28 ~ ¡Dos veces!

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–Sabía que no me dejarías aquí sólo.

Reí un poco mientras me cruzaba de brazos y negaba con la cabeza.

–¿Yo te dejé sólo? –me señalé con mi dedo índice, y luego lo señalé a él, mientras que sonreí levemente.

Seba se encogió de hombros y una sonrisa inocente se extendió por sus labios. Rodé los ojos de forma divertida.

–Esto es increíble –miré una vez más a mi alrededor, sin la remota idea de qué más podría decir. –Tus pistas comienzan a tener sentido –comenté, haciendo que soltara una carcajada y yo me le uniera.

Después de eso, regresamos a un profundo silencio. Pero no era un silencio incómodo, al contrario, era agradable.

Sebastian hizo un gesto para llamar mi atención, haciendo que nuestros ojos se conectaran por unos breves segundos.

Se acercó junto a la canasta, me invitó a hacer lo mismo y ambos nos sentamos sobre la manta.

NARRA HAZEL

Abrí el refrigerador y tomé uno de los potes de mantequilla de maní, junto con una cuchara y regresé a mi habitación. Me tiré sobre la cama, tomando la cámara que había puesto sobre ella. Comencé a ver las fotografías que recién había tomado, incluyendo las de Stelle y Seba antes de que se marcharan a su cita.

Sonreí. Estaba feliz por ellos.

En ese momento, se me ocurrió la idea de imprimirlas para Stelle. Miré a mí alrededor en busca de mi laptop, pero fruncí el ceño al no encontrarla.

¿Dónde la habré dejado?

Luego recordé que se la había prestado a Stelle y probablemente estuviese en su habitación. Dejé la cámara a un lado y salí de mi habitación para entrar a la de Stelle.

Inmediatamente, divisé la portátil encima de la cama, me acerqué y la tomé en las manos. Cuando estuve a punto de salir, mis ojos se toparon con el armario y me detuve.

Pronto, me encontraba en un debate conmigo misma entre ir o no. Sin embargo, el sonido de mi teléfono avisando que tenía una llamada entrante, hizo que desviara mi atención.

Salí de la habitación y cerré la puerta, dejando salir un suspiro que no sabía retenía.

Regresé a mi habitación y tomé mi teléfono, a la misma vez que dejaba la portátil sobre la cama y contesté sin ver el identificador de llamada.

–¿Hola?

–¡Hola! ¿Hazel? Soy yo, Jackson –algo se revolvió dentro de mí al escuchar su voz.

–¡Jackson! ¿Qué pasó? ¿No puedes vivir sin mí? – pregunté en un tono burlón.

–Muy graciosa –escuché su risa ronca del otro lado de la línea, haciendo que se me erizara la piel. –Llamaba para decirte algo... –comentó, dejando sus palabras en el aire.

–Te escucho.

Me senté en la cama, recostándome en el espaldar y coloqué la portátil sobre mis piernas.

–Es sobre nuestra cita –respondió, haciendo que levantara una ceja.

–¿Sí? –lo animé, tratando de que terminara su oración. –¿Sucede algo? –pregunté con temor a que dijera que quería cancelar nuestra cita.

Abrí la portátil e inmediatamente me encontré con una página en blanco, un sitio web que cargaba lentamente.

Tomé la cámara que estaba junto a mí y la conecté a la portátil. Como por arte de magia, el sitio web terminó de cargar y apareció en la pantalla, sin embargo, no le presté mucha atención, escuchando un profundo suspiro de parte de Jackson y distraída, borré la página.

Amnesia || Magcon [✔️]Where stories live. Discover now