84

784 142 15
                                    

-Yibo, ¿cómo llegaste aquí?

-En mi motocicleta. -Solo miró a Yi Zhou, no quería ni ver a Hai Kuan.

-Me refería a ... ¿cómo supiste dónde estabamos?

-Un pajarito me dijo...

-Claro...

-¡Pero que hace este gusano amarrado, desataló para que pueda golpearlo a gusto!

-De ninguna manera. -Hai Kuan intervinó

-¿A ti quién te metió en la conversación? -Necesitaba una razón para romperle la boca al cretino.

-Yibo, entiendo tu coraje, pero aun debe aclarar algunas cosas.

-¿Qué cosas? Lo único que vas a escuchar de él son lamentos.

Hai Kuan tomó la mano que Yibo acabada de levatar.

-Tiene que explicar si era él el responsable de las llamadas sospechosas.

-¡Claro que él es responsable!, y supongo que también lanzaste el ladrillo lleno de insultos... también, también mataste a un pobre gato y... -Yibo ya no pudo seguir hablando.

Con una sonrisa divertida Chu Yue Peng lo miraba desde la silla donde aun estaba sujeto.

-¡Si, fui yo!, siempre que escuchaba su hermosa voz me ponía nervioso y nunca pude responder, y cuando vi que llegaron a su casa sabía lo que iban a hacer, vi sus intenciones desde que estaban en el bar. Tenía que impedirlo, por eso lanzé el ladrillo.

-¿Por qué lo envolviste en una hoja llena de insultos? -Yi Zhuo al fin se incluyó en el interrogatorio.

-Lo tenía preparado días atras, odiaba ver como Zhan le coqueteaba a este mocoso, como se le insinuaba, ¡él solo tenía que mirarme a mi!, el besar en la calle a otro que no soy yo lo volvía una perra desesperada e infi...

Un golpe le impidió seguir hablando, Yibo acababa de golpearlo con los nudillos, la sangre se hizo presente.

-¿Cómo te atreves? -Yibo apretaba los dientes y los puños.

-Ya veo... tenía que castigarlo... sabía que le gustaban los gatos... -El hombre hablaba con la sangre escurriendo de su boca. -Así que, le obsequié uno para luego arrebatarselo, tenía que saber lo que se siente que te quiten algo a lo que amas.

-Era solo un animalito indefenso. -Yi Zhou estaba indignado, Hai Kuan solo estaba callado, escuchando atento.

-Era solo un gato, pero aun debía deshacerme de algo... -Miró a Yibo desafiante

-¿Cómo obtuviste el video? -Hai Kuan habló luego de oír esas palabras.

-¿Olvidas que solía ser tu asistente?, borraste los archivos, pero fue fácil recuperarlos y después guardarlos. Odiaba ver como disfrutabas de lo que era mío, pero los guardé sabiendo que un día serían de utilidad ¡y vaya que sirvieron!, solo tenía que enviar alguno al idiota este para que se olvidara de Zhan.

Yibo quería arrancarle la cabeza ahora mismo, le molestaba que las personas lo utilizaran para su propio beneficio.

-Jamás me voy a apartar de su lado ¿entiendes?.. -Uso su fría voz, la misma que convirtió esa bodega en alguna estepa rusa.

-¿No te molesto verlo dominado por el imbécil a tu lado?

Se estaba conteniendo de manera sobrehumana.

-Ustedes dos... no son lo suficientemente hombre para satisfacer a alguien como Zhan, cuando menos lo esperen ese lindo cuerpo estará debajo de mi.

Solo alcanzó a decir eso, ya que Yibo le dio una patada tan fuerte en el pecho que la silla salió volando directamente al piso.

Se rompió, las cuerdas que mantenían sujeto a Chu Yue Peng se aflojaron y este, aunque adolorido, pudo safarse de ellas.

Yibo permitió que se incorparara y en cuanto lo tuvo de frente se arrojó sobre él con todo lo que tenía.

Hai Kuan no sabía como reaccionar, pero le hizo señas a sus hombres para que no intervinieran.

-¡Creo que ya fue suficiente! -Pasado un rato creyó conveniente hablar.

-Dejalo, es bueno que libere su enojo, al menos se agotará y cuando sea tu turno ya estara tan cansado que no podra hacerte daño. -Yi Zhou no pudo evitar molestar a su amigo.

En el fondo, Hai Kuan sabía que tenía razón, Yibo tenía motivos de sobra contra él.

-Puede ser peligroso que siga golpeandolo, podría matarlo.

-Yo jamás creí que tuviera tanta resistencia, hermano creo que nos estamos haciendo viejos, tú y yo no podriamos llevarle el ritmo.

Para Hai Kuan y Yi Zhou esta escena los transportó a sus años de universidad, esos años donde ambos eran jovenes, ingenuos y llenos de sueños.

Ese niño parecía no querer dejar salir vivo de ahí a Chu Yue Peng, así que Yi Zhou tuvó que intervenir.

-¡Yibo, detente!, dejalo, ya esta inconsiente. -Lo sujetó con fuerza desde atras.



COINCIDIRWhere stories live. Discover now