24. Little me

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Instantes, esos instantes en los que el mundo se para y por un momento sientes como si estuvieras dentro de una burbuja en la que solo estáis tú y tus pensamientos luchando contra tus sentimientos. Algo en ti te dice que no, que salgas corriendo y olvides lo que pasa por tu cabeza, pero luego está la otra parte que perfectamente podrías disfrazar de ángel que grita que te arriesgues y olvides al mundo que te rodea y te centres en ti.

Pero somos humanos, y a veces pensar en la felicidad de uno mismo puede confundir los conceptos y de los dos caminos escoger siempre el que menos nos conviene. El problema está en que, cuando eso pasa, ¿Somos capaces de darnos cuenta y retomar el camino para escoger el adecuado?

Todo era confuso, esos ojos azules que decían a gritos "peligro" y esos ojos marrones que advertían "problemas"...

- Eh, Ally. ¡Ally! ¡Tierra llamando a Ally!

- Eh, oh, sí sí, te estaba escuchando Mike...- se rascó la nuca.

-¿A sí? ¿Y qué estaba diciendo, señorita?- enarcó una ceja el peliverde.

- ¿Que te vas a volver a teñir?- sonrió burlona.

Michael se cruzó de brazos y se puso frente a su amiga haciendo que parara de andar. Ambos se encontraban en el pasillo del instituto dispuestos a irse a casa ya que la jornada había acabado, era viernes, y por lo que las ganas de llegar a casa y olvidarse del mundo eran infinitas.

- No, no era eso, sí que me voy a volver a teñir, quizá algún tono rosado... pero no hablaba de eso.- suspiró.

- Perdón... Estaba un poco distraída.- se encogió de hombros y miró a su amigo.

- No hace falta que lo jures, la mirada que has echado a Hemmings lo ha dicho por ti, por poco le comes con la mirada.- frunció ligeramente el ceño.

- ¿Qué? Eso si que no- agitó las manos negándose- Solo miré en esa dirección y casualmente estaba él, ya está.

- Ally, vale que no somos amigos de toda la vida, pero no me puedes negar que estabas pensando en él hace unos momentos.

De la vergüenza, Ally bajó la cabeza y empezó a jugar con sus dedos. Mierda, todo era muy confuso y era consciente de eso, no había dejado de darle vueltas a la tarde anterior y le era imposible sacárselo de la cabeza. La imagen de Luke abriéndose a ella y sollozando en su hombro fundidos en ese abrazo...

-¡Ally! - bufó frustrado Michael llamando su atención.- Hoy estás a por uvas, vuelve a la Tierra ya anda.

- Perdón, perdón, perdón.- volvió a mirarle- Tengo demasiadas cosas rondando y no se me van de la cabeza.

-¿Y qué cosas son esas?

Esa voz no era de Michael, sino una mucho más grave y al oírlo a su espalda Ally notó como unos brazos la rodeaban la cintura acompañados de un pequeño beso en el cuello.

- Diego. - dijo sorprendida.- Tranquilo, solo exámenes y familia, nada serio.

- Eso espero, no me gustaría que te perdieras la fiesta de esta noche, va a ser épica, cielo.- la apretó más a él y una pequeña risa salió de Ally cuando apoyó su barbilla en el hombro de ella.- Espero que haya habitaciones libres...- susurró en su oído.
-¡Eh! Basta ya de proposiciones sexuales delante mía, no me es agradable oírlas.- se quejó Michael y ambos rieron a carcajadas.

- Seguro que tú también lo harás, no hay fiesta en la que salgas a dos velas, Mike.- enarcó una ceja Ally acompañada de de una risita.

- Ya, pero no es lo mismo, lo mío es sin compromiso y expontáneo.

La Sombra de las Estrellas [Luke Hemmings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora