- Lukey, ¿Estás bien?- oí a Pi a mi lado agarrándome del brazo y asentí.- Te has puesto blanco, ¿Seguro que estás bien?

- Que sí, que estoy bien.- agité mi cabeza y volví a incorporarme mirando a mi amiga.

-¿Qué cojones? ¿Esa no es Ally Payne?- habló otro de los que nos rodeaban y no pude evitar gruñir.

Rápidamente todo el mundo empezó a cuchichear sobre su presencia y la ausencia de Diego, algunos sacaban teorías sobre si se tiraba a Clifford o si había venido por falta de dinero y así apostar. Todo el bajón de antes ahora se había vuelto rabia, aunque mi malestar seguía ahí. Quería partirles la cara, callar todos aquellos rumores, peor no podía y me estaba matando.

- Eh, tío, de verdad, estás muy blanco.- esta vez fue Hugo el que se pudo frente a mí con el ceño muy fruncido.- Creo que deberías irte a...

-¡No! ¡No pienso irme joder!- gruñí y empecé a andar hacia aquel grupo, pero la mano de Hugo sujetando fuertemente mi brazo me frenó en seco.

-¿Eres subnormal o qué?- se acercó a mí para que solo yo pudiera oírle.- No puedes acercarte ahí y sacarla como si nada, recuerda que Diego puede hacerla daño y a ti también, aunque creo que te importa más lo que la haga a ella que a ti.

- Yo...- bufé y tuve que ahogar mis palabras y actos.

Tenía razón, no podía acercarme allí como si nada y llevarla conmigo. ¿Por qué coño había venido? La pedí que no viniera, este no era sitio para ella, no podía estar aquí y no quería que la pasara nada.

Furioso me libré del agarre de mi amigo y me di la vuelta para salir de allí por el lado contrario. No podía verla junto a todos nuestros enemigos, me hervía la sangre. La gente me dejó el camino libre a mi paso y cuando salí del grupo no pude evitar volver a mirarla. Nuestros ojos conectaron unos segundos hasta que aparté la mirada y seguí mi camino con la intención de ir al bosque.

-¡Todos los luchadores pueden acercarse!- oí al fondo el megáfono anunciando que las peleas empezarían y tuve que parar en seco. No podía dejar a Hugo solo, tenía que estar ahí por mucho que me jodiera.

Resignado y aún con malestar me di la vuelta y corrí hacia el pequeño ring donde estaba todo el mundo. Conseguí adentrarme en el mogollón y una mano tiró de mí.

-¡Luke! ¡Ni se te ocurra volver a irte así!- gritó Pi con el ceño muy fruncido y sonreí por su enfado.- Hugo está ahí, ve con él, joder.

- Como mandes mi capitana.

Y antes de oír algún insulto más fui hacia donde me había guiado encontrándome a Hugo nervioso dando vueltas sobre sí mismo. Cuando estuve a su lado toqué su hombro llamando su atención y al verme sonrió.

- Pensé que te habías ido.

- No te dejaría tirado nunca.- guiñé un ojo y ambos chocamos nuestras manos.

Era el turno de Hugo, lucharía contra un tipo de otra banda que daba bastante miedo. Tras unos consejos y unos ánimos mi amigo se colocó en el ring improvisado y quedó frente a aquel tipo de metro ochenta, rubio y robusto.

- Recuerda, nada de puños ni patadas.

- ¡Lo sé, mamá!

Y tras el silbato los dos empezaron a luchar. El objetivo era sacar del ring al contrincante o tumbarlo boca arriba con cualquier llave o lo que quisieras con la condición de que nada de puños o patadas. El rubio rápidamente arremetió contra Hugo, pero este supo defenderse y bloquear su empuje. Estaban igualados, pero Hugo nunca perdía, y esta no iba a ser la excepción. Tras un par de amagos y ventaja, por fin empezó la marcha, Hugo agarró al rubio y con una enorme sonrisa le retorció el brazo en su espalda consiguiendo que este ahogara un grito de dolor. Se estaba divirtiendo al igual que yo, pero aquellos gritos empezaron a aburrir y con una zancadilla y empuje, el rubio salió del círculo además de caer al suelo retorciéndose de dolor por el brazo.

-¡Y el ganador es Hugo Smith!

La mayoría de la gente empezó a aplaudir y otros maldecían por sus apuestas perdidas, miré a todos lados con una enorme sonrisa y de nuevo aquel perfecto estado de entusiasmo por la victoria desapareció. Sus ojos marrones estaban fijos en mí, no sabría describir su estado, pero sentí como todo lo demás iba a cámara lenta y escuchaba todo el alboroto como si estuviera dentro de una pecera, pude leer como articulaba un "lo siento" con sus labios. Aparté mi mirada de ella y de nuevo todo volvió a ser igual que antes.

-¡Sabía que lo harías!- grité abrazando a Hugo y Pi se unió al abrazo.

- ¡Ese es nuestro Hugo, pateando el culo a todos!

- Gracias, gracias.- no paraba de reírse.

De pronto empecé a notar como todo volvía a darme vueltas y mis piernas flaquearon, pero por suerte aquel abrazo colectivo hizo que aguantara el equilibrio y no me comiera el suelo.

-¿Luke?- me miró Pi preocupada.

- Estoy bien, estoy bien, tranquila.- pasé mi mano por mi cara y suspiré.

- ¿Te has tomado la...?

-¡Eh! ¡Styles!- gritó alguien cerca nuestro y los tres nos encontramos con un chico de brazos cruzados seguido de otros tres prácticamente como él. Intento de pijos con aires autoritarios.- ¿Crees que vas a salir de rositas después de haberle casi roto el brazo a Marc?

Los tres nos quedamos sin decir nada, de pronto todo el ambiente se había centrado en nosotros y la gente empezaba a irse detrás del bando al que apoyaban, siendo más o menos igualadas ambas partes y como no, Ally estaba al otro lado con sus nuevos amigos.

- No es mi culpa que me emparejen con un chico de mantequilla como ese tal Marc, si os molesta, os jodéis.- bufó Hugo resignado.

-¿Cómo te atreves? ¿Sabes con quién estás hablando?

- Quizá él no, pero yo puedo decírtelo.- intervine incorporándome como pude obviando mi falta de fuerza.- Está hablando con un puto niñato que se cree el rey de la fiesta por llevar un jersey falso de Ralph Laurent, unos pantalones con el Levis mal cosido y colonia barata. Imagino que no querrás que siga sacando mierda, así que ya podéis iros por donde habéis venido.- escupí mis palabras.

Un enorme "uuuuuh" rompió el silencio del lugar y la cara de vergüenza del chico me resultó lo más gracioso de la noche.

- Lo que todavía no entiendo es qué hacen aquí dos ricos asquerosos como vosotros, os sobra el puto dinero ¿Qué tal si os vais con vuestras mamis famositas y nos dejáis en...?

No pudo acabar la frase, el puño de Hugo se estampó en su mandíbula pillándole por sorpresa y el chico cayó al suelo desplomado con el labio partido.

-¡Ni se te ocurra meter a mi familia en esto!

Estaba totalmente descolocado, Hugo estaba que echaba humo y ni siquiera había dicho nada malo sobre ellas. Nunca le había visto tan enfadado por nada, no entendía su comportamiento.

Pero claramente, si atacas a una fiera, toda la manada ataca para defender a su compañero.

———————————

¡Empiezo el mini maratón!

Como bien prometí, mañana es mi cumpleaños y voy a subir dos capítulos seguidos... Y si puedo, subo un tercero. Mañana tendréis el siguiente.

Un besito, Pilar xx

Comentad y votad<3

La Sombra de las Estrellas [Luke Hemmings]Where stories live. Discover now