53 ~ Llegó la hora

327 27 7
                                    

NARRA TAYLOR

Sentí mi alma regresar al cuerpo cuando las zancadas del hombre se detuvieron junto a la que creemos era su esposa, la mujer con la que estaba y anteriormente ya habíamos visto en la mansión, y la rodeó con su brazo.

–Ya nos tenemos que ir –susurró a un lado de su oído, pero estábamos tan cerca que lo escuchamos sin ningún problema.

Luego de eso, la guio hacia un auto color negro que no notamos acababa de estacionarse a unos cuantos metros de distancia de nosotros.

Ambos subieron de prisa a la parte trasera del auto y este se marchó de inmediato, desapareciendo al doblar al final de la calle.

Falsa alarma.

Quería suspirar de alivio, pero el hecho de que ellos estuviesen aquí, sólo me llevaba a otra conclusión: el supuesto cuerpo de Maisie también estaría aquí.

Terminamos de caminar lo que nos restaba hacia la entrada, y entramos a lo que parecía ser una pequeña sala de espera, en la que no había absolutamente nadie más a excepción de nosotros.

–¿Creen que nos hayan reconocido? –Aaron concretó la misma pregunta que rondaba por nuestros pensamientos.

Nadie contestó, pero algunos se limitaron a encogerse de hombros.

–Nos hayan reconocido o no... –comencé a hablar, captando la atención de los chicos. –El hecho de que no nos hayan dicho absolutamente nada, sólo prueba nuestra teoría –me detuve, asegurándome de que estuviesen entendiendo a lo que me refería. –Esos no son los padres de Maisie –finalicé, a lo que la mayoría de ellos asintieron, idos en sus propios pensamientos.

–Pero, entonces... ¿Quiénes eran ellos y porqué pareciera que se están haciendo pasar por los padres de Maisie? –Aaron volvió a decir en voz alta lo que ya nos preguntábamos.

Esta vez, nadie dijo ni hizo nada, sólo nos mantuvimos callados, como si con todas nuestras fuerzas pensáramos juntos en una respuesta lógica; pero como era de esperarse, simplemente no la había.

Una de las puertas eléctricas que se encontraban en la sala se abrió, alzamos la mirada y nos encontramos con un chico, tal vez unos años mayor que nosotros, cuyo uniforme nos daba a entender que trabajaba en el lugar.

Al reparar en nuestra presencia, nos miró sonrientes y rápidamente se acercó a nosotros.

–Buenos días, ¿En qué podría ayudarlos? –preguntó, mirando brevemente a cada uno de nosotros.

No sabía lo que me sorprendía más, que nos haya hablado en inglés sin la necesidad de dejarle saber que no hablábamos francés, o el hecho de que no tuviera el característico acento francés al que ya nos habíamos acostumbrado a escuchar.

–Venimos para ver, identificar... –comenzó a decir Nash, pero luego guardó silencio.

–¿Un cadáver? –el chico finalizó por él, a lo que Nash asintió. –Y... ¿Todos vienen juntos? –hizo un ademán hacia nosotros.

–Sí... ¿Habrá algún problema?

Él lo pensó un poco antes de negar con la cabeza.

–Sólo se permite un máximo de tres personas durante la identificación de un cuerpo y sólo pueden entrar si son familiares o conocidos cercanos... pero ya veré que puedo hacer por ustedes –hizo una pausa. –Síganme por aquí –dio media vuelta y comenzó a caminar.

Nosotros lo seguimos de cerca, quedándonos detrás de él mientras cruzábamos las mismas puertas eléctricas por las que él apareció segundos atrás.

Amnesia || Magcon [✔️]Where stories live. Discover now