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Habiamos estado viajando por bastante tiempo.

Y desafortunadamente habiamos perdido a mi madre y a mi cuñado.

Hace tan solo unas semanas ibamos todos juntos, tratando de llegar a todos los refugios para alertarlos de que las hordas de infectados venian a nuestras espaldas, pero siempre llegabamos tarde, hasta que un dia no fue asi.

En ese refugio estaban armados, bien provistos, listos para sobrevivir, pero todo era una falsa fachada.

Apenas entramos y comimos, nos drogaron, yo desperte en una cama, temia lo peor de mi, pero seguia con mi ropa intacta, levantandome, me asome a la ventana, parecia que los infectados ya habian llegado y todos estaban tratando de lidiar con ellos, demasiado ocupados como para prestarme atencion.

Perfecto para mi.

Fui a la puerta y claro que estaba cerrada, pero nunca para mi.

Tomando impulso, me lance a taclearla, pero justo en ese momento se abrio y termine precipitandome sobre mi hermano, quien me abrazo de inmediato.

-¿Te hicieron algo?

-No, yo...

-Vaya, asi que estan tratando de escapar -nos dijo el lider de la comunidad, rodeado de sus dos hombres de confianza.

-Si se atreven a hacer algo, los matare... Ahora, ¿quien de ustedes maneja el arco?

-¿Que? -pregunte.

-Eso, el arco, necesitamos una mano en este momento y si el que maneja el arco nos ayuda, no los mataremos.

-Soy yo -intervino mi hermano.

-No, el miente, yo soy la que maneja el arco -dije dando un paso al frente.

-Bien, pruebalo -dijo y me dio el arco.

Tomandolo, me aproxime a la ventana y la abri, respire profundamente, habia un infectado apunto de entrar por una reja, no era un tiro dificil, pero estaba tensa.

Aun asi, de eso dependia nuestra vida, asi que prepare la flecha y no falle cuando la solte.

Aquel ujeto me felicito, pero apenas lo tuve a mis espaldas, lo golpee con el arco y mi hermano fue por uno de sus hombres, del otro me encargue de igual manera yo golpeandolo tambien.

Tomados de la mano, salimos corriendo de alli luego de cerrarla puerta, estabamos casi afuera, pero al doblar en una esquina, algo golpeo mi rostro, dejandome inconsciente.

Aun recuerdo el dolor de cuando desperte, un ardor en mi pecho me hizo gritar apenas fui consciente, mi hermano gritaba que me soltaran, pero tambien lo golpeaban, yo mire y vi mucha sangre, me asuste, grite de nuevo, pero nadie nos ayudo.

Nos dejaron solos, amarrados como si fueramos animales.

Pasaron cerca de seis horas para que la puerta se abriera de nuevo, era nuestro cuñado, de inmediato libero a mi hermano y entre ambos fueron por mi, cubriendome con una camisa, me sacaron de ese lugar.

En ese momento nos enteramos de que mi mama dejaria entrar a los infectados y nos veria en una reja que habian descubierto no tenia mucha vigilancia.

Apenas llegamos, me ayudaron, abrace a mi mama, era lo que necesitaba, ella me acaricio el rostro y me dio un beso en la frente, despues me hizo subir la reja, mi cuñado me apoyaba, pero cuando tenia que dar la vuelta para bajar por el otro lado, mis fuerzas fallaron y termine cayendo en un monton de alambre de puas.

Volvi a gritar y como me maldije, pues el coro del gemidos de los infectados me secundo.

Mi cuñado llego de nuevo a auxiliarme, pero el daño ya estaba hecho.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora