6

1.4K 215 49
                                    

-Me gusta escuchar música y leer en mis ratos libres --No sabía que mas decir, ya que mencionar que le gustaba el chisme con su amigo en horas laborales tampoco sonaba muy bien.

 -Ya veo, música y libros... --Sonriendo y sin apartar la vista de él, Yibo se quedo ahí, quieto, como un niño pequeño procesando la información que sus profesores acababan de darle.

Se fueron del lugar, luego de agradecerle a Feng por la comida y por insistencia de Yibo, Zhan permitió que lo llevara a su casa. Una vez ahí, se dio cuenta de que el otro no se iría tan fácil, ya que aun después de agradecerle por la molestia comenzó a caminar en dirección a la entrada del edificio donde vivía, pero al voltear el niño seguía ahí parado.

-Adiós --Le dijo mientras ondeaba su mano para darle mas importancía a la palabra.

-¡Zhan-ge! ¿Cómo puedes ser así?, te invité a comer e incluso te traje a casa. Me abrí contigo y te conté algunas cosas sobre mí,  también te dije que quería ser tu amigo y tú te vas sin siquiera darme tu número de télefono.

-...

Luego de aquellas palabras, Zhan consideró que quizá no era algo tan horrible darle el número, así que regresó y se lo anotó en el ticket de compra que tenía en uno de sus bolsillos.

-Toma, y no lo pierdas porque no te lo voy a dar otra vez... --Ya no siguió hablando porque Yibo ya lo estaba registrando en su télefono.

-¡Genial! Zhan-ge, voy a llamarte para que salgamos un día de estos, podriamos ir a algún evento deportivo, ya se que dijiste que no te gustaban los deportes, pero hacerlo y solo ser un expectador es diferente.

Dicho esto arrancó y se puso en marcha, no sin antes decirle "adiós" con una enorme sonrisa al hombre frente a él.

Cuando Zhan llego a la comodidad de su casa seguía pensando en todo lo que había pasado ese día.

-Bueno al menos ya no tengo que preparar la cena --Dijo esto en voz alta, ya que él consideraba no era malo conversar con uno mismo.

*

Pasaron los días y su vida trancurrió normal, le contó a Ji Yang lo ocurrido con Yibo y como este se había desparecido luego de eso. Ya habían pasado dos semanas desde la noche que cenaron juntos y el mocoso no le había enviado ni siquiera un mensaje.

-¡Wow! ¿qué te paso? Te ves fatal, cariño, esas ojeras no te favorecen --Su amigo siempre era sincero con él y cuando le dijo esto por la mañana, en cuanto cruzo la puerta de su oficina, supo que era cierto, que debía verse horrible.

-Ya sé, no he dormido bien estos días, he tenido algunas pesadillas, otra vez --Esto era cierto, no recordaba bien que era lo que soñaba, pero cuando despertaba sentía una angustia, dolor y miedo en su pecho, luego de despertar dormir se le dificultaba demasiado.

Su mal ciclo de sueño de la última semana le había cobrado factura a su rostro por fín.

-¡Oh, ya veo! --Habló Ji Yang mientras se miraba las uñas --Pensé que ya tenías al fin noticias de tu niño bonito y habías pasado noches increíbles.

-Sabes que si hubiera tenido una noticia de él serias el primero en saberlo, además, que me importa que un niño no quiera contactarse conmigo -Esperaba que su amigo cortara el tema, no quería decirle que si había esperado su llamada los primeros días, aunque en realidad este lo conocía muy bien y tal vez ya lo hubiera imaginado.

-Lástima, después de tu sequia de meses supuse que querrías deshaogarte con un cuerpo juvenil.

Zhan rodó los ojos ante este comentarío. Es verdad que su última vez había sido a mediados de enero cuando contactó por una red social con un antiguo compañero de universidad, fueron a tomar algo y luego se entregaron frenéticamente al deseo en una cabina destinada para esto dentro del lugar de su encuentro.

-Tampoco a pasado tanto, el hecho de que tú lo hagas a diario no te da derecho a menospreciar la vida íntima de tus amigos.

Soltando una risa divertida Ji Yang solo movió su cabeza de un lado al otro. Él sabía que su amigo había caído ante los encantos de ese niño.

*

*

*Tengo demasiados capítulos escritos, tal vez suba uno cada día.


COINCIDIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora