—¡No! —grito una voz, tarde un poco en darme cuenta de que fui yo quien lo hizo.

     Pude ver cómo Glenn se desplomaba inconsciente, pero aún respiraba, un hilo de sangre comenzó a resbalar de su cabeza.

     Mejor herido a muerto... susurro una voz en mi cabeza, y no se porqué, esta vez estuve de acuerdo con ella.

      —Espero que ya lo hayan entendido, aunque su linda amiga los haya salvado de tener que enterrar a más de uno este día, eso no significa que no pueda dejarlos casi muertos... ¿Entienden? —pregunto, luego camino hacia Rick y lo encaró— ¿Entiendes, Rick?

     Rick lo miro, su cara estaba manchada de sangre, pero no suya, sino de Abraham.

     Por favor, Rick... Aunque no lo quieras hacer, dile que sí, diselo hoy para que tengamos la oportunidad de matarlo otro día.

     —Voy a matarte —comenzo, justo en ese momento supe que estábamos perdidos—. Tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero voy a hacerlo, que no te quede ni la menor duda de eso —finalizo y lo miro.

     La respuesta de Negan fue simplemente sonreír.

     —Oh, Rick, parece que no has entendido. Ven, daremos un paseo —replico y lo tomo de la chaqueta mientras se alejaba—. No dejen que nadie se vaya de aquí, pero no maten a nadie de no ser necesario, ahora vuelvo —les aviso al resto de su gente.

     Con un dolor y fatiga increíble, me acomode en el piso y me dispuse a esperar nuestro destino, pues algo me decía que las cosas solo iban a empeorar a partir de ahora.

     Para cuando Negan y Rick volvieron, ya era de día, aunque, bueno, tampoco es como si hubiera pasado tanto tiempo, apenas estaba clareando la mañana cuando entraron de nueva cuenta en el claro.

     Tal y como lo sospechaba, la cosa no había acabado, no sé qué le había hecho pasar a Rick, pero justo en ese momento lo puso a prueba una vez más, esta vez utilizando a Carl. No comprendía que pasaba, pues había estado todo el tiempo pendiente de Glenn, quién seguía con una respiración constante, pero aún seguía inconsciente.

     Para cuando tuve un arma apuntando detrás de mí cabeza, entendí el nuevo problema al que nos estábamos enfrentando, levanté la vista y rápidamente busqué a Negan, quién parecía que ya esperaba esa reacción de mi parte.

     —Sigo cumpliendo mi promesa, cariño —dijo y sacudió a Lucille de manera amenazadora—. Yo no voy a matar a nadie. Ni siquiera al muchacho, porque estoy seguro que, de tener un hijo, quisiera que fuera como él, pero no es una broma lo que voy a decir, si Rick no hace lo que le voy a pedir y alguno de ustedes interviene, va a morir y no será mi responsabilidad, sino la de él, así que sigo respetando tu petición, cielito.

     Llena de furia, solamente pude apretar mis puños, podía sentir una cálida humedad desprendiéndose de mis palmas.

     Un ligero gruñido se suscitó a mi lado, por el rabillo de mi ojo ví a Daryl que me miraba mal, de manera discreta meneo su cabeza, reprochando el daño que me estaba inflingiendo a mi misma, por lo que las abrí, sin embargo la sangre continuó cayendo.

     —Simon ¿tienes un plumón? —pregunto Negan de repente, pude ver que él tipo que me estuvo tratando desde que los encontré, reaccionaba, así que ese era su nombre.

     —Sí —contesto y saco uno de su chaqueta, luego se lo pasó a Negan.

     —Oye niño, ¿eres diestro o siniestro? —le preguntó ahora a Carl, él lo miro con cara de confusión.

El Arquero del Fin del MundoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant