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     Las cosas en Hiltop iban de mal a mejor, o por lo menos así lo parecía. Maggie había hecho maravillas con la comunidad, ya que tenían problemas con los cultivos, se dispuso a ayudarlos y logró grandes cosas, pues estaba poniendo nuevos cercos y sistemas que ayudarían a que maduraran pronto.

     En lo referente a Sasha y a mí, bueno, ayudábamos en las tareas que ella nos daba, pero en los ratos libres entrenábamos a la comunidad en el combate contra caminantes y contra personas. Ya que aún me estaba recuperando de mi lesión, me limitaba a entrenarlos para apuñalar a los caminantes y cosas por el estilo, Sasha era quien entraba en combate contra ellos, era buena, de vez en cuando le hacía alguna observación, pero no había muchas cosas que corregir.

     Con respecto a Glenn... bueno, había tenido avances en su recuperación, el doc había descartado la posibilidad de daños a la larga, pero aún tenía una postura muy fuerte sobre una posible pérdida de la memoria. Enid se encargaba de cuidarlo mientras Maggie estaba haciendo sus labores y cuando ella no podía, Sasha y yo lo hacíamos. Normalmente, yo tomaba las guardias nocturnas, pues ahora que el embarazo de Maggie estaba fuera de peligro y ella estaba haciendo muchas actividades, estaba muy cansada.

     —Hey, amigo —le dije a Glenn mientras iba a su lado y le acariciaba una mano, estaba tibio—. Maggie se encuentra bien y su pequeño también... Lamento no haber podido salvarte de esto... Negan nos superó esta vez, pero nosotros le ganaremos la próxima, ¿sí? —le pregunté y estreche su mano, tal vez haya sido mi imaginación, pero casi podía jurar que sentí un ligero movimiento de su parte.

     Buen chico pensé.

     Cuando termine mi guardia con Glenn, me encontré con las chicas, al parecer querían ir a hablar con Gregory, pues él estaba haciendo una especie de confrontación interna con las personas, iba a ir con ellas, pero había dado la clara afirmación de que no hablaría con ellas, si yo iba.

     —Bien, buena suerte, chicas —dije y camine hacia los cultivos, pues había que regarlos.

     A falta de mi, insistí en que Jesús las acompañara, pues tal parecía que Gregory le tenía el mismo número de precauciones que a mí.

     Apenas llegué a la sección de cultivos, la gente me recibió de manera afectuosa, era sorpréndete cuánto pueden quererte las personas si les salvas la vida. Ya que ellos también sabían de mi lesión, no me dejaron hacer muchas cosas, tal y como habían estado haciendo los últimos cinco días, lo que no sabían, era que yo me sentía completamente inútil sin poder hacer muchas cosas, sin embargo, cuando un grito muy fuerte resonó por toda la comunidad, todos se giraron a verme, esperando mis indicaciones.

     —¡Vienen los Salvadores! —anuncio una voz, yo los mire y asentí.

     —Okey, todos ya saben qué hacer, no entren en pánico, si hay problemas, nosotras nos hacemos cargo, pero debemos de mantener un perfil bajo, aún no tenemos ni la gente ni los recursos, así que...

     —No vienen por un tributo —interrumpio una mujer mientras llegaba corriendo hacia nosotros—. Son demasiados, nosotros sabemos qué hacer, deberías de ir con tu amigo en la enfermería.

     —Glenn... —susurre y asentí—. Bien, si todo sale bien, nos reuniremos más tarde para seguir practicando, nos vemos —me despedí y salí corriendo a la enfermería.

     Apenas entre, el doc me miró, se veía asustado.

     —Soy yo —dije y mire a Glenn— ¿hay alguna forma de sacarlo y esconderlo?

     —No, solo tengo la escotilla del techo, ¿tienes algún plan? —inquirio, yo mire a Glenn.

     —Dame una venda, no... que sean dos —le pedí, él se movió rápido y lo hizo.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora