[Capítulo 109]

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Él me apretó contra su cuerpo con fuerza y al poco tiempo me soltó.
Mi "cuerpo" cayó sobre la cama y el de él encima de mí. Busqué sus labios de nuevo y nos quedamos perdidos en ese beso por no sé cuánto tiempo, sólo sabía que no quería que aquello terminara...
Quería que el momento durara tanto como fuera posible...

--------OLI--------

¿Cómo se detenía una persona de hacer algo cuando le encantaba hacerlo y encima de todo no tenía cansancio ni fatiga al hacerlo?
Esa fue la pregunta que me hice por lo menos unas 100 veces a lo largo de la noche mientras hacía el amor con Julieta por segunda vez tal y como si fuera la primera a diferencia simplemente que ahora ambos éramos almas inagotables e insaciables.
Fue hasta cerca de las 9 de la mañana que decidimos detenernos para tener una última hora para charlar y es que después de todo, aún tenía algo importante que pedirle y que decirle.
Al paso de 15 minutos sin actividad alguna, la ropa se nos adhirió al cuerpo como por arte de magia logrando arrancarnos unas cuantas risas. Era divertido todo aquello. Como salido de alguna película de magia o algo por el estilo.
-¿A qué hora se cumplen tus 24 horas?-preguntó  Juli luego de dejar de reírse y pasar a un silencio incómodo.
-A las 10-miró el reloj del buro y torció la boca. Me acerqué a abrazarla.
-Será mejor que regreses mi alma a mi cuerpo... no vaya a ser que tu plazo se termine y te vayas y yo me quede aquí condenada.
-Para que veas lo que es ser alma en pena-me burlé y me dio un golpecito en el pecho-Es broma, cielo-la besé-Por cierto, al respecto hay algo que debes saber... no te he acabado de explicar todo con respecto al poder que Dios me dio-se sentó en la cama y me miró expectante.
-Bueno ¡cuéntame!-la imité quedando frente a ella.
-Pues... me dio la oportunidad de que a esa persona a la que le extrajera el alma... la llevara conmigo-le expliqué entusiasmado.
-¿Cómo?-parpadeó seguidamente frunciendo el ceño-Es decir ¿La persona moriría?
-¡Sí! Moriría sin quedar como penante ni nada, tendría acceso directo al cielo junto conmigo. Sólo cambiando su ciclo de vida, adelantando su muerte-le tomé las manos-¿Te imaginas, amor? ¡Estaríamos juntos en el más allá! Sin problemas, sin preocupaciones. No más enfermedades, no más accidentes, no más malas personas. ¡Tú y yo juntos en el paraíso por toda la eternidad! Tú y yo juntos para siempre... ¡tal y como lo hemos deseado! Y bueno, no te lo dije antes porque como quiera quería disfrutar un rato de estar junto a ti aquí en la tierra, con cosas humanas pues en el paraíso estaremos juntos y tendremos pasatiempos pero ya serán divinos y completamente distintos-sonreí-En cuanto marquen las 10, tú y yo seremos libres de todo lo malo... incluso si así lo deseas, puedo preguntarle y pedirle si nos lleva antes.
-Oli, esto es algo...
-¡Maravilloso! ¡Lo sé!-me levanté de la cama y di brincos-Cuando me lo dijo no lo podía creer. Ni siquiera pude expresar la felicidad que me daban sus palabras-me reí-¿Sabes? Yo pienso que él ya sabía que esto era lo que quería y que era a ti a quien escogería para darle el poder cuando estuviera en la tierra... ¡Pero claro que lo sabía! Si a Dios no se le va nada-miré al reloj-Todavía tenemos tiempo por si quieres que vayamos a algún lado antes de irnos o hablar con alguien más. Los chicos ahora nos pueden ver. Incluso si quieres ir a turistear a algún lado. Créeme en este poco tiempo podemos ir hasta el otro lado del mundo-chasqueé los dedos-Debemos informarle primero a Harry. Se pondrá loco de contento de saber que como quiera nos iremos juntos...-la tomé de la mano para levantarla de la cama-¡Vamos con él! No perdamos tiempo-eché a andar pero ella zafó su mano de la mía haciendome detener y voltear hacia ella-¿Qué pasa?
-Oli, yo no quiero...
-¿No quieres ir con Harry? ¿Por qué? ¿Te peleaste con él?
-No, eso no Oli-tomó aire-Yo no quiero... no quiero ir contigo-escuché como si un cristal se rompiera en el interior de mis oídos. La energía y alegría que hasta ese momento había sentido en el cuerpo se transformó en todo lo opuesto. Fue como si me bajaran el switch de luz.
-¿Qu... q... qué?-escupí con trabajos.
-Lo que oíste... Yo no quiero irme contigo. No quiero morir contigo Oli...
-¿Por... por qué no?
-Oli-se acercó y me tomó por las mejillas-¿Recuerdas cuando me enojé contigo luego de que me contaste lo de Justine? ¿De que me enteré de todo eso?-asentí-¿Qué fue lo primero que te dije? ¿Qué fue lo primero que te reclamé?-hice memoria. No tardé mucho en escuchar su voz como si me lo estuviera diciendo en tiempo real.
-Me preguntaste que cómo pude hacer semejante cosa. Que cómo me atreví a pedirle a una chica que juraba amar que se quitara la vida-asintió.
-Me molestó mucho el que le propusieras semejante cosa... y ahora mismo estás haciendo justamente eso-negué con la cabeza-Me estás proponiendo...
-¡No! ¡No! No es lo mismo... ¿No me oíste? No te voy a condenar a nada. No condenaré tu alma a nada. Entrarás al cielo directo junto conmigo...
-Es que no es eso, Oliver. Se supone que si me amas valoras mi vida y si la valoras... no me pedirías que renuncie a ella.
-No te estoy pidiendo que renuncies a ella, te estoy...
-Oli, voy a morir. ¿Entiendes eso? De la manera que sea, voy a morir. Voy a morir a mis 21 años porque así lo voy a querer en lugar de dejar que mi vida se agote cuando se debe agotar y no cuando yo quiera. Voy a dejar de vivir a mis escasos 21 años de vida, cuando aún me quedan un sinfín de cosas por vivir, Oli y además de eso... Oli, yo no estoy sola en este mundo, está mi familia ¿Te imaginas el dolor que les causaré al morir tan joven? ¿Te imaginas...? ¿Te imaginas a mi pobre hermanito? Lo voy a matar de dolor... ¡Mi madre! Mis dos padres, Oli...
-¡No pienses en ellos! Piensa en ti ¡En lo que tú quieres!
-Yo no soy así de egoísta...
-¿Entonces yo sí lo soy?-me zafé de sus manos.
-Ahora mismo, sí, lo estás siendo. Por buscar y tener tu felicidad, te estás olvidando por completo de las cosas que yo quiero y que me importan.
-No, no es que sea egoísta... es... simplemente... creí que tú también querías esto. Creí que esto era mutuo...
-¡Y lo es! Pero esto es demasiado, Oli...
-¡Entonces no lo es! No es mutuo...-la sensación de llanto comenzó a asfixiarme-¿Qué hay de tu dolor por mi partida? ¿Qué hay de "Te amo más que a nada y nadie"? ¿Qué hay de "Eres el hombre de mi vida"? ¿Qué hay de "quisiera vivir el resto de mi vida a tu lado"? ¿Fueron puras mentiras, Julieta?
-¡Claro que no! Y te lo dije, tú mismo lo estás diciendo "El resto de mi vida" y mi vida aún debe continuar... no hay porqué truncarla hoy-miré a la nada. No podía creer lo que me estaba diciendo pues en pocas palabras y en la única traducción que podía hacer era un "No te amo lo suficiente como para morir hoy por ti e irme contigo. Todo lo que dije todo este tiempo sólo fueron palabras bonitas y decoradas porque era lo que tú querías oír como respuesta a las cosas bonitas que tú me decías"-Oli ¿Qué piensas?-se acercó a mí y yo la miré con odio.
-¿Qué pienso? ¡¿Qué pienso?! ¡Que soy un completo idiota! ¡Un estúpido! ¡Que he sido el juguete y el pendejo de dos mujeres que creía me amaban igual que yo a ellas!-abrió grandes los ojos-No puedo creer cómo fui capaz de entregarme una segunda vez luego de que me la hicieran una.... ¿Y sabes qué es lo peor de todo esto, Julieta? Que lo de Justine tuvo justificación pero lo tuyo... lo tuyo no la tiene-reí sin alegría-"Llénale la cabeza de ilusiones al fantasma... ¡No hay problema! Al cabo nunca tendrá oportunidad. Nunca van acabar juntos..." ¿Pero que crees? ¡Me dieron la oportunidad! ¿Y eso no te lo esperabas verdad? Y entonces sale a la luz que todo fue una mentira.
-¡No Oli! Yo no te he mentido-dijo con dolor-Oli te amo y todo lo que te he dicho es real, es sincero. Si no te amara como te amo no me habría entregado a ti Oli y...-estallé en risas dejándola muda.
-Claro, te entregaste a mí así como también te entregaste a Javier una vez que desaparecí.
-¡¿Qué yo qué?! ¿De dónde sacas semejante tontería?
-De ti. Tú misma lo dijiste delante de mí. "Ya hemos dormido juntos después de todo" ¿Lo recuerdas? Lo dijiste en aquel desayuno en que Javier y yo éramos Daniel y Harry.
-¡No, Oli! ¡Entendiste mal! Yo...
-¡Sí! ¡Ya sé que entendí mal! Ya me di cuenta que todo lo entendí mal... malinterpreté tus acciones, tus besos, tus palabras, tus estúpidas promesas... sí, todo lo malinterpreté-apreté los labios mirando al suelo. Deseaba tanto soltarme a llorar-Mis papás me educaron para ser bueno, ser una buena persona aun con quien no lo fuera conmigo. Perdonar todo pues el perdón es divino. Dar la vida por lo que quisiera....-sollocé sin lágrimas-Y veo que me educaron mal. He hecho todo eso que me educaron y mira... mira en qué acabé, mira lo que logré. Todos se aprovechan de mí, todos juegan conmigo. Lástima o, gracias  Dios, el tiempo se me agotó porque de no ser así y continuar viviendo... ya no sería una buena persona-meneé la cabeza-No más-miré el reloj-Debo irme....
-Oli, escucha, déjame...
-¡NO JULIETA!-le grité-¡NO TE DEJO! ¡ME CANSÉ!-me miró asustada por como le grité-Me cansé-sollocé-Que seas muy feliz con Javier. Espero que a él no le hagas lo que me hiciste a mí... no se lo merece. Él es bueno. Tú no-soltó un gritito ahogado. Eché a andar fuera de la habitación.
Una vez en la sala me dediqué a inhalar y exhalar dando vueltas en círculos tratando de calmarme y tratando de no pensar en la desilusión que Julieta me había hecho pasar en los 5 minutos que me quedaban en la tierra.
Pero claro, me era imposible.
-Oli-me llamó Juli con voz baja y la ignoré-Oliver-de nuevo la juzgué-¡Fantasma!
-¿¡QUÉ DEMONIOS QUIERES!?-se cubrió el rostro como si fuera a pegarle. En alguna parte de mí me sentí mal por gritarle. Inhalé profundo de nuevo para tratar de calmarme.
-Por favor regrésame a mi cuerpo-miró al suelo-Por favor-suplicó.
-Ve y acuéstate sobre tu cuerpo-sin decir nada caminó hacia su cuarto seguida por mí y una vez dentro hizo lo que le indiqué-Cierra los ojos y trata de concentrarte en sentir tu cuerpo-obedeció. Coloqué mi mano sobre su pecho. Una luz le dio brillo momentáneo a su cuerpo y luego sus ojos comenzaron a temblar. Acto seguido, sus ojos se abrieron y ella se enderezó de golpe-Listo-y salí del cuarto a la sala nuevamente antes de que dijera nada.
La escuché llorar amargamente el resto del tiempo que pase ahí, pero estaba tan enojado y tan dolido que su llanto lo único que causaba en mí era más coraje, rabia y nada de compasión.
Por fin se dieron las 10 y con ello, mi cuerpo fue desapareciendo. Miré una vez más mi alrededor. Cada cuadro, cada mueble, cada esquina. Recordando fugazmente lo "vivido" en cada centímetro de ese lugar y por primera vez en todas las partidas que había hecho me sentí dichoso de poder decirle adiós a todo aquello.

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