asintió-Lo mejor sería que terminaras con él de una buena vez, sólo te está haciendo quedar mal a ti y dejándote en mal con los demás.
-¿Cómo?
-Varios de nuestros amigos en común me han dicho cosas terribles que él dice a tus espaldas, ¿verdad?-miró a la otra chica y asintió-Perdona la palabrota pero prácticamente te está haciendo quedar como una pendeja frente a sus amigos mientras él quedó como súper machote y gran hombre.
-No lo puedo creer de él-lloró Juli-¡No puedo!
-Es la verdad, Julieta. ¿Por qué habríamos de mentirte?-terció la otra-Él no te conviene, no te martirices más. Termínalo.
-Yo necesito... necesito...-salió corriendo escaleras arriba y luego se escuchó su puerta cerrarse con fuerza y tras este sonido, las chicas soltaron una carcajada al unísono.
-¡Pero qué tonta es! No pensé que hablaras en serio cuando lo decías-se burló la amiga.
-¿Ahora entiendes lo divertido que me resulta decirle cosas? ¡Todo se lo cree!-rió y luego paró-Lástima, no pude echarla de la casa.
-Pronto lo lograrás ya verás, no te desesperes. Mientras tanto, al parecer ya tengo camino libre con Ricky. Sólo espero lograrle sacar pronto a esa tonta de la cabeza.
-¡Te va a costar amiga!-dijo mirando hacia un punto y la otra chica también miró-¡Ve todo lo que le ha mandado y venido a traer! Maldita desgraciada, no sé cómo puede conseguirse novios tan detallistas-suspiró-Ojalá Jonathan tuviera esos detalles conmigo, así como se lo hago creer a Julieta.
Ahí exploté. ¡Entonces lo que Ross estaba era celosa de que a Juli le fuera bien con los novios y a ella no!
Quise arrojármele encima (en realidad lo hice) pero el único que daño que conseguí hacerle fue darle escalofríos.
Me había dirigido a hablar con Juli pero recordé las cosas entre nosotros y eso sumado a los celos de que su llanto fuera debido a otro hombre, me impidieron hablar con ella ese día y los siguientes.

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