Violetas en las Cenizas ©

Capítulo 34

¡Hola, hola! 

Sí, lo sé, me vais a odiar si es que no lo hacéis ya, pero yo también quería disfrutar del verano y librarme del ordenador jajaja. Tenía que ir a la playa a ponerme morena. Pero en fin, ya estoy de vuelta a la rutina, a opositar (sí señoras, ahora también me he metido en el maravilloso mundo de las oposiciones) y con las pilas cargadas para seguir escribiendo.

Bueno, que no me enrollo más, os traigo el nuevo capítulo, y por fin vais a saber qué ha sido de Charlotte! Debo decir que este capítulo es un punto de inflexión bastante importante en la historia, a la que le quedan, si no calculo mal, unos 6 capítulos aproximadamente (ya veremos si luego me ajusto a lo previsto), pero capítulo arriba o abajo, el final se acerca, y por fin ha llegado la guerra a Inglaterra, que también marcará el ritmo de los siguientes capítulos hasta práticamente el final. 

Como siempre, MILLONES DE GRACIAS por todos los votos, comentarios y lecturas, y también muchas gracias a todos los nuevos seguidores! No me da tiempo a agradecer uno a uno como hacía antes porque de repente me siguen 10 y me saturo jajaja, pero os llevo a todos en el corazón.

Nada más, espero que lo disfrutéis y que no os resulte muy dolorosa la vuelta a la rutina.

¡Mil besitos! =)

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       Sentía como su respiración se había tornado más lenta y pausada. Tragó grueso para intentar asimilar mejor lo que acababa de confesarle su hija, pero no había forma posible de que aquello resultase menos terrible que lo que ya era. Violet no acostumbraba a hablar con él, pero cuando lo hacía, le exponía su corazón abiertamente y sabía que todas las palabras que dijera eran fruto de la sinceridad. Por eso le costaba horrores asimilar que lo que estuviera diciendo fuera cierto. ¿Cómo habría podido imaginar que Charlotte sería capaz de ingeniar tal atrocidad? ¿En qué momento su esposa se había convertido en un ser cruel y despiadado? Era consciente de que la bondad jamás había sido su mayor virtud, pero nunca llegó a pensar que terminaría así.

       Las esferas azules de Violet estaban cubiertas por una capa brillante de lágrimas al recordar todo lo sucedido, y no había nada en este mundo que le rompiese más el corazón que ver a sus hijas sufrir.

       Se incorporó de la silla y rodeó la mesa hasta llegar a la puerta y asomarse por ella.

—Faith, ven a mi despacho enseguida, por favor —dijo estoico, cerrando la puerta tras de sí y regresando nuevamente detrás de su escritorio.

—¿Qué necesita, señor? —la doncella entró veloz y aguardó las órdenes junto a la puerta.

—Busca a mi mujer, y dile que quiero verla inmediatamente —su voz nunca había sonado tan profunda y grave, y Faith no necesitó preguntar nada más para saber de qué asunto se trataba.

       Salió del despacho con cautela y sonrió para sus adentros, por fin Charlotte iba a pagar por todo el daño que le había causado a su niña, no había nadie que se mereciese más la ira que el señor Ford estaba a punto de estallar.

       Recorrió todas las estancias de la mansión, hasta que la localizó en una de las habitaciones, recostada sobre un diván de piel con los ojos cerrado y con su habitual copa de coñac adornando su mano. La señora apenas se percató de la presencia de la doncella hasta que ésta carraspeó.