45. Desde Nueva Orleans con peligro

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- Parece que Juno sabe algo de nuestro plan - dijo una voz a lo lejos. Samanta miró alrededor, otra vez estaba en el templo, estaba soñando obviamente.

- Puede saberlo o no, aunque ya estoy hasta las narices de estos encuentros, hasta echo de menos mis sueños raros - dijo Samanta acercándose a ella.

- Tu sarcasmo no te va a librar de lo que ella te tiene preparado, yo al menos tengo a salvo a tus amigas ya que las traje yo pero tú fuiste traído por ella. Hacerse con el control de tu existencia es difícil - dijo Minerva dejando confusa a Samanta.

- Espera ¿qué? ¿Qué quieres decir? - dijo Samanta mientras Minerva se cruzaba de brazos

- Significa que sí Juno obtiene el control, tú acabarás desapareciendo de la existencia, tanto de este mundo como del que procedes....

- ¿what? ¿Desaparecer para siempre? Sabía que no debía confiar en ella - dijo Samanta un poco asustada -¿Pero entonces que hago? 

- Haré todo lo que pueda para ayudarte pero ten cuidado, Juno puede hacer lo que quiera menos controlar tu libre albedrío... Es decir, tu voluntad está a salvo pero tu cuerpo no lo estará... - dijo Minerva mientras se oyó sonidos alrededor, el templo se estaba desmoronando.

- Espera, ¿cómo que a salvo? ¿Qué hará conmigo?... - dijo Samanta mientras se despertaba y se levantaba de golpe

- No me has dicho todo - dijo Samanta en bajo mientras miraba para ubicarse y se levantaba con cuidado, viendo a Juana y a Lavi durmiendo los dos juntos y Aveline a parte con el sombrero puesto para que no se le viera la cara.

Cierto estaban en el carro, todos prepararon las cosa para ir a Nueva orleans pero como iban demasiados tenían que coger un carro. Llevaban un día de viaje y a cada uno de tocaba un turno de llevar el carro. Acampar era mala idea por los bandidos, además de que Aveline quería llegar pronto a la casa. 

Bueno casa se queda corto ya que ella es hija de un mercader muy conocido, vive en la aristocracia y se hizo asesina por salvar a los esclavos ya que su madre también lo es. Ella vive con su padre y su madrastra Madeleine. Hace negocios con Gerald que nos ha hablado muy bien de él en lo que llevaban de viaje.

El oficial Davidson hará que Aveline se de cuenta de muchas cosas que Samanta conocía y una no muy agradable para ella.

No cambiar el rumbo de la historia, ya daba igual el rumbo ha sido cambiado. Tarde o temprano algo muy malo pasará eso creía Samanta.

- ¿No puedes dormir? - dijo alguien asomándose a través de la tela del carro, era Connor que era el que se había quedado llevando los caballos.

- No mucho he tenido un sueño raro, bueno siempre los tengo. Si quieres duerme tú ahora y llevo yo las riendas - dijo Samanta acercándose con cuidado de no pisar a nadie mientras avanzaba a sentarse con él. 

Connor negó con la cabeza - No me hace falta dormir, hay muchas cosas en que pensar...

- ¿Tu padre es una de ellas?

- Sí, podría haberme matado ahí y a ti, ¿por qué no lo hizo? Habría acabado con todos sus problemas - dijo Connor mientras daba a las riendas

- Bueno a lo mejor tu padre quiere conocerte mejor, a lo mejor quiere la paz entre nuestras ideologías - dijo Samanta convenciendolo - Definitivamente vuestro encuentro me recuerda a mi padre y a mi hermano.

- ¿Tienes hermanos? - preguntó Connor curioso

- Yep, si tengo soy la mayor y la mayor de mis primos. Aunque con mis pintas todos me dirían que soy la pequeña. Es gracioso casi todo el mundo me dice que tengo menos edad de la que aparento. Y más gracioso es que a mis amigas le pasa exactamente igual - dijo Samanta sonriendo y controlando el tono de voz para no despertar a nadie.

Breaking The Fourth DimensionWhere stories live. Discover now