Amnesia || Magcon [✔️]

34 ~ Amorios

NARRA JAKE

–¿Segura que irás sola?

–No soy una niña, Jake.

Hazel me miró a través del espejo, mientras arreglaba su cabello.

–De acuerdo –levanté mis manos, a lo que ella rodó los ojos.

–¿No tienes algo mejor que hacer que quedarte ahí parado, mirándome? –preguntó.

Se giró a verme, apoyando sus manos sobre el lavabo detrás de ella. Su cabello no se veía muy diferente a como estaba antes de que decidiera arreglarlo. Cuando nuestros ojos se encontraron, alzó una ceja.

–No –me crucé de brazos y sonreí. –Nada podría ser mejor que verte así en las mañanas.

Pareció sorprenderse ante mi comentario porque enseguida bajó la mirada hacia sus pies descalzos.

–Tengo que irme, mi hermana debe estar preocupada –dijo, caminando por mi lado y saliendo del baño.

–¿Tienes una hermana? –pregunté, mientras la seguía de cerca por el largo corredor. –Pensé que sólo tenías un hermano.

–Uhh... –se lo pensó antes de contestar, haciendo que frunciera el ceño. –Ella no es mi hermana –respondió cuando llegamos a la sala y se sentó en el sofá para ponerse sus tacones.

–¿Qué? –pregunté confundido, observando como su larga cabellera caía sobre su rostro mientras se ponía los tacones.

–Vivimos juntas –respondió. –La quiero como a una hermana y nos tratamos como tal –explicó, pasando una mano por su cabello a la misma vez que se ponía de pie, haciendo que la mitad de éste cayera en suaves ondas sobre su hombro. –En fin, ya me tengo que ir... ¿Y mi bolso? –preguntó, mirando a su alrededor.

–Creo que está en mi habitación –comenté, tratando de hacer memoria.

Cuando vi que disponía a ir por él, me le adelanté.

–No te preocupes, yo iré por él –la detuve.

Me dirigí a las escaleras y subí hasta mi habitación, cuya puerta estaba entreabierta y no tardé en divisar el bolso en el suelo, a un lado de la cama.

Caminé hasta él y me agaché para tomarlo. Una vez que ya lo tenía entre mis manos, volví a ponerme de pie, pero antes de poder hacerlo, noté que algo se había salido del bolso y caído al suelo.

Miré al suelo, donde yacía un teléfono, el teléfono de Hazel. Lo tomé en la mano y me dirigí hacia afuera de la habitación.

Cuando estaba al pie de las escaleras, a punto de bajar, el teléfono de Hazel comenzó a vibrar en mi mano y por supuesto, la curiosidad fue más grande y lo revisé.

Se trataba de un mensaje de "Sebastian", que, por lo que me había contado Hazel ayer, Sebastian era su hermano.

Abrí los mensajes, habían alrededor de más de veinte mensajes de Sebastian en las últimas 12 horas. Todos preguntando si se encontraba bien o si ya había llegado al apartamento. Bufé.

¿Hermano sobre protector?, pensé.

Decidí no tardar más y regresar con Hazel, por lo que comencé a bajar las escaleras, guardando el teléfono dentro del bolso y cerrándolo. Cuando llegué a la sala, me extrañó no ver a Hazel allí.

–¿Hazel?

–¡Aquí estoy! –escuché su voz venir del fondo de uno de los corredores.

Caminé hasta llegar al final del corredor principal, donde sonreí de lado al ver a Hazel recostada de la puerta.