51 * MEMORIAS

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-Primero, quiero pedirte perdón por mi ausencia. -ahora que estaban solos la conversación se tornó seria.

-Ya te dije que dejaras de disculparte, no estoy molesto, mejor hazme cariñitos. -Movió la cabeza en busca de contacto.

-Yo quería venir, sabes que si fuera por mí estaría contigo a diario, pero... -Dudó, mientras acariciaba las finas hebras del poco cabello que le quedaba a Nian Zhen. -Pero tu madre me lo prohibió, prácticamente me arrodillé ante ella para que me permitiera venir hoy.

-Mamá... ¿ella...

-No te enfades con ella, se molestó mucho cuando se enteró que busqué a Wei Qi para contarle todo, ella solo quiere lo mejor para ti y cuando me dijo que ella arreglaría todo y que yo me mantuviera alejada, jamás imaginé que terminaría contratandolo para que te cuidara.

-¿Fuiste tú? -Ya lo sospechaba, pero oírlo fue desconcertante.

-Si... él necesitaba saber la verdad... lo lament...

-No lo digas, no estoy molesto, no contigo ni con mamá, son dos de las personas mas importantes en mi vida, pero ¿cómo lo encontraste? -Su curiosidad crecía.

-Le pagué a un estudiante para que lo siguiera y reuniera información sobre él.

¡Wow!, incluso su linda e inocente amiga era capaz de algo como eso.

-¿Sabes que pasó con su familia? -Esto era algo que lo perseguía constantemente.

-Si... pero no hablemos de eso, supongo que el no te dijo nada y yo...

-¡Zi Yi! -Rara vez le levantaba la voz. -¡Tú lo buscaste, toma parte de tu responsabilidad y dimé lo quiero saber!

-A-Zhen... -Empezó a sollozar. -¿Cómo podría yo saber que él era capaz de eso?, nunca creí que... que... los abandonaría, creí que no tendría el valor... -Soltó en llanto.

Ya lo suponía, no era posible que Wei Qi estuviera las 24 horas con él mientras mantenía la relación con su esposa.

-No he dormido bien solo de saber que probablemnte soy la responsable de la destrucción de una familia. -Sorbía su nariz y decidió tomar un pañuelo. -Por eso no puse objeción cuando tu madre me prohibió verte ¡merecía un castigo por lo que hice!

-No llores. -Se giró sobre sus piernas para poder verla mejor, limpiando sus lagrimas con sus delgados dedos. -A Ming Jing no le gustaría verte así.

-Pero soy una mujer horrible, no merezco toda la felicidad que tengo.

-Entonces ambos somos horribles. -Muy en lo profundo de sus ser estaba feliz de, que al menos una vez, Wei Qi lo escogiera a él antes que a su esposa e hijo. -Me gusta que este aquí, eso me hace un monstruo.

-Tu no eres un monstruo, solo eres alguien enamorado.

Amor.

Palabra tan pequeña y con significado tan inmenso como el mismo universo, tan complicado como el ADN y tan fuerte como cualquier fenómeno natural, capaz de ocasionar desastres como este, un padre abandonando a su familia.

-No se como hablar con él, no soy capaz de mirarlo o dirigirle la palabra... ¿qué hago?

-No lo se, esa respuesta solo tu la tienes, toma la decisión de como quieres pasar el tiempo con el.

Él viento sopló y unas cuantas flores de cerezo callerón sobre él. Pensaba en todo lo que descubrió ese día, no imaginaba lo que había pasado con la esposa de Wei Qi, ¿qué explicación le pudo haber dado?, no creía que simplemente se marchara.

Él hombre que amaba era del tipo que enfrentaba los problemas de frente, como aquella ocasión en que un par de niños robustos lo molestaban a él por su complexión delicada. Wei Qi los encaró y cuando las palabras no bastaron intercambió golpes con esos dos.

Verló defenderló de ese modo, solo causó que su enamoramiento creciera. Se imaginaba teniendo una vida a su lado, compartiendo todo, junto a ese hombre alto y fuerte, pero las cosas rara vez resultan como uno las planea.

Wei Qi prefirió una vida familiar, aceptada por la sociedad, haciendoló a él a un lado. Él no podría darle nunca eso, creyó que su amor era suficiente, pero aprendió a la mala que a veces eso no lo era todo, no si las personas que lo sienten son dos hombres.

Su amiga estaba a puntó de caminar al altar, y él estaba caminando a la muerte.

Al menos Wei Qi estaría a su lado cuando ese momento llegara.




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