[Capítulo 136]

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-Son $423-le di el billete que tenía en la mano, era uno de $500, tomé las bolsas que me correspondían y empecé a caminar de forma mecánica-¡Señor! ¡Su cambio!
-¡QUÉDESELO!-grité molesto y con la misma molestia caminé hacia la salida.
No podía creerlo. No de mi Chuleta, no de mi amigo. Y yo que creía que seguía siendo el único...
Qué tonto.
Había llegado a mi casa dispuesto a romper todo lo que tuviera enfrente, estaba demasiado molesto. Ya una vez me había hecho a la idea de que ellos habían estado juntos pero por una parte comprendía en ese entonces que quizás lo hubiera hecho porque me olvidó y porque ninguno de los dos sabíamos que en unos meses hubiéramos podido entregarnos. Pero ahora había estado conmigo, sabía que estaba vivo, había llorado mi ausencia como si en verdad le interesara... entonces ¿Cómo se había entregado a otro así como así cuando yo que era hombre y que había estado con más chicas antes que ella me rehusaba a estar con otra más luego de haber sido suyo? *Porque eres muy estúpido e iluso* me dijo mi conciencia.
Deshice uno de mis cojines dejando un reguero de borra por toda la sala.
En algún punto de mi coraje me sentía idiota por ponerme así por una razón tan tonta.
Lo peor de todo era que mi resentimiento era completamente hacia Julieta cuando bien sabía que había sido cosa de los dos. Pero es que a Javier no podía culparlo, al contrario, de estar en una situación normal hasta me hubiera burlado de él si a esas alturas me hubiera confesado que aún no tenía nada con su novia.
Julieta era demasiado bonita como para quedarse con las ganas siendo su pareja. Me reí como idiota ante ese pensamiento y mentalmente pensé en que de verdad había perdido la cabeza.
Ya la había "respetado" demasiado. Si bien sabía que Javier era uno de esos chicos que esperan hasta que la mujer decida, tampoco es que fuera tan estúpido como para esperarse hasta la boda.
"Hasta que la chica decida" y de nuevo recaía la culpa sobre Julieta. Después de todo, "el hombre llega hasta donde la mujer lo deja" ella había querido, ella lo había buscado y él simplemente actuó como cualquier hombre cuerdo hubiera actuado.
Aunque no era que Javier estuviera muy cuerdo, es decir, se había enamorado de alguien que era idéntica a su hermana (aunque no lo fuera realmente de sangre) y se había acostado con alguien que... de nuevo, era idéntica a su hermana. ¿No le habría dado "algo" en el momento? A mí en su lugar sí. Pero bueno, Julieta y Justine eran muy diferentes una vez entrados en profundidad de cuerpo y en la intimidad, también eran distintas... aunque no es que él hubiera sabido como era Justine ¿Verdad?
Sacudí la cabeza y me di de cojinazos en la cara. ¿Por qué estaba pensando en Justine?
La recordé tan diabólica en mi pesadilla. Recordé el momento en que besaba a Javier... y yo no sentía asco, sentía celos. ¿Será que ellos dos algún día...?
Renegué. ¿Qué demonios estaba pensando? Además, me había desviado del tema... era en Julieta en quien debía pensar.
Con mis pensamientos fuera de tema había logrado enfriarme la cabeza y el coraje había pasado. Ya una vez me había dicho que amaba a Javier, lo amaba con menor intensidad que a mí, pero lo amaba, ese era el punto (Yo me sentía incapaz de amar a dos personas a la vez, pero ella lo hacía y no podía decir que fuera imposible). Para estar con alguien, se necesitaba amar, y lo tenían ambos, además, ni siquiera tenía derecho a reclamarle. Era probable que pensara que yo ya había estado con Amber, o si no, quizás no era de las que se clavaba en "Sólo voy a estar con un chico toda mi vida". No podía saberlo.
Quizás no debía hacer tanto drama. Como quiera, de nuevo, era culpa mía, si desde que llegué hubiera estado con ella, ellos jamás hubieran concretado.
Suspiré calmándome.
El coraje pasó a ser tristeza. En ese instante alguien tocó la puerta.
Y aún medio perdido en mis pensamientos caminé sin fijarme en nada y abrí. Eran Dom y Dan.
-¡Qué onda güey!-saludó Dan-¿Cómo es...?-miró confundido más allá de mí y hasta entonces reaccioné. La sala estaba hecha un desastre con las bolsas de mandado regadas por todo el pasillo, la borra de los cojines cubriendo la mesa, parte de la sala y los sillones y los cuadros de la mesita de centro, tirados en el piso-¿Pasó un huracán por aquí?
-El huracán Oli-bromeó Yungblud-¿Todo bien?
-No en realidad, pasen-me hice a un lado y ambos pasaron.
Mis amigos tomaron lugar en el sillón mientras yo rápidamente limpiaba mi desastre. Una vez que terminé de recoger todo y les ofrecí algo de tomar, me senté junto a ellos.
-¿Todo bien con Amber?-preguntó Dan enarcando una ceja.
-Eh... sí, con ella, sí...
-¿Julieta?
-También, es decir, no tengo idea, supongo que sí. Eso ve y pregúntaselo a Javier-miré a la nada.
-¡Ajá! Es Julieta-apreté con fuerza el vaso que sostenía en la mano-Y supongo que no quieres hablar de eso, entonces pasemos al asunto por el que venimos.
-Oli, vinimos a invitarte a comer-dijo Dom.
-¿A comer?
-Sí, a ti y a Amber. Queríamos salir todos juntos en realidad, pero Harry tuvo un compromiso con su familia y pues no vendrá. Tampoco Leilani.
-Leilani... a ver, entonces... ¿Van Donaji y Daniela?-asintieron ambos-No, entonces no voy.
-¡Oh vamos! ¡No seas infantil!
-No soy infantil, sus novias me odian y es seguro que también a Amber. No quiero aguadarles la fiesta. Gracias pero no.
-Por favor, ellas ya estuvieron de acuerdo y prometieron portarse bien-puso los ojos en blanco como si el término le pareciera tonto-No seas payaso, vamos-los miré. Ambos me hacían ojos de súplica. Suspiré. Últimamente les dedicaba muy poco tiempo a mis amigos. Se los debía.
-Está bien ¿Dónde y a qué hora?-ambos sonrieron contentos con mi respuesta.
En cuanto se fueron mis amigos, le marqué a Amber. Realmente teníamos poco tiempo para arreglarnos y estar en el restaurant que no quedaba tan cerca. De inmediato aceptó y quedé de pasar por ella.
Rápidamente tomé una ducha y me arreglé no tan formal pero tampoco fachoso. Una camisa negra de botones, pantalón de mezclilla y converse limpios. Amber también se arregló acorde a la ocasión. Traía una especie de blusón a rayas blancas con rojo y unos zapatitos con el mismo diseño.
Cuando llegamos al restaurant, mis amigos ya estaban ahí.
-Hola-saludé general. Las chicas no me miraron pero de igual modo me contestaron el saludo.
-¡Hola Daniel, Dominic!-Mis amigos la saludaron con un estrechón de manos y un beso a la mejilla-Creo que no las conocía, sólo me habían hablado de ustedes. Amber Casillas-dijo mi novia, pero realmente me molesté cuando las chicas no obstante con no mirarla ni contestarle, la dejaron con la mano estirada ocasionando que a Amber se le borrara la sonrisa de los labios y me mirara confundida. Sólo me alcé de hombros y acusé a los chicos con la mirada que de igual modo, sólo me miraron apenados.
Pasaron como mínimo unos 10 minutos en que sólo nos mirábamos unos a otros hasta que llegó el mesero y ordenamos. Él se retiró y hubo otros 2 minutos de silencio.
-Y cuéntenos... ¿Cómo van? ¿Sí es lo que pensabas?-preguntó Dan a Amber.
-Mucho mejor de lo que pensaba-Se aferró a mi brazo y yo me obligué a sonreír-Y vamos muy bien ¿Verdad amor?
-Sí... amor-las chicas me miraron con odio por como la llamé. Amber rió contenta y me robó un beso. Más odio.
-Nunca nos dijiste en qué estabas trabajando-dijo Dom-Bueno supongo que no te lo preguntamos...
-Soy maestra. Doy clases de inglés por la mañana y la tarde.
-Gringuita la muchacha-dijo en broma Dan y ella sonrió.
-Algo así.
-¿Y entonces qué haces en la editorial?-preguntó Donaji para mi sorpresa. Apenas iba a responder mi novia cuando Daniela habló.
-Andar de gata peleando gente.
-¡Daniela!-la regañó Daniel.
-Eh... es que yo cubro las notas de artistas extranjeros, hago las traducciones-Dijo cohibida.
-Oh, que padre-dijo Dom.
-Sí, recién me dieron el trabajo.
-Y gracias a tu llegada se lo quitaron a Julieta ¿no? ¡Jugada perfecta!-rió Dani con sarcasmo.
-Yo no buscaba pelear con ella... fue ella quien se me fue encima, no me iba a dejar-dijo Amber tranquila.
-Eso te lo puede creer Oli, te lo pueden creer ellos-señaló a su novio y su amigo-Pero a mí no me haces tonta, yo sé realmente lo que pasó, conozco a mi amiga. Tú comenzaste y luego la culpaste. No obstante con andar de zorra, hacerte la mosquita muerta frente a Oli, andas de gata tumbando puestos.
-Daniela...-le dijo Donaji.
-No, no me digas nada Donaji. Esta estúpida ya me tiene harta. Viene aquí, con nosotras, con una sonrisa cuando bien sabe que ninguno de nosotros 4 la tolera... ¡es más! ¡Ni siquiera su noviecito la aguanta! Pero es tan patética que anda rogándole amor.... y bueno, ¿qué decir de él?-me miró-Con tal de no amarrarse los pantalones y decirle la verdad a quien ama y terminar a la prostituta sin paga, la soporta. Ni porque su ex-cuñado y amigo ya se está dando a Julieta se pone las pilas. ¿Pero sabes qué? ¡Ya sé porque está con esta! ¿Eres huérfana no?-Amber sólo la miró-Sí yo sé que sí, no necesito que me respondas... y tú también los eres ¡Qué bonitos los huérfanos patéticos se entienden! Y es...
-¡CÁLLATE!-me paré de la silla y me apoyé en la mesa-¡CÁLLATE DANIELA! O si no...
-¿O si no qué?-se levantó Daniel-¡A mi novia no la amenaces Oliver!
-¿Qué? ¿La vas a defender después de toda la sarta de cosas que dijo? ¡Amber no le ha hecho nada como para que se ponga a gritarle esas estupideces!-miré a Daniela que sólo pasaba sus ojos de mí a su novio-Sí, fíjate, somos huérfanos ambos ¿Y? ¡Por lo menos no tenemos a un padre drogadicto y una madre borracha! Que encima de avergonzarnos, hacen que nos repudien otras personas... ¡No vaya a ser que salgas igual que alguno de ellos! ¡Ya veo con qué razón los señores Smith no te aceptan como pareja de su hijo!-las lágrimas le corrieron por las mejillas a Daniela.
-¡OLIVER!-me gritó Dan-¡BASTA!
-¡No me pidas que me detenga!-le di la vuelta a la mesa para ponerme frente a él-¡Ella no lo hizo! ¿Ella si puede hacer llorar a mi novia?-señalé a Amber quien también lloraba desde que Daniela estaba hablando-¡Todos tenemos cola que nos pisen!
-¡Y la tuya es demasiado larga! ¿Y te duele no? ¿Te duele que te la pisen? ¿Te duele la verdad? Quizás si hubieras tenido padres aún, no harías las pendejadas que haces ahora. ¿Insultar a una mujer, Oliver? Es lo más bajo que un hombre puede hacer-rió maldoso-Pero claro...el niño está frustrado porque metió la pata hondo y ahora no tolera que otro esté enamorando, amando, besando, acariciando, abrazando y retozando con su Julieta-sin poder tolerar más le solté un golpe en el estómago que lo hizo doblarse y uno más en el rostro que lo hizo tambalearse hasta tropezar con la mesa continua, misma que se trajo encima al caer al suelo junto con los platos y vasos de esta, que se estrellaron al chocar contra el piso. La gente de la mesa se había quitado de prisa en medio de gritos asustados.
-¡No! ¡Dan!-gritó Daniela acercándose. Le escurría sangre de la nariz y tosía estrepitosamente... también tenía la vista perdida. Jamás nadie tocaba a Dan, además de que él nunca daba motivos, estaba anémico, era muy débil, cualquier golpe podía mandarlo a la tumba y hasta que vi a Daniela llorando tratando de hacerlo volver recordé todo aquello.
-¡Daniel!-Solté al tiempo que daba un paso para acercarme, pero me vi jalado hacia atrás por Dominic.
-Ya hiciste suficiente-dijo enojado como nunca antes-¡Aléjate de él! ¡Vete!
-Pero, es mi amigo... quiero ver cómo está.
-No es tu amigo-meneó la cabeza-Y yo tampoco... ¡Mejor lárgate!
-Pero Dom...
-¡Que te largues! ¿O quieres que te rompa yo a ti la cara?-me amenazó-Eres una mierda, Oliver... te vas a quedar muy solo. Muerto estabas mejor-lo miré incrédulo-¡Vete!-me dio un empujón-¡Anda! ¡Vete con tu noviecita!
-Oli, vámonos-me jaló del brazo Amber y prácticamente así, a puros jalones, tuvo que llevarme al auto y fue ella quien condujo. Yo seguía tratando de asimilar lo que había pasado.
Llegamos a mi casa y fue ella quien abrió la puerta. Yo me dejé caer en el sillón.
-Oli... lo siento mucho, yo no quería...
-Vete-susurré.
-¿Qué?-preguntó con dolor.
-Vete... ¡Por favor vete!-me paré y la empujé hacia la salida.
-Oli, no estás bien-trató de regresarse pero de nuevo la encaminé hacia la puerta.
-Precisamente, porque no estoy bien... ¡Vete! ¡Déjame solo!-las primeras lágrimas salieron-¡Déjame solo!
-Oli...
-¡QUE TE VAYAS!-grité y me miró aterrada-Por favor...te lo ruego Amber, te lo suplico... vete-un par de lágrimas le rodaron por las mejillas pero finalmente salió de la casa.
Me dejé caer contra la puerta con lágrimas desfilando por mis mejillas y lo único que vino a mi mente fue Daniel con la mirada perdida y su novia llorándole. Donaji a un lado sosteniéndose su pancita y respirando agitada y Dominic mirándome con odio, diciéndome que muerto estaba mejor.
Las mismas palabras en diferentes personas.
Las mismas palabras en personas que quería...
Había perdido ya a mis amigas, ahora también había perdido a 3 amigos.
¿Qué tan mal estaba haciendo las cosas?

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