[Capítulo 98]

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-Lo sentimos, la chica acaba de fallecer-informó uno y Ernesto cayó de rodillas a mi lado ahogándose con su llanto.
Yo por otra parte, sentía dolor de alguna manera. Era mi hermana después de todo... pero mi dolor y llanto de a continuación, no fueron por la muerte de Justine.
En aquel cuarto ya no estaba Oli y a juzgar por los hechos...
....ya no estaba tampoco en este mundo.
-¿Qué está pasando aquí?-preguntó aquella voz que provocaba en mí mucho miedo.
-Eloísa-habló Ernesto y se puso de pie para ir con su esposa, pero antes de siquiera tocarla la señora lanzó un grito que logró helarme la sangre-Tienes que ser fuerte mujer.
-¡NO!-se lanzó hacia a la cama para tomar la mano de Justine-¡Esto no está pasando!-miró a todos en el cuarto y cuando sus ojos se posaron sobre mí se quedó seria, sólo las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas pero era como si se hubiese convertido en una estatua-¡Largo todos menos la novia de Javier!
Miré con verdadero terror cuando todos, incluido mi padre, abandonaron la habitación. Comencé a temblar debido al miedo, recordé lo que me dijo Justine acerca de su madre y sentí ganas de llorar por el simple horror de tener frente a mí a esa mujer que me miraba con odio, con una furia que me parecía increíble.
-Lo s-sien...to tanto-dije con la poca voz que lograba salir.
-¡Tú tienes la culpa! ¿Qué le dijiste?-sus ojos estaban rojos y yo sólo podía permanecer mirándola-¡Responde!
-Yo... n-no le...
-¡TÚ LA MATASTE!-se lanzó sobre mí y me cubrí el rostro con las manos.
-¡No te atrevas Eloísa! Te juro que si la tocas te las verás conmigo.
-¿Cómo puedes defender a la asesina de tu hija?-soltó con voz chillona.
-Julieta no mató a nuestra hija. Justine estaba enferma y esto pasaría tarde o... temprano.
-Lo dices tan calmado ¡¿Qué acaso no te duele?!
-¡¡Claro que me duele!! ¡¡No digas estupideces!!-lo miré pues el sonido de su voz fue completamente diferente, parecía que aquella voz salía de otra persona ¡Vaya que estaba enojado!-Justine era mi hija, mi niña y ahora no estará más-limpió sus lágrimas con el dorso de su mano-Pero sé que Julieta no tuvo la culpa.
-¡Claro que la tiene!
Decidí abandonar la habitación pues no quería escucharlos pelear por culpa mía. Yo no me sentía culpable de la muerte de Justine, pero sí tenía algo que no me dejaba en paz al haber sido la última persona que la vio con vida. También estaba Oli, pero él no existía para los demás, así que todo estaba en mí.
Bajé las escaleras a prisa y en cuanto estuve en la puerta de entrada la abrí para salir corriendo.
Corrí por el enorme jardín de esa casa y antes de salir por completo algo llamó mi atención. No podía creerlo ¿Qué hacía él ahí? Lo hacía en el más allá.
Llena de dudas me acerqué y él ni siquiera me notó, estaba con la mirada perdida en la nada. Jamás lo había visto así.
-¿Qué pasó, Ángel?-me puse frente a él y ni así me miró.
-Se murió-respondió con tono frío.
-Pero lo lograste, te lo confeso todo ¡Eres libre!
-No me pidió perdón-dijo con el mismo tono frío-Estoy condenado a quedarme aquí para siempre. No seré libre jamás-Una parte de mi se puso realmente triste al escucharlo decir eso... Pero hubo otra parte que se alegró y hasta me hizo sonreír levemente ¡Él se quedaría conmigo!-Vamos a casa-dijo y echó a andar delante de mí antes siquiera de que le contestara nada.
Al llegar a casa Oli seguía "perdido" mientras que yo luchaba con esas 2 partes dentro de mí. Sabía que estaba mal, que era muy egoísta al alegrarme por eso, pero yo lo amaba tanto que imaginar el no verlo más me producía dolor. Ahora que sabía que se quedaría conmigo ese dolor se había ido. Por supuesto existía otra posibilidad para ser liberado, pero él mismo había dicho que era algo casi imposible y que la única salida que tenía era el perdón de Justine.

Al día siguiente por la tarde había recibido un mensaje de Ernesto donde me indicaba la dirección donde se llevaría a cabo el funeral de Justine. Estuve tentada en negarme a ir, pero no podía hacer eso porque era mi hermana, y mi miedo sólo se basaba en la reacción de Eloísa así como en lo que sentiría al ver a Oli afectado por la muerte de esa mujer que tanto amó. No eran celos, no podía aceptar que lo eran.
Apenas entré al lugar las miradas se posaron sobre mí, pero eran sólo 2 las que me importaban: mi padre y Eloísa.
Uno me miraba de tal manera que me hacía querer correr a abrazarlo y la otra me hacía querer huir del lugar. Sabía que Ernesto no permitiría que ella me hiciera daño y suponía que Eloísa no haría un escándalo en el funeral de su hija...
Pero solía equivocarme.
-¿Cómo te atreves a poner un pie en este lugar?-preguntó mientras se acercaba.
"No de nuevo" pensé.
Oli se puso frente a la señora y cuando ella se detuvo en seco pensé que era capaz de verlo, pero era sólo que Ernesto la había tomado del brazo impidiéndole seguir su paso.
-Por favor Eloísa, al menos por la memoria de nuestra hija relájate.
-¡Quiero que te largues ahora mismo!-levantó la mano para pegarme y tanto Ernesto como y Oliver la tomaron de la mano. Claro que Oli no la pudo tocar pero agradecí su gesto.
Ernesto tomó a su mujer de la mano y se la llevó obligada mientras ella me lanzaba una serie de insultos nada propios para una señora de su "nivel social".
-Gracias por haberme defen...-miré a donde se suponía estaba Oli y me encontré con un espacio vacío. Vi en todas direcciones y lo miré justo enfrente del ataúd de Justine-...dido-suspiré.
No quise acercarme, no soportaría verlo "mal".
Salí del lugar y me recargué sobre la pared, permanecí en ese lugar por varios minutos hasta que, a lo lejos, escuché a alguien nombrarme. Busqué a la persona que me llamaba por varios minutos hasta que me topé con Harry y Daniel quienes se encontraban "escondidos" detrás de un árbol.
Miré a todos lados para asegurarme que nadie me veía y me acerqué a ellos.
-¿Qué hacen acá?
-Nos enteramos hace unas horas por el periódico y supimos que aquí estarían-dijo H mientras se acercaba a saludarme-¿Cómo estás?-posó una mano sobre mi hombro.
-Hay tantas cosas que contar que ni siquiera sé por dónde comenzar... Además este no es un buen lugar ¿Vamos a casa?
-Claro-respondió Daniel.
Caminé con ellos y en la salida nos encontramos con Dom, Donaji, Leilani y Daniela que al parecer esperaban a los otros dos chicos.
-¿Viene Oli contigo?-preguntó Dom mirando un espacio vacío.
-No, él se quedó adentro... Creo que necesita estar solo un tiempo-bajé la mirada y Harry me abrazó para después sonreírme ¡A ese chico no se le iba nada!
Los invité a pasar a mi casa y cada uno ocupó un lugar en la sala.
En ese punto me sentí nerviosa pues les compartiría algo muy personal pero aún así me sentía bien de poder contarlo, sabía que ellos guardarían eso y sobre todo que no harían comentarios que pudieran herirme o algo parecido. Por otra parte estaba lo de Justine, me daba algo de miedo el cómo reaccionarían, en especial Harry al saber que ese "odio" jamás debió existir pues esa chica era buena y amaba realmente a Oli.
-Creo que empezaré por lo "fácil"-actué las comillas con mis dedos y ellos me miraron atentos-Ustedes conocen al padre de Justine y Javier, ¿cierto?-los chicos asintieron-Bueno, él también es...mi...
-¡Eres hermana de Justine!-gritó Dan y todos lo miraron.
-Sí, lo soy...
-Ya decía que ese parecido no era normal-habló H-¿Estás bien con eso?
-Sí, al principio me costó trabajo asimilarlo, pero Ernesto es una buena persona. Me contó cómo se dieron las cosas con mi madre y la verdad no puedo reprocharle mucho-me encogí de hombros-Y bueno, en verdad me alegra saber quién es mi verdadero padre.
-¿Le contarás a tu mamá que ya lo sabes?-preguntó Yungblud.
-Algún día tendré que decírselo...  Ahora viene algo que no sé cómo comenzar a explicar-me tallé la cara con desesperación-Es algo sobre Justine...
-¡Claro!-gritó Leilani-Ella está muerta y Oli sigue aquí. Eso significa que él no podrá irse.
-Sí, pero hay algo más, algo que pasó antes de que ella muriera. Escuchen, ella no era mala como todos creen. Ella sí amaba a Oli, lo amaba en verdad y estaba dispuesta a quitarse la vida... Pero su madre... ella descubrió el plan de ellos una noche antes, falsificó la letra de Justine y esa carta fue la que Oli leyó.
-¡¿Qué?!-gritaron todos a coro.
-Es escalofriante. Nadie sabía eso. La propia Justine me lo dijo antes de morir, que su madre se lo había confesado un día atrás. Esa mujer es el mismísimo diablo.
-¿Es por eso que Oli está así?-preguntó Daniela.
-En parte. También está muy afectado por tener que quedarse.
-¿No hay otra salida?
-La hay, pero es casi imposible. Justine era su única esperanza.
Se creó un silencio que duró varios minutos, nadie nos mirábamos, sólo teníamos la cabeza agachada. Yo pensaba en Oli frente a ese ataúd, con todos esos sentimientos que debía tener a causa de la muerte de Justine. En verdad odiaba imaginarlo así de triste pero era la realidad y no podía cambiarla por más que quisiera.
-Eh... Tal vez no sea el mejor momento para dar esta noticia, pero creo que al menos logrará subirnos un poco el ánimo-dijo Donaji. Se llevó las manos a su estómago y noté hasta entonces que estaba más abultado. Miré a Dom quien veía a su novia con los ojos brillantes y supe qué noticia era.
-Dinos-dijo Dan.
-Tengo 3 meses de embarazo.
-¡Felicidades!-dije para entonces abrazarla y después a Dom. El resto de los chicos hizo lo mismo-Es tan lindo que vayan a ser padres.
-Debo aceptar que me asusté mucho al principio, pero cuando se lo dije a Dominic y él se puso feliz supe que no debía temer. Este niño tendrá un padre maravilloso.
-Y una madre perfecta y muy hermosa-dijo Yungblud y posteriormente besó la mejilla de su sonrojada novia.
-Ya que estamos con buenas noticias, nosotros también tenemos una-dijo Daniel y tomó la mano de Daniela-Esta hermosa señorita aceptó ser mi esposa.
Daniela nos mostró su mano donde había un hermoso anillo en su dedo anular. Las otras chicas no parecieron muy sorprendidas con la noticia pues ya habían visto el anillo. En ese momento me sentía feliz, la felicidad de mis amigos me hizo olvidar un poco todo lo que había pasado y lo agradecía infinitamente.
Permanecí feliz después de que se fueron y ansiaba que Oli llegara a casa para contarle pues estaba segura que eso también le subiría el ánimo a él.
Habían pasado alrededor de 2 horas después de la partida de los chicos cuando Oliver llegó a casa. Se veía igual que en la tarde pero no dejé que notara que eso me afectaba pues debía estar bien, darle el ánimo que necesitaba.
Se dirigió al sofá y se "sentó" para después quedarse mirando a la nada.
-Oli, te tengo noticias-él sólo me miró y tomé eso como un "te escucho"-Buenas noticias-sonreí y me miró de nuevo.
-Dímelas.
-¡Donaji está embarazada!-solté con emoción.
-Qué bien-Me quedé mirándolo en espera que dijera algo más pero no lo hizo.
-Y adivina quién se casa-sonreí de nuevo y esta vez él no me miró.
-No sé.
-¡Daniel y Daniela! ¿Puedes creerlo?
-Me parece bien.
-Oli, unos de tus mejores amigos será padre y el otro está comprometido ¿Y tú sólo dices eso?
-¿Qué quieres que diga, Juli? Me parece bien por ellos, es todo.
-¿Tanto te afectó la muerte de Justine que eres incapaz de sentir alegría por tus amigos?
-No digas eso...
-¡Eso das a entender Oliver!
-Julieta ¿Qué quieres?
-¡Que me digas la verdad!
-Sí, estoy así por la muerte de Justine, pero no por las razones que crees ¿Acaso no te das cuenta?
-No, no me doy cuenta-me crucé de brazos.
-Ella se fue, no existe más y yo sigo aquí. Estaré aquí por siempre, condenado a ser un alma penante por la eternidad.
-¿De verdad eso te parece tan terrible?-pregunté dolida.
-¿Por qué me preguntas eso? Tú sabes la respuesta ¡Claro que es horrible!
-¡¿Entonces te parece horrible pasar ese tiempo conmigo?!-una lágrima quiso salir pero la limpié rápidamente.
-¿Qué dices?-se puso frente a mí-¡No entiendes nada, Julieta! ¡Nada!
-Entiendo perfectamente, Oliver: Yo ya no te sirvo de nada.
-¡Deja de pensar en ti! ¿Sabes qué creo? Que hasta te alegra la muerte de Justine. Te vi sonreír en la mansión Blake, te vi sonreír cuando llegué aquí ¿Qué te pasa?
-¡¿Cómo te atreves a decir eso, Oliver?! ¡¡Por supuesto que no me alegra!! Es sólo que me doy cuenta que ahora que ya no te sirvo de nada, tú simplemente te comportas así.
-Tú no tienes idea de lo que es "vivir" así. Quería irme, quería ser libre de todo esto-señaló a su alrededor
-¿Hasta de mí?-en ese punto las lagrimas salían y no hacía nada por detenerlas.
-¡Sí, hasta de ti! ¡¡Eres tú algo más difícil de soportar que el hecho de ser un fantasma!! ¡Eres molesta como no tienes idea! Tener que aguantarte y fingir estar bien contigo todos los días es la peor parte de mi martirio-Me quedé parada frente a él como una idiota, analizando las palabras que habían salido de su boca y que me negaba a creer. Quería tirarme al suelo a llorar, quería gritarle tantas cosas a la cara, pero ninguna de las 2 me fue posible. Yo no tenía nada más que decirle, no después de sus palabras donde me había dejado muy claro lo que yo significaba para él-Julieta, yo...
Subí corriendo a mi cuarto y cerré la puerta por dentro, pero apenas me tiré sobre la cama reaccioné pues aquello no lo detendría. Tomé el crucifijo que tenía en el cajón y lo coloqué en la puerta, fue entonces que me tiré sobre la cama para llorar, llorar como hacía mucho tiempo no lo hacía. Quería sacarme todo ese dolor que parecía que me asfixiaba. Me había matado, vaya que lo había hecho.
-Julieta, abre por favor-lo escuché afuera de mi habitación-Por favor, Chuleta...
-¡Lárgate, fantasma idiota! ¡LÁRGATE!
Todo ese tiempo él me había usado y ahora no le servía más.

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