50.

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     Uhh...!!!, maratón 1/?

      Una sensación muy extraña me recorrió, podía sentir un hormigueo muy frío subir desde la planta de mis pies hasta mi cabeza, también un peso demasiado opresor en mi pecho, comencé a moverme para tratar de quitármelo, pero no funcionaba, patalee, sin embargo sólo conseguí sentir una presión mas fuerte en mis hombros. Lo que sentí a continuación fue extraño, un ligero pinchazo en mi brazo y mi cuerpo haciéndose más ligero a cada momento, como jalea. Deje de luchar y me sumí en un sueño.


     No se cuanto tiempo había pasado, pero fue un alivio poder abrir los ojos, lo primero que me recibió fue un torso desnudo, sorprendida, me incorporé de inmediato, cubriéndome con la sábana, mi acompañante hizo lo mismo, pero con una actitud distinta, casi a la defensiva.

     —¿Estas bien? —me pregunto Daryl, lo mire asustada.

     —¿Que haces aquí? —inquiri mientras lo miraba, me devolvió la mirada confundido.

     —Nos quedamos dormidos aquí ayer, ¿lo olvidaste?

     —No... digo, yo estaba en el bosque, una mujer me estaba persiguiendo y luego más caminantes y...

     —Hey, sólo fue un sueño, los caminantes están a fuera —me recordó mientras acariciaba mi rostro con el dorso de su mano, disfrute su tacto.

     —Parecía tan real —susurre—, ¿y que pasó con la infección?

     —Todo se controló hace unos días... me estás asustando, ¿te sientes bien?

     —Yo... —empece, pero no sabía que decir, le mire, sus ojos reflejaban preocupación. Le sonreí y negué.

     —Ya que estás despierta, deberíamos de ir con los demás, tu hermano no tardara en preguntar por ti —dijo y se sentó en el borde de la cama mientras se empezaba a vestir, lo mire confundida.

     —¿Merle? —le cuestione, él rió, pero negó.

     —Tu hermano, no mi hermano. Anda, vamos —me animo mientas me extendía su mano, yo la contemple, inevitablemente, comencé a llorar—, ¿que tienes?

     —Esto no es real —respondí, los bordes de mi visión comenzaron a ponerse borrosos, levante la vista a sus ojos—, y no sabes cuánto lamento que no lo sea, Daryl... lo que te dije en el bosque era verdad, te quiero.

     Sin embargo, él ya no me respondió, porque su figura se desvaneció, yéndose a algún rincón de mi mente.

     Me obligue a despertar, abrí los ojos lentamente mientras sentia la vida volver a mi cuerpo, comencé a parpadear, podía ver que estaba en una habitación, muy bonita a decir verdad. Mire a mi alrededor, del lado izquierdo tenia una ventana y una bolsa de suero, del lado derecho una silla con una manta, también un armario.

     —¿Donde estoy? —pregunte, trate de sentarme, pero me dolió la pierna, moví las cobijas que tenía encima de mi y vi que mi pierna derecha estaba con un gran vendaje, también que mi pantalón estaba recortado.

     Tan siquiera me dejaron mi ropa pensé mientras me volvía a tapar.

     Lleve una mano a mi nuca, donde había recibido un golpe hace... no sé, uno o dos días. Podía sentir una ligera hinchazón, nada que no cediera en un par de días más. Suspiré y me volví a recostar, mire la ventana, fuera podía ver más casas, todas con un toque pacífico.

     ¿Enserio me morí?... No, de haber muerto, no me habría despertado de aquel sueño.

     —Oh, ya despertaste —dijo una voz desde la puerta, su tono hizo eco en mi memoria, un tipo con el cabello rubio oscuro y ojos claros entró con una taza entre sus manos—, ¿como te sientes?

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora