25 (SUEÑO)

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Zhan se encontró en un lugar desconcocido. Giró la cabeza tratando de distinguir el lugar, pero solo podía ver que se trataba de un bosque de bambu, él estaba parado en medio de un sendero. Se quedo quieto un rato y decidió que caminar y buscar a alguien no era tan mala idea, así que eligiendo al azahar una dirección emprendió el camino.

*

Una anciana, afuera de una modesta cabaña, lavaba las pocas prendas de vestir que tenía, fregaba las prendas en un cubo de madera que había dispuesto bajo el enorme árbol de naranjas que estaba en el patío de su propiedad.

Su marido salió temprano a trabajar el campo y ella, después de terminar sus deberes, vio que el sol aún se encontraba en su punto mas alto, por lo tanto, supo que podría lavar bajo la fresca sombra de su único compañero en ese desolado lugar.

Estaba perdida en su deber y en una pequeña canción que tarareaba con placer, sin embargo, su tranquilidad fue interrumpida por la prescencia de un extraño que logró distingiur desde el lugar donde se encontraba.

Era una hombre joven y delgado, cabello negro, cara roja y sudorosa por caminar bajó el rayo del sol de mediodía. Traía entre sus brazos algo envuelto en una tela, venía caminando por el camino que pasaba justo en frente de su casa, cuando llegó hasta ella, se acercó a hablarle.

-Abuela ¿cómo esta usted el día de hoy?, el sol ha terminado con mis fuerzas por el momento.

-Deberías cargar un sombrero contigo,¿quieres un poco de agua? -La anciana era bastante educada y este joven no le causó desconfianza.

Con un asentimiento Zhan le confirmó que aceptaba el líquido refrescante.

-Y dime ¿qué te trae por estos parajes tan desolados? -No era que fuera curiosa, pero la verdad no era común ver gente desconocida por el lugar.

-Estoy buscando alguien. -Dijo con un poco de alivio por calmar su sed y poder descansar bajo la sombra.

-¡Oh! Ya veo, ¿qué clase de persona es?, no conozco a mucha gente pero tal vez pueda ayudarte.

-Gracias, la verdad iba a preguntarle de todos modos, llevo mucho tiempo buscando y hace semanas que no veo a nadie, este lugar si que es remoto.

Sus pies dolian y su cara estaba aun mas bronceada de lo que naturalmente era, había perdido la noción del tiempo. Pero algo tenía claro, había pasado demasiado.

-Vera, busco a un hombre joven que tiene aproximadamente mi edad, su cabello es castaño, su piel es muy blanca, pero tiene ese tono rosado que uno solo podría ver en los bebés, sus ojos son pequeños y hermosos, sus labios son rojo pálidos y un poco carnosos... -Después de un suspiro continuó con la descripción. -Tiene una hermosa sonrisa de dientes blancos y perfectos, su voz... su voz es la melodía mas hermosa que cualquier persona podría escuchar...

-Niño, creo que estas describiendo a un ser inmortal ¡¿tanta belleza es posible?! -La anciana jamás había visto a alguien parecido a lo que acababa de escuchar.

-¡Es posible!, yo lo he visto, lo estoy buscando para darle un obsequio. -Levantó el bulto en sus manos para que la anciana lo notara.

-¡Un obsequio! Oh vaya, debe ser algun tesoro, algo especial para alguién especial.

-Abuela ¿quieres verlo?

-Si quiero, no pienses que soy indiscreta, pero aquí no se ve mucho como ya habras notado.

Haciendo aun lado la tela que lo cubría, Zhan mostró lo que llevaba en sus brazos, al instante los ojos de la anciana se agrandaron y soltó una carcajada.

-Vaya, vaya... ¡jamás había visto un obsequio como este!, y mira que a mi edad he vistó demasiado ¿estas seguro que no es un dios al cuál le ofrendaras esto?

-¡Ya he dicho que no! Abuela el hombre que busco es tan humano como usted y yo. -Después de volver a cubrir lo que sea que eso fuera preguntó. -¿crée qué le guste? Ya sabe el es un ser hermoso, todo el mundo lo elogia y le dan los mas bellos presentes, yo no se, si lo que yo voy a darle sea suficiente para él.

-Depende ¿es de todo corazón?

-¡Por supuesto que si! Yo no tengo mucho o mejor dicho, no tengo nada y esto de aquí es lo único que soy capaz de darle.

-Entonces le gustará, créeme, sería injusto y cruel no aceptar un regalo tan hermoso como este.

La anciana tomó su mano y le dirigió una sincera sonrisa.

Lo dejó descansar un rato mas y luego de darle un poco de agua para el camino, ella lo vio marcharse, vio como la silueta de ese hombre joven y guapo se perdía para fundirse con el paisaje.

Solo esperaba que el pobre pudiera encontrar pronto al hombre a quien buscaba.






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