Amnesia || Magcon [✔️]

1 ~ Confuso

Abrí lentamente los ojos y parpadeé un par de veces para acostumbrarme a la luz. Pero, los cerré casi de inmediato al sentirlos arder ya que el sol me pegaba justo en el rostro.

Con ellos aún cerrados, giré la cabeza hacia ambos lados en un intento por evadir los rayos del sol, pero era inútil. Estaba a punto de levantar mi mano derecha para cubrir mi rostro de los extremadamente calientes rayos del sol, pero me detengo al sentir pequeños granos, ásperos, pero húmedos, bajo la palma de mi mano.

Cerré mi mano en un puño, extrañada de lo que pudiese haber en ella. Con cuidado, me fui incorporando hasta quedar sentada, con la cabeza gacha, abrí mis ojos y luego mi mano. En ella, había un puñado de lo que parecía ser... ¿arena?

Aún más extrañada, levanté la mirada y me llevé la gran sorpresa de que me encontraba a la orilla de una playa, descalza, con tan solo un traje que me llegaba un poco más arriba de la rodilla.

¿Qué hago aquí?

Eché un vistazo a mi alrededor, además de mí, no había nadie más aquí.

Decidí ponerme de pie y en cuanto lo hice, comencé a sentir un agudo dolor en la parte de atrás de mi cabeza, haciéndola palpitar. Instintivamente, llevé mi mano al área adolorida en un intento fallido por apaciguar el dolor.

Traté de recordar el por qué, el cuándo, o el cómo de mi llegada hasta aquí, pero no lograba recordar nada. Cada vez que intentaba pensar en algo, el dolor se intensificaba.

En el cielo, se podía ver como una tormenta se alejaba de la playa en dirección hacia mar abierto.

Mis ojos se toparon con un puente, a mi izquierda, que parecía ser una especie de muelle que terminaba mar adentro.

Di media vuelta sobre mis talones y me encontré con un alto muro de piedras, a unos cuantos pies de distancia de donde yo me encontraba, que me impedía ver lo que se encontraba del otro lado.

Observé a ambos lados del muro y noté que éste se conectaba con el muelle. Bajo este, y justo a un lado del muro, había unas escaleras que supuse podían utilizarse para salir de la playa.

Así que, sin pensarlo dos veces, comencé a caminar hacia las escaleras. Al caminar, podía sentir mi cuerpo quejarse de dolor y con cada paso que daba, este incrementaba.

Pero no me detuve y seguí caminado. Al llegar, las subí despacio, tomándome mi tiempo en cada escalón, mientras me sostenía del barandal para no resbalar.

Me tomó un par de minutos subir todos los escalones, pero al menos ya me encontraba fuera de la playa.

Ahora, me ubicaba en una acera, justo frente a la carretera.

Me tomé un momento para observar mi alrededor, todos los autos y taxis que circulaban por esas calles.

Del lado de la carretera en el que yo me encontraba, no había nada más que el borde de la pared de piedra, que ahora me llegaba a la cintura.

La mayoría de la gente y los edificios, se encontraban del otro lado, por lo que decidí que era mejor idea cruzar.

Me acerqué aún más a la orilla para dejar saber que quería cruzar y esperé a que uno de los autos se detuviera para darme paso.

Me había tomado mi tiempo mientras cruzaba la calle, y era que además de las molestias que sentía, estaba descalza y podía sentir como las piedras y los granos de arena, que aún tenía de la playa, se incrustaban en las plantas de mis pies.

Ya al otro lado de la calle, no sabía qué hacer o a dónde ir. Ni siquiera sabía dónde estaba.

Me enfoqué mejor a mí alrededor. Todos parecían ser pequeñas tiendas de dueños locales y edificios altos.