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Yibo llevaba un buen rato mirando los árboles que se interponían en la vista que tenía del cielo, como si fuera lo mas interesante del mundo.

Tenía unas ganas monstruosas de marcar el número que había guardado hace ya varias semanas, pero justo cuando estaba a punto de deslizar su dedo e iniciar la llamada se acobardaba.
 
Le molestaba sentirse inseguro en estos momentos, ¡por favor! Solo debía llamar para quedar con el hombre mas hermoso que había visto en su vida.

Pero no, tenían que sudarle las manos y su corazón no dejaba de latir de solo imaginar como sería tener una cita con él.

Desde el momento en que lo vio, al lado de la calle donde tuvo esa caída, quedo paralizado por su belleza. Ese rostro, ese cuerpo y ese lindo lunar debajo de esos perfectos labios era la cereza del pastel. Odiaba los lunares, sobre todo los grandes y que incluso llegaban a tener vello... ¡agh! Que asco, pero esa manchita debajo de la boca de Zhan-ge le despertaron los mas sucios deseos; quería llevárselo a la boca, morderlo y saborearlo tanto como le fuera posible.

Escenas como esa le ayudaron mucho a darse autosatisfacción por las noches, le encantaba frotarse mientras se imaginaba al mayor debajo de su cuerpo.

Con una sonrisa boba y con sus pensamientos indecentes veía pasar las nubes encima de él, esto no duro ya que alguien se acercó a romperle el momento.

-Yibo, ¿podemos hablar?

-No --Lo dijo sin siquiera mirar al joven que estaba a parado a un lado de él.

Era un hombre alto y bien parecido que no trato de ocultar su cara de indignación cuando recibió esta negativa. Ya debería estar acostumbrado, Huang Yibo era conocido por sus desplantes y groserías.

Iba por la vida ignorando y despreciando gente, o al menos era la percepción que tenían los demás de él, Zhuo Cheng no entendía como las niñas perdían su dignidad persiguiendo a alguien como Yibo.

-Solo quiero saber si este semestre te uniras al equipo de natación. Sabes, hay mucha gente interesada en ti y como el lider del equipo es mi obligación preguntarte.

Yibo se incorporó del cesped donde estaba descansando --¡Que flojera! Ya te dije al menos cinco veces que no quiero pertenecer a ningún equipo deportivo o club social dentro del campus --Y no quería, odiaba que le dijeran que hacer.

Yibo nació en el seno de una familia rica, y al crecer rodeado de comodidades no tenía enormes ganas de superación o ambiciones fuertes. Tan diferente a su compañero, quién si era ambicioso y tenía claras sus metas en la vida.

-Esta bien, yo solo tenía que intentarlo de nuevo, serías un valioso elemento en el equipo --Se dio la vuelta y se marcho, dejando detras a un Yibo aliviado de saber que se lo había quitado de encima por unos meses.

¡¿Para que rayos lo necesitaban a él?!

Sabía que era buen nadador, también buen corredor y un montón de cosas mas, pero Zhuo Cheng era mejor que él en todo y no solo en el aspecto deportivo, también en el acádemico, buen estudiante y buena persona, iba por la vida socializando con quien se le parara en frente, esto lo dejaba kilometros por encima de él, quien odiaba tener trato con la gente.

Yibo sintió pereza solo de pensar en él, los hijos de familias pobres enserio tenían que esforzarse por lograr sus objetivos.

Y hablando de objetivos...

Tomó la decisión de no hacer esa llamada, en su lugar subió a su motocicleta y se dirigió al lugar donde recordaba vivía su Gege, su Zhan-ge, ese ángelito que le quitaba el sueño últimamente y lo hacía sonreír en cuanto lo recordaba.

*

Llegó al lugar y se preguntó si Zhan-ge ya estaría en casa, luego recordó que lo vio por casualidad comprando algo de comida en un Super Mercado pasadas las seis de la tarde. Miró su reloj y se dio cuenta que faltaban 13 minutos para las 5, probablemente aun no salía del trabajo, pero sin nada mejor que hacer decidió quedarse ahí esperando, después de todo, esta era su casa y en algún momento tenía que llegar.

Y llegó.

Eran exactamente las 6:48 pm cuando lo vio llegar.

COINCIDIRWhere stories live. Discover now