COINCIDIR

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Se alegraba de que Zhan tuviera una relación nueva. La última vez que lo vio, fue por casualidad en un bar, las cosas no terminaron bien en ese lugar. Sonrió al recordarlo.

Le había tomado cariño a ese pequeño, por esa razón, decidió terminarlo en el momento que se dio cuenta que no sentía absolutamente nada por él. Era injusto mantenerlo a su lado, sabiendo que podía encontrar a alguien que si lo apreciará e incluso lo amara.

Ahora que sabía que Zhan estaba bien, algo se tranquilizó en su interior. Después de todo esa llamada con Yi Zhou no había sido una perdida de tiempo.

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No había podido ver a Yibo y eso lo ponía de mal humor, se habían besado y se enviaban mensajitos melosos todo el tiempo, quería verlo, tocarlo, olerlo... sentirlo, era increíble lo mucho que se había acostumbrado a él.

-Esa expresión es horrible, pareces constipado, si quieres, puedes ir a la cafetería por un yogurt o algún jugo de frutas para mejorar la digestión. -Ji Yang siempre molestandolo.

-Deja de hablar, por que al menos yo solo tengo cara de extreñimiento, mientras tú solo te quejas por las constantes escenas de drama en tu triangulo amoroso. -Su cara de pocos amigos mejoró un poco cuando vio que una sombra negra cubrió a Ji Yang, se lo tenía merecido.

Los últimos días no faltaban los problemas con su ex y su novio, a Zhan le resultaba divertido ver como su amigo prácticamente se jalaba el cabello por la desesperación que ambos le provocaban.

-Dejemos de hablar de nuestros problemas, el tuyo tiene fácil solución mientras que el mio no tiene ni pies ni cabeza. Para que preocuparme por algo que en algún momento se solucionará y si no tiene solución mas razón para no angustiarme. -Encendió un incienso para relajar el ambiente.

-Tienes razón, solo debo llamar a Yibo para preguntarle cuando puedo verlo, en cuanto a ti... tienes claro que amas Hao Xuan y ya no sientes nada por Bo Wen, falta que se los dejes en claro.

-¡¿Decirles a quién amo y a quién no?, pero como no se me ocurrió antes!, ¡Zhan los cielos se abrieron con tus palabras, todo tiene sentido ahora! -Levantó las manos dramaticamente.

Solo pudo rodar los ojos ante el evidente sarcasmo de su amigo, él no tenía la culpa de que Bo Wen no se diera por vencido y estuviera fastidiandolo de nuevo. Decidió llamar a Yibo antes de acobardarse.

Despues de unos tonos de llamada -¡Zhan-ge! -Su pobre tímpano casi revienta con el gritó del menor.

-No grites, yo... solo llamo para preguntar si podemos vernos hoy. -Hoy, no mañana ni al siguiente día, le urgía verlo.

-¡Si quiero, yo también quiero verte!, mandame por mensaje la dirección de tu empleo y llegaré por ti en cuanto termines tus obligaciones.

-Te lo envió ya, voy a colgar, aun tengo cosas que hacer. -Su sonrisa creció de manera significativa con esa llamada.

Después de enviarle su ubicación, todo a su alrededor cambio de repente, comenzó a tararear alguna cancioncilla y empezó a hacer sus deberes.

-Mira, mi incienso si funciona, te ves muy bien, vale la pena el dinero que pagué por el.

Zhan solo le sonrió, con el ambiente relajado y con muchas ansias por que la tarde llegará, los dos amigos siguieron con lo suyo.

*

Se apresuró a salir de la oficina, se tropezó un par de veces, pero cuando recibió el mensaje de parte de Yibo que ya lo estaba esperando afuera, enloqueció, tomó rápidamente sus cosas y ni ádios le dijo a Ji Yang.

Ahí estaba, hermoso y radiante, justo como la última vez que lo vio, el día que lo beso. Antes de cruzar la calle que lo separaba de él, giró su cabeza para checar que nadie estuviera cerca, y así, Zhan se lanzó de nuevo a ese niño que lo traía enloquecido. Esta vez, con plena conciencia, hizo lo que llevaba días anhelando... lo besó y Yibo le correspondió.

Sentía la fuerza de los brazos de Yibo en su cintura y la ferocidad del beso no ayudaba a que su mente estuviera despejada, era como un panal lleno de avispas.

Labios suaves, lengua tibia y dientes traviesos, ladeaba la cabeza mientras respiraba por la nariz para no separarse de él. Subió sus brazos y con una mano le tomó la nuca mientras la otra comenzó a despeinarle el cabello, ese cabello que tanto le gustaba.

Un carraspeó grueso los interrumpió.

-Salió hace mas de diez minutos señor Li, no debería perder tanto tiempo en la acera.

Se separó bruscamente de Yibo en cuanto escucho la voz de su jefe.

Solo a él le pasaban estas cosas.