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No entendía como alguien se tomaba tantas molestias por él, se le revolvía el estomago solo de imaginar como alguien tenía el corazón para lastimar a un pobre animalito.

Estaba quieto, observando las cosas que había comprado para el gatito y que yo no iban a ser necesarias. Unas silenciosas lagrimas humedecieron sus ojos.

Estaba a un paso de un colapso mental, los oficiales de policía lo habían abrumado con preguntas sobre quien podría ser su agresor, pero en verdad él no podía pensar en nadie a su alrededor capaz de todo eso.

Yibo salió del baño, él no quería ni entrar, así que su novio amablemente empezó a limpiar la sangre y el pelo del gatito que mancharon el piso y parte de la pared de la ducha. Habían utilizado uno de sus cuchillos de cocina.

-Gege, no estes triste, cada día que pasa es un día mas que estamos cerca de atrapar al desgraciado.

Ese entusiasmo del menor era algo de lo que él carecía en este momento. Esa noche no hicieron nada, no tenía humor ni fuerzas para eso.

Pasados unos días, aun se encontraba triste por la situación, llegó a casa luego de que él y Ji Yang visitaran a un terapeuta al que solo le preguntaron el costo del servicio, era muy elevado y aunque su amigo le insistió en que le prestaría dinero él se negó.

Un tanto desanimado regresó a casa, Ji Yang lo había acompañado hasta la puerta, el mejor amigo del mundo no lo había descuidado en todos esos días, trataba de animarlo y distraerlo contandolé las experiencias nuevas que tenía con sus dos hombres.

Cuando entró, inmediatamente escuchó un maullido, sintió que se estaba volviendo loco, ¿acaso el fantasma del gatito venía a atormentarlo desde el inframundo?

-Gege, ya estas en casa, bienvenido. -Yibo lo recibió en la entrada.

-Escuché... olvidalo. -Podría pensar que estaba loco.

-Escuchaste al gato ¿verdad?

-¿Tú también lo oíste?, creo que la cabeza me empezó a doler, necesito un poco de agua.

-Zhan-ge, tranquilo, es un gato que traje del refugio de animales que esta cerca de la universidad, una compañera es voluntaria allí y siempre esta molestando pidiendo donaciones o que adoptemos a alguna de las mascotas.

-¿Trajiste un gato?... -¿Por qué lo hizo?, a Yibo no le gustaban los gatos, quedo claro por como trataba al anterior, sus lagrimas empezaron a salir.

-¡No llores!, yo... me sentí mal por como murió el infeliz... y tú... tú estabas muy triste... yo no sabía como hacerte sentir mejor... solo fuí por un gato para que llenes el vació que el otro dejó.

Empezó a llorar y reír al mismo tiempo, si Yibo era capaz de hacer a un lado sus celos por un gato para hacerlo feliz, él sentía que sería capaz de superar todo eso con ese gran "Hombre" que tenía a su lado. Se arrojó sobre él.

-¡Yibo, te amo demasiado! -Empezó a regar besos en su rostro. -Eres lo mejor que me ha pasado en mucho, mucho tiempo. -Lo abrazó con fuerza y así, enlazados fuertemente, volvió a preguntarle. -¿Dondé esta el gatito?, quiero verlo.

Un despeinado Yibo lo llevó a la habitación, donde un hermoso gatito color miel jugueteaba en el piso.

-¡Que lindo es!, esta tan delgado, pobrecito, te prometo que te alimentaré tanto que tus patitas no podran tocar el piso después. -Tomó al frágil ser entre sus manos.

-Se que es muy feo, pero así lo pedí.

-¡Yibo!

-No me grites gege, fuí al refugio y le dije a la encargada que me diera al gato mas pobre y lastimero que tuvieran, si voy a compartirte con alguien sera mejor hacerlo con alguien que enserio merezca tu amor.

Toda la tristeza que había acumulado esos días se escurrió del cuerpo como agua, empezó a reír con las ocurrencias que su novio decía. Se acercó a él y le tomó el mentón con la mano libre.

-Tú tienes un lugar especial en mi corazón, no compares el amor que siento por ti con el que puedo sentir por un gatito.

Yibo seguía con esa expresión infantil de molestia, así que tuvó que besarlo.

No sabía como ocurrieron las cosas, pero de un momento a otro estaba siendo presionado en la cama, con su novio encima de él, entrando y saliendo de él con fuerza, Zhan solo podía gemir de placer, ese niño aprendía rápido, sabía exactamente el punto donde debía golpear.

Arqueaba la espalda mientras sus piernas eran sujetadas por los brazos fuertes de Yibo.

Sentía como su cuello y claviculas eran atacados por esa boca, su miembro estaba siendo estimulado por la fricción de sus cuerpos mientras estaba preso entre ambos.


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