—Dalo por hecho. Trae a todos con bien, sheriff.

     —Lo haré, bien, Vanessa, después de ti —me indico Rick, yo asentí mientras comenzaba a subir.

     —¿Una mano? —me preguntó Abraham desde el interior del camper, lo mire y asentí.

     Con cuidado me ayudó a subir y me deposito en un sofá.

     —Llegaremos pronto, yo voy a conducir —dijo, yo asentí y le mire.

     —¿Me lo prometes, teniente?

     —Es una promesa de sargento. Solo aguanten, las necesitamos bien —finalizo, volví a asentir y el se dirigió al mando del camper.

     En menos de cinco minutos ya estábamos saliendo de Alexandria, sin embargo, solo podía pensar en que tenía un mal presentimiento, pero no sabía si era por los que se quedaban allí o por los que iban conmigo.

     Carajo.

      Y nuestro trayecto pronto se vio interrumpido por una barricada de hombres y autos, Rick bajo del camión en intercambio un par de palabras con un hombre moreno, tenía el cabello corto, barba de candado, debía tener casi cincuenta años. Apenas Rick volvió, nos miró.

      —Son ellos, ¿verdad? —pregunte, el asintió.

     —Vamos a rodearlos, hay otros caminos para llegar a Hiltop. No sé preocupen... Abraham, sacanos de aquí —le pidió, el asintió y echo el camper en reversa.

     Y así continuamos nuestro viaje, nos desviamos de nueva cuenta. Yo me quedé mirando por una ventana hasta que Eugene llegó a mi lado con una botella de agua y unas pastillas.

     —Tengo entendido que sufriste una caída muy fuerte, encontré estos analgésicos en una de las gavetas, te harán bien —dijo y me las dió, las tomé mientras hacía unos gestos de dolor.

     —Gracias —conteste, saque dos de la cartera y me las trague con una buena cantidad de agua.

     —Ayudaran con el dolor, pero aún así debería de ser tu prioridad encontrar ayuda médica.

     —La prioridad es Maggie, Eugene. Eso es algo que debemos de tener en claro.

     —Podrias estar lastimada de gravedad...

     —Y será mejor que esa posibilidad se quedé entre tú y yo —le espete en un susurro—. Hay prioridades. Maggie es la nuestra ahora, cuando me asegure de que está bien, yo...

     —Maldición —me interrumpió Rick, justo delante de nosotros había una barricada de troncos de madera.

     —Son ellos otra vez —dijo Sasha.

     Esta vez el intercambio de palabras fue menor, pero una persona siendo asesinada delante de nuestros ojos cambio las cosas. Aquellos hombres la dejaron caer desde lo alto del puente, pocos segundos después murió ahorcada. De nueva cuenta retrocedimos, pero ahora había una clara preocupación común para todos. Cuando acordaron una nueva ruta, llame a Rick para que fuera conmigo.

     —¿Que opinas? —me preguntó.

     —Que nos están rodeando... a estas alturas, deberíamos pensar en otra cosa... ¿Que te dijeron aquellos sujetos?

     —Nada...

     —Mentiroso —le reclamé, el miró a nuestro alrededor y luego se inclinó hacia mi.

     —Dijo que debería apreciar a todos como si fuera el último día de su vida —susurro—. Vanessa, esto se me está yendo de las manos, no se que hacer, pero todos ustedes confían en mi...

El Arquero del Fin del MundoWhere stories live. Discover now