La Sombra de las Estrellas [Luke Hemmings]

8. No todo es tan fácil

Tras la corta charla y el inesperado "fuego" que hizo que todos los presentes a esta salieran a la calle como precaución, Ally no tuvo otro remedio que quedarse en la puerta principal observando como todos sus compañeros se iban a sus respectivas casas antes de lo esperado. Tenía que hacer tiempo hasta que llegara la hora del castigo y no sabía qué hacer mientras tanto, por lo que no le quedó más remedio que sentarse en unos bancos de la entrada, ponerse sus auriculares y acurrucarse en su abrigo y bufanda a causa del frío invierno en el que se encontraban.

No tenía nada que hacer, ni siquiera tenía que estudiar, por lo que se sumergió en sus pensamientos al ritmo de lo nuevo de John Martin. Imágenes de su anterior vida empezaron a pasar por su cabeza comparándose con todo lo que estaba viviendo. Todo era tan distinto... Los paisajes, la gente, las costumbres, el clima... Día a día se preguntaba el porqué de su mudanza y el porqué aceptó trasladarse, no había nada ni nadie especial en este sitio que fuera a echar de menos si se marchaba, tenía amigos, pero no poseía ningún vínculo especial con alguno de ellos. Nada, en este sitio no había absolutamente nada ni nadie que la anclara a él y dudaba mucho que lo encontrara.

- Vaya, mira a quién tenemos aquí.

Ante la voz que la sacó de todos sus pensamientos Ally giró la cabeza y se topó con un Hugo sonriente de pie cerca suyo. Sus rizos caían por su frente a causa del poco viento que corría y el abrigo conjuntado con una bufanda aparentemente bastante cara le daban un toque irresistible, entendiendo así la obsesión que tenía Diana por él.

- ¿Qué es lo que quieres?- contestó ella sin moverse, simplemente moviendo los ojos para verle ya que la mitad de su cara estaba tapada por su ancha bufanda de lana a causa del frío.

- Abajo esos humos, no vengo a hacerte nada, simplemente quería saludar.

- ¿Y ese cambio de actitud?- enarcó una ceja.

- ¿Cambio? Que Luke sea un capullo contigo no quiere decir que yo lo sea, ¿Hace falta que te recuerde que fui yo el que te dijo que corrieras cuando estabas petrificada mirando a Luke tras su caída?- sonrió burlón enseñando sus blancos dientes con las manos en los bolsillos. Tenía la misma sonrisa que su padre.

- Bueno... Tienes razón, perdona.- se quitó un auricular y bajó la música.- ¿Cómo es que aún no te has ido? Todo el mundo se marchó hace un rato.

- Esto... Tuve un pequeño incidente y tenía que solucionarlo.- se sentó en el banco junto a ella.

- ¿Y ese incidente?- sonrió un poco.- ¿Se ha solucionado?

- Pues... No. Fue una tontería, ya sabes como son en este estúpido instituto, por una chiquillada de nada no me verás el pelo hasta el lunes.- rió entre dientes.

- Déjame adivinar, fuiste el causante de que saltara la alarma de incendios.- sonrió esta vez bastante.

- ¡Premio! Puede elegir entre el premio sorpresa o los mil euros.

Los dos empezaron a reír como si se conocieran de hace tiempo. Al principio a Ally le pareció extraño, pero poco a poco esa sensación se fue desvaneciendo hasta el punto en el que no paraba de reír por lo bajo con cada cosa que Hugo decía. ¿Cómo una persona tan alegre y energético podía ser el mejor amigo de Luke? Desprendía confianza y positividad con solo mirarle.

- Elijo los mil euros.- levantó la barbilla sonriente.

- ¿Cómo? ¿No prefieres el regalo sorpresa?

- No, quiero los mil euros.

- Pues vas a tener que aguantarte sin nada, por elegir el regalo que no tenía.- sonrió de lado.