La Sombra de las Estrellas [Luke Hemmings]

27. Can't forget

Daba igual las veces que intentara enterarse sobre la reproducción de las células animales, los intentos fallidos por coger apuntes de la pizarra o simplemente pensar en otra cosa, pero para su desgracia, en su cabeza solo había un nombre y apellido, Luke Hemmings.

Apenas recordaba mucho de la noche de la fiesta, solía pasarle cuando bebía en exceso y algo malo ocurría, como si su cabeza la protegiera o algo por el estilo. Aunque tres cosas por lo menos a su pesar tenía muy claras, primero, que había discutido con Diego antes de entrar en la fiesta y lo arreglaron al día siguiente; segundo, que se había ido con Luke de la fiesta; y tercero, que había despertado en casa de Calum.

Soltó una enorme bocanada de aire y dejó caer su cabeza apoyándola sobre sus brazos cruzados encima del pupitre. Según le dijo Calum, Luke la sacó de la fiesta porque se encontraba mal y al no tener sitio a donde ir la llevó a su casa, pero ella no recordaba haberse encontrado mal en ningún momento de la noche, incluso recordaba pequeñas imágenes borrosas de una piscina y Luke dentro de ella... Gruñó sin levantar la cabeza, al menos tenía la conciencia tranquila de que siempre que solía estar borracha no perdía la cabeza.

- Y hasta aquí la clase de hoy, podéis salir ya.- dijo seria su profesora de biología.

Como si de un dios se tratara, todos se levantaron lo más rápido que pudieron y empezaron a recoger sus cosas a una velocidad abismal mientras el silencio era roto por distintas conversaciones sin interés en Ally.

Suspiró resignada y levantó la cabeza de sus brazos para empezar a guardar sus cosas. De repente, un cuaderno calló al suelo y este llamó la atención de Ally haciendo que levantara la mirada de sus cosas y mirara al causante. Diana bajo la mirada de un lar de personas recogía su cuaderno entre risas al lado de una chica del grupo en el que Ally solía estar. Sin quererlo, las dos chicas cruzaron sus miradas y rápidamente la sonrisa de la morena se desvaneció y mordió sus labios sin saber exactamente que hacer.

-¡Diana! ¡Vamos!- gritó tirando de su brazo la otra chica, rompiendo así el cruce de miradas.

Echaba de menos a su amiga, sí, más de lo que ella podría haberse llegado a imaginar, pero se veía incapaz de ir y entablar una conversación con ella. En verdad no recordaba el momento en el que dejaron de ser amigas, simplemente... Ocurrió.

Pasó su mano por su pelo echándolo hacia atrás y se levantó de su asiento con la mochila a un hombro. Era última hora, por lo que la mayoría de las clases ya estaban fuera y habían acabado, pero esta vez en vez de dirigirse a la salida cambió su camino por el del campo de fútbol. Necesitaba hablar con Calum, apenas se dirigieron la palabra la otra mañana ya que el moreno solo se limitó a contarle el porqué estaba allí y de vez en cuando algún monosílabo como respuesta a preguntas estúpidas como dónde estaba el baño o si estaba enfadado, por lo que necesitaba hablar con él y tragarse su orgullo.

Los pasillos estaban casi desiertos, rondar por ellos era un poco tenebroso, pero por lo menos el sol entraba con todo su resplandor por las ventanas. Aún no podía explicarse estos cambios en el clima, pero ya tenía demasiadas cosas en la cabeza como para pensar en el tiempo.

Ya fuera, se dirigió con el paso más rápido hacia el campo, el cual no estaba muy lejos de allí pero había que cruzar el gran patio para llegar a él. Pero algo la sorprendió antes de llegar al campo de fútbol, una mano agarró su brazo y arrastró de ella hasta el interior de las gradas, donde nadie pudiera verles. Quiso gritar, pero una mano tapaba su boca y le era más que imposible hacer cualquier ruido que pudieran oír más que ella y la persona que le había arrastrado hasta allí. Cuando ya pararon las manos la soltaron instantáneamente y Ally giró sobre sí misma para ver quién la había agarrado mientras levantaba una mano para defenderse, pero rápidamente su mano fue cogida por la muñeca y paró en seco al encontrarse con aquellos ojos azules.