[Capítulo 129]

17 2 14
                                    

-Que él fingiría desconocerte y no acordarse de ti frente a los demás chicos-apretó la mandíbula-Juli, yo no...-me empecé a marear y me agarré de él-Juli ¿qué tienes?-preguntó pero no pude darle respuesta. El shock por lo recién sabido era demasiado. Fue demasiado el ver mi pesadilla vertida en mi vida real ¿Qué más de ese sueño podía ser real?-¡Juli!-me desvanecí en sus brazos rogando no volver a despertar.

--------OLI--------

>>>Javier acababa de irse de mi casa dejándome muy en claro que el plazo estaba a punto de llegar a su final. Me había recordado aquella condición por la cual prometió no contarle a Juli sobre mi verdadera intensión en la tierra. No podía culparlo, mucho menos odiarlo pues fui yo quien hizo que las cosas llegaran hasta ese punto, hasta encontrarme prácticamente solo. ¿Qué podía hacer ahora? Todo lo que más importaba ya no estaba, siendo ella lo que más dolía...
Sólo quedaba lamentarme, culparme, sentir lástima de mí mismo. No podía engañarme, yo sólo estaba recibiendo lo que di.
Todos los planes que yo tenía a su lado se iban cayendo a pedazos frente a mí, y yo sólo podía quedarme mirando. No podía hacer nada. Ella no necesitaba casarse para ser de él, hacía tiempo que lo era.
Había pensado tantas cosas cuando regresé al mundo de los vivos, pero jamás me puse a pensar en los demás, en cómo mis decisiones tan absurdas lastimarían a todos, y por supuesto jamás pude llegar a imaginar que el más lastimado sería yo.
El plan era que al final ella y yo seríamos felices, ella sería mía... Era mía pero ¿De qué me servía si en realidad no la tenía?
Ella no dejaría a Blake... Y entonces comprendí que las cosas estaban mejor para ella sin mí. Javier le había dado algo que yo jamás podría darle aun estando a su lado, era imposible para mí hacerlo: un hijo, y eso dolía demasiado por muchas razones pero había 2 principales que no eran difíciles de adivinar.
Me levanté del sofá pero no pude permanecer mucho tiempo de pie pues el dolor en mis costillas era muy fuerte aun cuando ya habían pasado varios días que había salido del hospital por la paliza otorgada. Al caer al sofá no pude evitar derramar unas lágrimas debido al dolor tanto físico como emocional. El brazo roto, las costillas fracturadas, los múltiples golpes por todo el cuerpo y ese dolor de cabeza constante eran la representación perfecta para mi salud emocional. Estaba destruido, literalmente.
A paso lento me dirigí a mi habitación, ahí se encontraban las pastillas para el dolor. Al estar subiendo las escaleras sentí una punzada en mis costillas y debido a ese dolor solté mi mano del barandal y me caí llevándome un fuerte golpe .
Grité con verdadero dolor. No pude seguir y sólo me quedé tirado llorando, deseando que alguno de mis amigos estuviera ahí conmigo.
Al paso de un par de horas el dolor había disminuido, entonces me levanté y me fui a mi habitación, tomé 2 pastillas para el dolor, arrojé sobre uno de los burós el sobre que Javier me había dejado y me recosté sobre la cama, quería dormir, descansar de tanto dolor pero parecía que ni a eso tenía derecho.
-Por favor señor, ya no me castigues así... Sé que hice mal, que yo me gané esto pero por favor ya basta. ¡Por favor!-de nuevo me puse a llorar.
Harto de no poder dormir, me levanté de la cama para tomar un baño, aquello siempre lograba relajarme. Me tomó bastante tiempo desvestirme pero lo había logrado. Tomé una larga ducha, en realidad sólo había entrado para colocarme debajo del choro de agua por cerca de media hora, tomé la toalla, la enredé alrededor de mi cintura y salí del baño.
Abrí la puerta del closet para sacar la ropa que me pondría y me encontré de frente al espejo, me sorprendí de verme así, tan golpeado, con ojeras horribles gracias a las noches en las cuales el dolor no me dejaba dormir. Ya habían pasado varios días desde la paliza pero los episodios de dolor me tumbaban.
Me quedé observando mi reflejo un largo tiempo, mirando todos y cada uno de los moretes marcados sobre mi torso, mis brazos y por supuesto en mi cara que pese a estar ya casi desvanecidos aún se notaban un poco.
-Lo mejor hubiera sido morirme, que sus golpes me hubieran quitado la vida... Un coma de 3 días no fue suficiente-sonreí con amargura-Muerto no sentiría todo este dolor tan insoportable. Me lo merezco, lo sé, pero es más de lo que puedo soportar-suspiré y de nuevo sonreí-Ahora sólo falta que me vuelva loco hablándole a mi reflejo, pero después de todo es lo único que me queda ¿Cierto?-miré hacia arriba.
Una vez vestido me senté sobre la cama. El dolor ya no estaba, el físico solamente pues el emocional seguía intacto. Me acosté, esta vez sin la intención de dormir.
¿Cuándo fue que mi vida se volvió tan gris? ¿En qué momento me quedé tan solo? Todo se me había ido de las manos, aquel pequeño "juego" para hacerla sufrir se me había volteado. Recordé las palabras que Harry me dijo alguna vez:
"No quiero que porque te dijeron que se pertenecen, hagas concha y te dediques a martirizarla. No quiero verte sufrir de nuevo... no quiero perderte de nuevo"
Todo eso había pasado, sólo que esta vez yo lo había perdido a él.
Más lagrimas de amargura, soledad, tristeza y sobre todo dolor, muchísimo dolor.
Estaba apenas quedándome dormido cuando la puerta de mi habitación se abrió, no podía ser otra persona más que Amber, dado que era quien vivía conmigo.
Era muy difícil acostumbrarme a ella, durante el tiempo que tenía ya viviendo conmigo yo había ideado mil maneras de pedirle que se fuera, algunas amables y otras no tanto. Pero no podía hacerle eso, no podía simplemente dejarla sola después de ver y vivir de lo que era capaz de sufrir si la abandonaba y dejaba a su suerte.
Y, después de todo, ella era mi única compañía.
-Hola, amor-saludó alegre.
-Amber, no es por ser grosero pero por ahora quiero estar solo ¿Sí? ¿Puedes salirte?
-Pero Oli vengo de ver al médico, tengo buenas noticias-se escuchó feliz.
-Está bien-dije resignado-Dímelas-Me levanté de la cama y apenas estuve de pie me abrazó, ella conocía mi estado físico y me abrazó con cuidado para después darme un beso al que no correspondí, pero ella me sonrió como si yo le hubiera dado el mejor beso de su vida.
-¿Ya comiste, amor?-tomó mi mano y juntos caminamos hacia afuera y no me soltó hasta que llegamos a la sala.
-No, la verdad es que no había pensado en eso.
-Te voy a preparar algo delicioso, mi vida, vas a querer que te sirva más-me lanzó un beso con la mano y se fue hacia la cocina.
Me acosté sobre el sofá y cerré los ojos, me dejé llevar y terminé quedándome profundamente dormido. Ahí no había dolor, sólo había paz... Si tan sólo pudiera dormir por siempre.
La voz de Amber me despertó, al abrir los ojos me encontré con su rostro muy cerca del mío.
-Debiste dejarme dormir-dije algo molesto-Por eso quería estar solo en mi habitación, quería descansar.
-¡Grosero!-hizo un puchero y se cruzó de brazos-Todavía que te preparo algo de comer me hablas así. Me preocupé por ti amor, es todo.
-Lo siento-mentí, sólo quería que se callara-¿Qué preparaste?
-Es una sorpresa ¿Vamos a la mesa?-Me levanté y ambos nos fuimos al comedor, la verdad olía delicioso.
-Te quedó muy rico, Amber-dije tras el primer bocado.
-Lo preparé con amor-me sonrió coqueta y no me quedo más que responderle con una sonrisa-Ahora puedo darte la buena noticia.
-Claro ¿Qué pasa? ¿Qué te dijo el médico?
-Espera-se levantó, tomó su bolso y regresó-Mira-me entregó unos papeles-son los análisis que me mandó a hacer el doctor y... ¡Todo está perfecto! El bebé saldrá bien.
-Oh, es algo bueno-respondí sin ánimo. Realmente su noticia me había hecho sentir más mal... por ella más que nada, no por mí.
-¡Es excelente!
Terminamos de comer y Amber se subió hasta mi habitación. No me gustaba tenerla en mi casa, mucho menos en mi habitación. En ese lugar había muchos recuerdos de Juli y me gustaba estar solo, recordando... Volviéndome más loco pero feliz, en mis recuerdos ella era feliz y yo el motivo... No Blake sino yo, su "ángel".
Un ángel, eso era lo último que podía ser ahora. Pero no importaba, nada importaba realmente ya.
Me acosté sobre la cama y Amber a mi lado, ni siquiera hice el esfuerzo por quitarla. Se acercó a mí para abrazarme y yo de nuevo la dejé.
En ese momento, al tener su cuerpo a mi lado pensé en alguna manera de olvidar un poco o tal vez de enterrarme más, pronto descubriría cual sería la reacción.
-¿Amber?
-¿Qué pasa?
-¿Quieres estar conmigo? ¿Hacer el amor?
-Eso ni siquiera deberías preguntarlo... ¡Por supuesto Oli!
Comencé a besarla, acariciarla. Mis manos eran ágiles por todo su cuerpo y mis labios pasaban de su boca a su cuello y a su abdomen. Ella también hacia su parte y no podía quejarme de sus caricias, ni de sus besos pero simplemente no me llenaban. Mi cuerpo respondía pero por dentro no sentía nada.
Hacer el amor con Amber ni siquiera era eso, sólo era el acto físico, no había deseo verdadero, pasión, ni la necesidad de que nuestros cuerpos se hicieran uno solo.
Seguimos con besos y demás por un largo tiempo.
Yo sólo quería enterrarme más, deseando no haber ideado la estupidez de 4 meses atrás... pero las cosas estaban hechas, el lapso se había cumplido. Ella se casaba y se iba mañana y con eso yo me iba a morir en vida. Cuando ella se casara yo la iba a perder, ella, mi alma, mi corazón, mi todo y no se puede vivir si no se tiene eso. ¿De qué me iba servir estar vivo sin ella? ¿Para qué estar vivo sin ella? Yo sólo iba a existir pues mi vida estaba a punto de llegar a su final...<<<

(4 meses atrás)....

MDOWhere stories live. Discover now