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¡Increíble! De todo lo que dijo, Ji Yang solo le presto atención a esto.

-¡Oye!, dime otra cosa. -Necesitaba la opinión de su amigo.

-Solo estoy jugando, Zhan me siento muy feliz por ti, te oyes extasiado, no hace falta decir que te fue bien hoy. Quiero todos los detalles, veamonos mañana, vamos al parque cerca del trabajo, ese dondé no permiten mascotas. -A diferencia de Zhan, Ji Yang odiaba a los animales.

-Ok, te veo mañana al medio día, quisiera contarte con lujo de detalle. -Y realmente quería, se sentía tan bien que deseaba compartir el momento con alguien y que mejor que con su amigo.

*

El domingo transcurrió del modo imaginado, desperto de buen humor y después de una llamada con su madre recibió un mensaje de Yibo deseandole un buen día. Su sonrisa creció el doble pero no le respondió al momento ya que no quería verse desesperado.

Al mediodía se encontró con Ji Yang y le contó absolutamente todo sin excluir nada, también le dijo como la mesera y el resto de las personas presentes miraban a Yibo con obvio interés en su belleza.

Ji Yang soltó una risita ante esto y le preguntó si se sentía celoso de que las personas miraran al niño y aunque Zhan lo negó, debía admitir que si le incomodo un poco.

Regresó a su casa feliz y satisfecho de haber sacado todo lo que estaba reprimiendo desde la noche anterior, también porque Ji Yang le ayudó a responder el mensaje de Yibo.

Se estuvieron enviando mensajes todos los días siguientes y Yibo hasta le había enviado fotografías de él dentro de la universidad. Ese niño era demasiado fotogénico, bien podría ser modelo o un actor.

El jueves temprano se encontraba un poco hiperactivo en el trabajo y esto no paso desapercibido.

-Deja de moverte o voy a lanzarte un zapato. -Ji yang mencionó esto con su calmada voz, pero Zhan sabía que si era capaz de arrojarle algo, tenía antecedentes.

-Estoy nervioso por hoy. -Un ligero puchero se formó en sus labios. - Es la primera vez que salgo con él teniendo en claro que le gusto y también que él me gusta... y mucho.

-Nos veremos en un pequeño local de comida donde estaran mas personas, además como ya te dije el domingo fue buena idea que lo invitatas a acompañarnos ¡tendremos por fin una cita doble! Tanto que me hiciste esperar por este momento.

-¿De verdad a Hao Xuan no le importa que nos acompañe? No quisiera que ninguno de los dos se sintiera incomodo. -Hablaba del novio de su amigo y Yibo, Ji Yang jamás se sentiría incomodó.

-Te he dicho que no, el también esta curioso por conocer a Yibo.

Se quedó pensando en que él y Hai Kuan nunca tuvieron una cita doble, de cualquier manera ellos no hacían demasiadas cosas de una pareja común. Esta cita con Yibo le ilusionaba demasiado.

Cuando por fin salieron del trabajo se dio cuenta que el novio de su amigo estaba afuera esperandolos, al parecer esperaba que todos llegaran juntos al lugar.

-¡Cariñooo! -Ji Yang dijó con un molesto tono meloso. -¿Qué haces aquí? Zhan y yo tomariamos un taxi para llegar.

-Yo quería verte ya, además me parece buena idea que lleguemos juntos y sorprendamos al novio de Zhan, que sienta un poco de presión. -Giró su cabeza hacía él, con esa estupida sonrisa ladina que a Zhan no le gustaba nada, pero que a su amigo enloquecía.

-¡No es mi novio! -Todavía, despues de estos días si le gustaría comenzar una relación. -Y no te preocupes de sorprenderlo, probablemente aun no llegué al lugar y puede que se aparezca mas tarde.

Despues de decir esto abrió la puerta del asiento trasero del automovil de Hao Xuan y se metió en él. Duarante el camino y para evitar mirar las manos unidas de los de enfrente, comenzó a pensar en todo lo que había pasado en esta semana, en sus mensajitos coquetos con Yibo y como incluso perdía tiempo en internet dandole like a fotos de pareja donde mostraban sus actividades juntos o sus atuendos similares.

Venía sonriendo como bobo imaginando que quizá el y Yibo podrían hacer algo igual, aunque él era un hombre mayor, se sentía con derecho de tener esa clase de espectativa en una relación.

Sus risitas tontas fueron notadas de inmediato por Ji Yang, quien no le dijo nada y le permitió permancer en su mundo.


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