[Capítulo 64]

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-Mamá, hay alguien que quiero presentarte-habló Javier.
La señora volteó y apenas me vio, la copa que cargaba cayó al suelo quebrándose. Los ojos de la mujer se fijaron en mi rostro. Las demás personas parecían igual de extrañadas que yo, menos por Javier y otro par que se encontraban por ahí...
-¿Tiny?-preguntó la señora con los ojos brillantes al tiempo que daba un paso hacia mí extendiendo sus manos con la intención de tocar mi rostro. Retrocedí un paso al tiempo que miraba a todos lados en busca de una explicación... pero al hacer eso, sólo vine a encontrarme con algo peor: Había fotos mías por toda la casa.
Dejé escapar un gritito ahogado.
-Mamá, la estás asustando-escuché a lo lejos la voz de Javier-No es Tiny, su nombre es Julieta.
-¿Julieta?-asentí mientras ella comenzaba a verme con nuevos ojos y su cara de estupefacción iba desapareciendo, pasando a una más amable y normal-¡Oh! Lo siento si te asusté... eres tan idéntica a mi hija-ladeó la cabeza-Pero ya que te veo bien, hay rasgos distintos, los ojos por ejemplo, son más grandes los tuyos y tus labios más carnosos-me miró de arriba abajo-¿Y qué decir de tus curvas? Son delicadas, no como las de mi Tiny, tan prominentes... como quiera, fácilmente podrían pasar por gemelas-ni cuenta me había dado que los vidrios y bebida ya habían sido limpiadas así como que ya un chico le daba un vaso igual a la señora que ni siquiera miró al criado y mucho menos le agradeció. Dio un trago a su bebida-Mi nombre es Eloísa, pero puedes llamarme Isa-sonrió-¿Te parece si pasamos a la sala?-miré a Javier y este asintió, yo lo imité-Bien... si no les importa-les hizo un gesto con la mano libre a las personas que estaban ahí, pronto se salieron-Sígueme.
En el trayecto a la sala pude ver más fotos de la dichosa "Tiny" y pese a que sabía que no era yo, no podía evitar sentir escalofríos al mirar mi cara continuamente en las paredes de una casa que desconocía por completo.
-¿Te encuentras bien? ¡Estás temblando!-susurró Javier a mi oído.
-Estoy algo nerviosa, la verdad...
-Tranquila, todo irá bien. Sólo quiere conocerte...
-¿Y si no le gusto por ser pobre?-justo en cuanto terminé de decir aquello me sentí idiota ¿Por qué me importaba si la madre de Javier me aceptaba o no? No es que fuera a casarme con él ¿o sí?
-Todo irá bien-repitió.
-Toma asiento-me señaló Isa-Javier, tráele alguna bebida a Julieta...
-Sí, madre-enfiló por el pasillo.
-¡No!-le grité y se detuvo-Así estoy bien, en serio-sonreí-No es necesario-supliqué con la mirada a Javier que volviera a mi lado y pareció entenderlo pues se alzó de hombros solamente para luego sentarse junto a mí.
-¿Cuál dijiste que era tu apellido? No lo recuerdo.
-No se lo dije... es Castellanos, Castellanos Fish.
-¿Castellanos Fish?-hizo un gesto pensativo-No me suena...
-Julieta no es de ninguna familia de la fraternidad-intervino Javier-Son de las familias de clase mediana acomodadas en Malecón-la señora se removió incómoda-La conocí en la escuela.
-Ya decía yo que no era buena idea que entraras ahí-se llevó una mano dramáticamente a la frente-Ya estás igual que Tiny.
-No compares, el Garañón no era clase media, era clase baja...y además, por más que intentara, siempre se veía como chico de la calle y en cambio Juli... tú misma la confundiste con mi hermana, ¡mírala!... y como quiera, soy el hombre aquí, a mí no se me escoge mujer, la pongo yo-me vi tentada en hablar pero no pude hacerlo, simplemente no sabía qué decir... sentía que aquello era un "Vengo a pedir la mano de su hija" pero invertido de algún retorcido modo.
-Tengo que aceptar que tienes razón en lo primero, es hermosa y no luce corriente y en lo segundo...-suspiró-Sólo ya sabes las condiciones...
-No la voy a presionar-me miró con preocupación.
-Pero Javier...
-¡Madre, ni siquiera somos novios!
-¿¡Entonces!?
-Sólo quería que la conocieras... es mi amiga-la señora posó sus ojos en mí de nuevo.
-¿Quieres a mi hijo? La verdad, jovencita-miré a Javier que a su vez sólo miraba sus manos al tiempo que sus mejillas se encendían.
-Sí, lo quiero, es muy buen hombre y me ha tratado muy bien.
-¿Piensas llegar a algo serio con él o sólo lo estás engatusando?-me quedé sin aire un momento.
-Yo, bueno...-miré a Javier, seguía en lo mismo-No intento engatusarlo Isa, eso no me lo permitiría nunca a mí misma y en cuanto a lo otro, pues...-sentí las mejillas arderme-Javier y yo nunca hemos hablado de eso, sólo nos hemos tratado como amigos, pero si he de serle sincera, es guapo y buen partido y si las circunstancias, sus sentimientos y los míos lo permiten... sería genial tener algo serio con él-Javier alzó los ojos y vi la pura incredulidad en su rostro. Sólo me terminé por sonrojar más. Ni yo misma daba créditos a lo que acababa de decir. Traté por algunos instantes de adjudicarlo a los nervios pero, de haber sido así tendría remordimiento por la mentira... y no había remordimiento alguno en mí por lo dicho.
-Bien-dio otro trago a su bebida-No sé si lo sepas o no pero como lo más probable es que no, te lo digo ahora. Nosotros los Blake somos de las mejores familias de Acapulco y debemos tener el apellido en alto, así como una imagen perfectamente limpia. Al involucrarte con alguien de mi familia, seas amiga o pareja, y más aun si es lo segundo, ya formas parte de la familia y por lo mismo, se te exige cuidar tu imagen para que no manches la nuestra-se inclinó hacia adelante-Y si lo que me dices es verdad y pretendes tener algo con mi hijo, quien es el heredero legítimo de esta familia, te recomiendo iniciar un nuevo expediente en la sociedad pues tú pasarás a ocupar mi lugar en un futuro luego de las nupcias y así como se te pide cuidar el nombre... también está la contraparte-terminó su bebida y se puso de pie-Si nos juegas chueco...-sonrió de una manera que me dio escalofríos-No querrás saber qué pasa. Si mi hijo te ha elegido confío en que lo hizo bien y no me defraudarás a mí ni mucho menos a él-me hizo una reverencia extraña con la mano-Dicho esto, me retiro a mi fiesta. Un placer... Julieta-vio a su hijo y le dedicó una sonrisa que Javier tardó en devolverle, luego salió por el pasillo con un caminado elegante.
-¿Nos vamos?-Javier se puso de pie y me ofreció una mano, la cual tomé.
-Sí, por favor.
En el trayecto de la casa de los Blake a la mía, todo fue completo silencio. La reunión con la madre de Javier daba vueltas una y otra vez en mi cabeza y dos cosas en particular me asaltaban. En primera algo de miedo por la seriedad con que se tomaban las cosas en las familias de clase alta y en segunda lo que había dicho yo de Javier.
-Llegamos-anunció Javier mientras se bajaba del auto para luego ayudarme a salir del mismo y acompañarme hasta la puerta de mi casa.
-Gracias por traerme... y por la fiesta.
-De nada... lamento lo de mi madre, solemos ser algo... celosos y serios cuando hay una nueva amistad o relación dentro de la familia... y más si son del exterior de la fraternidad.
-Tu madre pensó que era tu novia.
-Lo sé-enrojeció-Lo siento por eso también... por cierto, hiciste bien tu papel, ya sabes, lo que inventaste cuando te preguntó si querías algo serio conmigo...
-¿Que inventé? Casper, yo no inventé nada... lo que dije fue en serio.
-No, lo dijiste porque estabas asustada.
-¡Que no! Todo lo que dije de ti es cierto-posé mi manos en sus hombros y lo miré fijo a los ojos-Eres una gran persona y eres la clase de chico que toda chica desearía tener por novio-le sonreí.
-A mí sólo me interesa que me deseé tener por novio una chica-su voz sonó más ronca y sus ojos brillaron con intensidad... el corazón me arremetió fuerte en el pecho.
-Pero esa chica está fuera de tu alcance...
-¿Por qué?
-Por tu familia, no puede estar a tu altura...
-¡Al diablo con mi familia! Si ella me quiere... será a su modo, del convencional.
-Pero tu madre...
-Lo entenderá, ya no soy un niño y no puedo vivir siempre a expensas de ella. Ya tomo mis propias decisiones y por ahora, he decidido enamorarme de ti-la cara me ardió.
-Javier...
-Julieta-sonreí por la forma en que dijo mi nombre. El corazón se me desbocó y asumía que fue culpa del mismo mi siguiente acción: Pararme de puntas y buscar con mis labios los de Javier hasta besarlo mientras él me envolvía en sus brazos.
Ya recordaba, aquello era lo que había deseado hacer en el malecón. Esperaba nadie interrumpiera ahora.

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