Amnesia || Magcon [✔️]

33 ~ Interrupción

NARRA STELLE

Antes de poder tomar conciencia en lo que estaba sucediendo, nuestros labios se habían unido en un beso.

~ 30 minutos antes ~

–¿Sabes con quién salió Hazel?

–No –negué con la cabeza. –No tengo ni la menor idea –confesé, recostándome en el espaldar de la cama de forma en la que podía ver mejor a Seba.

–¿No sabes cómo se llama? –volvió a preguntar y alcé la mirada para verlo.

–No –volví a negar. –Aunque... –me interrumpí a mí misma. –Creo que se llamaba... –dejé la oración en el aire y fruncí el ceño, tratando de recordar su nombre. –¿Jackie? ¿Jack? –hice una mueca. –No recuerdo, sólo sé que se conocieron en una fiesta –comenté.

Vi como Sebastian asentía y lo miré con una ceja alzada.

–No pensé que fueras ese tipo de hermano que vive preocupándose por su hermana –volví a hablar a lo que él rio.

–¿Qué puedo decir? –se encogió de hombros. –Conoces a Hazel, nunca dejará de darte razones para estar preocupado por ella.

–En eso tienes razón –asentí con una leve sonrisa en mis labios.

Luego de eso, ninguno de los dos volvió hablar, quedándonos en un profundo silencio. Sentí una sensación extraña y levanté la vista para comprobar lo que me temía, Sebastian me miraba fijamente desde su lugar en mi cama, a menos de un metro de distancia de donde yo me encontraba.

En un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo de Seba se encontraba a poca distancia del mío y esta disminuía cada vez más, al igual que la distancia entre nuestros rostros.

Estaba confundida y mientras se seguía acercando, podía sentir cómo mi corazón comenzaba a latir fuertemente contra mi pecho.

También podía sentir como nuestras respiraciones comenzaban a mezclarse. Sus ojos se veían de un color más oscuro de lo normal mientras observaban fijamente los míos. Por un segundo, su vista se concentró en mis labios y no pude evitar fijarme en los suyos.

No podía negar que los nervios me comían por dentro, no sabía qué hacer. En realidad, ni siquiera estaba segura de que esto era lo que quería. Luego, como si hubiese leído mi mente, se alejó, pero sólo unos pocos centímetros de mí, lo suficiente para que nuestras miradas se fijaran nuevamente en nuestros ojos.

Sus labios estaban unidos en una fina línea, hasta que los separó, dejando su boca entreabierta para decir algo. Estaba a punto de hablar, cuando se ve interrumpido por unos toques en la puerta principal.

–La pizza... debe ser, la pizza –titubeé y voltee mi cabeza, alejándome de él.

–Hm, sí... –lo escuché murmurar, mientras agachaba la cabeza.

Desde donde me encontraba, podía ver sus mejillas sonrojadas.

Él añadió más distancia entre nosotros pues yo no me había alejado ya que estaba pegada al espaldar de la cama. Podía sentir la tensión en el aire entre nosotros. Cuando bajé de la cama, volteé mientras caminaba de espalda hacia la puerta.

–Iré a ver...

–Sí, sí, claro... –respondió y con eso volteé rápidamente, abriendo la puerta de mi habitación y saliendo al pasillo.

Hice de mis manos dos apretados puños a ambos lados de mi cuerpo, no porque estuviese molesta ni nada por el estilo, al contrario, lo hacía en un intento para que mis nervios desaparecieran. Solté una bocanada de aire.