[Capítulo 2]

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Dejé de lado el periódico y cerré la maleta, la puse parada junto a la puerta y después sin molestarme siquiera en quitarme la ropa o ponerme pijama, me tiré en la cama dónde a los pocos minutos me quedé profundamente dormida.

Me  dirigía a casa de mis padres después de un largo mes sin verlos; estaba  muy ocupada con la universidad así como con mi novio, pero tenía tantas  ganas de verlos que ese fin de semana dejé todo de lado. Jordan, mi  hermano menor, era a quien más extrañaba. El día que decidí irme a vivir  sola, fue él de quien más trabajo me costó despedirme por esas  lágrimas  que se asomaban por sus ojitos y esa manera en la que me abrazaba como si no quisiera separarse de mi lado. Después de prometerle volver pronto, me soltó y cuando cerré la puerta lo escuché gritar mi nombre de una  manera que me hizo sentir un escalofrío y  querer volver para abrazarlo... pero tenía que irme.
Llegué a casa de mis padres alrededor de las 10 de la mañana, al poner un pie dentro de casa observé a Jordan corriendo hacia mí con los brazos extendidos y cuando me alcanzó, me rodeó con ellos, dijo muchas palabras muy rápido y no logré entender nada pero no importaba si estaba tan feliz abrazando al pequeño.
-No hablaba de otra cosa que no fuera tu visita-comentó mi madre contenta-Te extraña tanto, Juli ¿No has considerado volver?
-Madre, no por favor, estoy muy contenta viviendo con Ross. Sí los extraño, pero no puedo vivir con ustedes toda la vida.
-Lo siento-se disculpó avergonzada-No perdí nada intentando.
-Está bien, mamá-sonreí-¿Dónde está mi papá?
-Fue al súper a traerte tu pastel favorito-respondió Jordan con una gran sonrisa.
Era de esperarse que mis padres me interrogaran sobre mi vida ese mes porque aunque estábamos en contacto todos los días, no había manera de dejar pasar una oportunidad de incomodarme en vivo y a todo color. Las preguntas de mi padre eran referentes a mi relación con Jonathan, mientras que mi madre se preocupaba por el lugar donde vivía y si comía bien.
Jordan me salvó al llevarme a su habitación donde permanecí más de una hora siendo humillada por él en cuanto videojuego puso.
Me parecía increíble que mis padres aún no cambiaran nada dentro de mi habitación, cualquiera juraría que aún vivía ahí. Todos los recuerdos de mi adolescencia estaban dentro de esas 4 paredes adornadas con posters de mis bandas favoritas. En los cajones tenía aún varios discos que había dejado; "Nevermind" de Nirvana era uno de ellos, así que sin pensarlo, lo puse en el reproductor para ​después acostarme en mi antigua cama y perderme en mis recuerdos.
-¿Juli?-escuché a Jordan llamarme afuera de la habitación. 
-¡Está abierto!-Entró y se subió a la cama, acostándose a mi lado y abrazándome. 
-Quiero estar todo el tiempo contigo mientras estés aquí para no extrañarte tanto cuando te vayas-se oía triste. 
-Tú sabes que te amo Jordan y que eso jamás va a cambiar aunque no viva contigo, no te pongas triste... ¿Qué te parece si le pedimos permiso a mamá para ir al parque? 
-Está lloviendo, Juli, mamá no nos va a dejar salir-respondió con desánimo.
-Entonces podemos hacer cualquier otra cosa: pintar, jugar, leer...
-¿Leer? Pero no estoy en la escuela-se cruzó de brazos y frunció el ceño. Solté una pequeña risita por su gesto.
-Leer queda descartado, pero ¿Qué tal lo de pintar?
-Es temprano, tal vez deje de llover pronto y podamos ir-sus ojitos brillaron con emoción, la idea del parque le había encantado y no se daría por vencido por una simple lluvia.
-Está bien, pero si no deja de llover vamos mañana.

A media tarde me encontré a Jordan en la sala mirando detenidamente el periódico, me acerqué y se lo quité de las manos. Él me miró asustado quedándose quieto sobre el sofá. Llevé el trozo de papel a la cocina y lo tiré a la basura. No quería que lo viera de nuevo... aunque estaba segura que esa imagen se había quedado grabada en su mente y sería difícil que la olvidara como me pasó a mí la primera vez que la vi.
-¿Qué hacías viendo eso?
-Sólo lo tomé de la pila de periódicos que guarda papá-respondió ausente.
-¿Estás bien, Jordan?
-Era la foto de un hombre muerto-se escuchó tranquilo-Lo que me asustó fue tu reacción.
-No es algo que un niño de 10 años pueda ver, Jordan... 
-Perdón-bajó la cabeza.
Sacudí su cabello y lo abracé, mi madre lo mandó llamar desde la cocina y, de mala gana, fue con ella.
Me dejé caer sobre el sofá y al paso de los minutos me encontré  pensando en el hombre de la foto, pero cuando mi celular timbró, el pensamiento se desvaneció y lo agradecí ya que no era muy agradable estar recordando esa foto de su cuerpo rodeado de sangre.​
-¿Cómo va tu día en familia?-preguntó Ross, su voz se oía como si acabara de despertar.
-Mejor de lo que esperaba... ¿Cómo esta todo por allá?
-Excelente, voy a hacer una fiesta por la noche.
-¡Ross! No inventes, aprovechas cualquier cosa para meter gente al departamento y luego queda hecho un desastre y no eres capaz de limpiar.
-Para eso estás tú, amiga-se burló.
-¡Eres una idiota! Cuando regrese no quiero encontrar el depa sucio.
-Qué amargada, Julieta. Mejor te dejo con tu familia que yo aún tengo que bañarme porque mi novio vendrá por mí para ir al súper y comprar las cosas para la fiesta.
-Sabía que la idea de la fiesta fue de él. A veces creo que te manipula...
-¡No digas tonterías, Juli! Jonathan me ama y yo a él, somos muy felices.
-Si tú lo dices.
-Adiós, Juli-soltó de mala gana.
-Adiós, Ross.
Jonathan no era de mi agrado, siempre había algo en su mirada que me hacía desconfiar de cualquier cosa que dijera, simplemente me parecía una "mala persona". Ross era mi mejor amiga y era por eso que en varias ocasiones había intentado advertirle sobre él pero, en lugar de hacerla entender, ella se aferraba más y llegó el punto en el cual decidí omitir mi opinión sobre Jonathan para evitar pelearme con ella.
-¿Por qué tan pensativa, hija?-era mi padre quien se sentó a mi lado y me abrazó. ¡Cómo amaba que hiciera eso! Sentía que nada ni nadie podía hacerme daño. Mi padre era algo así como un súper héroe para mí.
-Nada importante, papá.
-Quita esa carita de tristeza entonces-me contagió su gran sonrisa-Ahora vamos con tu madre y hermano, es hora de comer el pastel que te compré.
-¡Dejó de llover, Juli!-dijo Jordan emocionado mientras miraba por la ventana. Miré a mis padres y enseguida se dieron cuenta que les pediría algo.
-¿Puedo llevar a Jordan al parque? El que está a 2 calles.
-Vamos los 4-respondió mi madre.
-¡Mamá!-gritó Jordan-Quiero ir con mi hermana nada más. Ándale, hace mucho que no la veía y a ustedes los veo todos los días-Mi papá y yo reímos mientras que mi madre se quedó seria.
-Entiende a nuestro hijo. Déjalo que vaya con Juli.
-Sí mamá, no lo dijo para hacerte sentir mal-intervine.
-Pero no se tarden mucho porque pronto caerá la noche y no quiero estar preocupada.
-¡Vamos!-gritó Jordan. Me tomó de la mano y corrió hacia la puerta.
Mojados (la lluvia regresó), muertos de frío y cansados llegamos a casa, cada uno se fue a su habitación, me desvestí y abrí la llave del agua caliente de la ducha y la controlé con la fría, esperé para que el vapor inundara el baño, corrí la cortina y me metí para bañarme.
Le tomó varios minutos a mi cuerpo entrar en calor. Me tarde más de lo usual ya que estaba muy relajada ahí dentro, al salir me vestí con gran lentitud y luego bajé las escaleras hacia donde mi familia me esperaba para cenar.

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