Amnesia || Magcon [✔️]

5 ~ Hazel

Desperté por un rayo de sol en mi rostro y por un momento pensé que me encontraba de nuevo en la playa, pero no era así.

Abrí los ojos, recordando que estaba en la habitación de Sebastian e inspeccioné la habitación, ya que realmente no me había fijado en ella la noche anterior.

Las paredes eran de color azul, al igual que las sábanas de la cama, y los muebles eran negros.

Luego, caí en cuenta de que había una enorme ventana con persianas a ambos lados y estas estaban completamente abiertas, lo que permitía que entrara la claridad del día a la habitación.

Salí de debajo de las sábanas y me senté en la cama. Miré alrededor en busca de un reloj para ver la hora y cuando lo encontré, vi que tenías una nota pegada a él. La tomé en mis manos y la leí.

> Buenos días. Tuve que ir al trabajo, regresaré alrededor de las 3pm. – Seba <

Miré la hora. 11:08am.

Estaba sola en el apartamento, Sebastian no regresaría hasta dentro de cuatro horas y no tenía nada que hacer hasta entonces.

Hice la cama lo mejor que pude y tomé el traje con el que había despertado en la playa ayer y fui a darme una ducha. Al salir, doblé el pijama que le pertenecía a la hermana de Sebastian y la coloqué sobre la cama.

Di una vuelta por la sala de estar y la cocina. Aún no tenía mucha hambre y mientras caminaba, explorando el apartamento, me di cuenta de que el dolor que sentía en el cuerpo la tarde de ayer ya había disminuido considerablemente.

Pasó alrededor de tal vez una hora y media y decidí que debía salir a hacer algo en vez de quedarme aquí encerrada.

Regresé a la habitación, tomé el pijama en mis manos y salí del apartamento. Dejé la puerta sin seguro ya que no tenía llave, pero regresaría de inmediato así que no importaba mucho.

Bajaría a ver si podía encontrar a la hermana de Seba, para agradecerle y devolverle su ropa. Ella trabajaba aquí, por lo que, si tenía suerte, tal vez la encuentre con facilidad.

Llegué hasta el elevador y una vez esperé a que las puertas se abrieran, presioné el botón que tenía grabado L en él.

Una vez llegué al lobby, caminé hacia el mostrador, donde había una chica utilizando el ordenador, pero no parecía ser la misma chica con la que hablaba Sebastian ayer.

–Disculpa –llamé la atención de la chica al llegar frente a ella. –¿Sabe dónde puedo encontrar a...? –me quedé en blanco al no poder recordar su nombre. –Ella estaba en el mostrador ayer en la tarde y tiene un hermano que vive aquí en el quinto piso... –intenté explicarle.

–Ah, ¿Se refiere a Hazel?

–¡Sí, exacto! Hazel –repetí.

–Lo siento, ella no trabaja el día de hoy –me miró apenada.

–Oh, entiendo –asentí, desilusionada.

–Pero podría dejarle un mensaje, si gustas –ofreció, tomando una libreta que había junto a ella.

–No, no, está bien. Gracias.

–De acuerdo, –respondió. –Que tengas un buen día.

–Tú igual.

Le sonreí antes de alejarme del mostrador y comenzar a caminar de vuelta al elevador y subir al apartamento de Sebastian.

Supongo que ahora debía esperar hasta más tarde o simplemente dejar que Seba se la devolviera él mismo.