Amnesia || Magcon [✔️]

75 ~ Demasiada información

Este capítulo se trae muchas cositas, espero lo disfruten.

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Sus enormes ojos estaban enfocados en mí, eran de un color entre el azul y verde, muy parecidos a los míos. Su cabello rubio, que casi le llegaba a los codos, era ondulado y estaba algo desordenado. Su piel era muy pálida, incluso más que la mía, y sus labios lucían resecos, con varias cortaduras.

Sólo había visto su fotografía una vez, aquella que Bridget me mostró cuando estaba en su casa. Apenas mire la foto por un par de segundos, pero estaba cien por ciento segura de que era ella.

Era Stelle, mi hermana.

La misma hermana que, según Bridget, había fallecido. Pero ella estaba aquí, justo frente a mí, a tan sólo unos pocos pasos de distancia.

–Amelia –volvió a hablar, sacándome de mi trance. –Pensé que nunca vendrías.

–Yo... –tartamudeé, insegura de qué decir, pues no parecía reconocerme.

¿Quién era Amelia?

–No... no soy Amelia –expliqué. –Soy Maisie, tu hermana. ¿Sabes quién soy? –pregunté despacio.

La expresión de Stelle cambió al escuchar mi nombre. Se veía aún más sorprendida que antes.

–¿Maisie? –repitió en un susurro. –Maisie...

Cubrió su boca con ambas manos mientras sus ojos se agrandaban.

–No puede ser –la escuché murmurar antes de que se abalanzara sobre mí.

Sus brazos me rodearon en un abrazo, tomándome completamente desprevenida. Fui incapaz de devolverle el gesto, pues aún intentaba procesar todo lo que estaba pasando.

–No puedo creer que estés aquí –se separó de mí, permitiéndome ver sus ojos brillosos.

La miré confundida. Hace unos momentos parecía confundirme con alguien más, pero ahora sí sabía quién era.

–¿Cómo supiste que estaba aquí? –preguntó. –¿Viniste por mí?

Pude ver cómo la esperanza iluminaba su rostro. Las comisuras de sus labios se extendieron en una leve sonrisa. Una sonrisa que la hacía parecer más a aquella chica cuya fotografía Bridget me mostró.

Mi ceño se frunció. Tenía tantas preguntas.

–Yo... –volví a tartamudear. –No sabía que estabas aquí.

Vine aquí completamente a ciegas. No sabía lo que me esperaba cuando entrara a esta habitación, pero definitivamente no esperaba esto.

–¿De qué hablas? –me miró confundida. –¿Y qué haces aquí? ¿Cómo supiste de este lugar?

Tomé una bocanada de aire. Si quería información de su parte, primero debía contarle mi lado de la historia.

–¿Podemos sentarnos? –señalé hacia la cama.

Stelle parecía insegura, pero no respondió, sólo caminó hasta la cama y se sentó en el borde. Yo hice lo mismo junto a ella, poniendo algo de distancia entre nosotras por si nos metíamos en problemas por romper las reglas. Aunque no estaba segura de que pudiesen vernos.

–No sé cuál sea tu situación en estos momentos, pero te contaré la mía.

Stelle me miraba con toda su atención en mí. Verla en carne y hueso frente a mí era muy extraño.

Aparté la mirada y agaché la cabeza, enfocándome en mis manos.

–Hace unos meses tuve un... accidente –comencé a explicar. –Y, desde entonces, no he podido recordar nada antes de ese punto. Perdí la memoria y todos los recuerdos de mi vida entera. Es un milagro que hasta ahora haya descubierto tanto sobre mi vida pasada, pero aún hay muchas cosas que no entiendo y nadie ha podido ayudarme con esto.