Capítulo 26

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¡Hola a tod@s!

Esta vez me he adelantado y os traigo el nuevo capítulo antes, a petición de una nueva lectora que me pidió que me apiadara de mis fans jajaja =P. Por fin vais a descubrir quién es Garrett, y qué oscuro secreto guarda John en su pasado... 

No me enrollo más, ¡a leer se ha dicho!

¡Besitos! =)

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       Helen intentaba encontrar la forma de calmar a su hijo, pero sabía que era inútil. El muchacho se movía frenético de un lado a otro buscando alguna solución que pudiera arreglar aquella desgracia, pero nada parecía tener sentido salvo lo que siempre había hecho; huir. Era la única salida que les garantizaba continuar con vida y a salvo, pero que le alejaba de Violet. Por un instante pensó en quedarse allí, enfrentarse a Garrett y darle la oportunidad a su madre de escapar, pero si su encuentro con ese desgraciado acababa mal, y perdía la vida, Helen estaría desprotegida y tarde o temprano acabaría por volver a dar con ella. ¡Joder! Todo se complicaba. No entendía por qué la vida tenía que ser tan injusta con ellos, sabía que era culpable de sus pecados pero consideraba que ya había pagado suficiente por ellos.

       Obligó a su madre a que cerrara la pastelería de inmediato. Si Garrett estaba en la ciudad podía aparecer en cualquier momento, y si de algo le había servido a John tantos años de huidas, era para conocer a su enemigo. Garrett era un hombre rico, muy rico, de buenos modales y refinada compostura. Jamás se le ocurriría montar un espectáculo en un establecimiento, ni entrar por la fuerza. No, él preferiría acudir a la hora punta a la pastelería, y torturarlos con su inquietante presencia, o presentarse de noche en su casa, cualquier manera educada era una forma de atormentarles.

—John tranquilízate, encontraremos una solución. Hemos establecido nuestra vida aquí como no pudimos hacerlo en ninguna otra ciudad, no vamos a huir como ratas asustadas otra vez.

—No tenemos alternativa, Garrett me matará y después se encargará de hacer lo propio contigo. Te aseguro que yo soy la última persona que quiere marcharse, pero no hay otra solución. Empieza a recoger tus cosas.

—Tal vez podamos hablar con él, razonar. Quizá podamos llegar a un acuerdo económico.

—¡Madre, por favor! No digas tonterías, ninguna cantidad que le podamos ofrecer será mayor de la que ya tiene. Y tampoco se puede razonar con él, nunca pudimos hacerlo cuando su hermano aún vivía, ahora menos. Por favor recoge tus cosas.

—¿Y qué pasará con Violet? John, la destrozarás.

—¡Deja de recordármelo, madre! ¿Crees que no lo sé? ¿Crees que me gusta la idea de abandonar a la mujer que amo? ¡Me destroza el alma saber que no volveré a verla nunca más! ¡Me cuesta respirar solo de imaginármelo! Pero no puedo hacer nada…, no la pondré en peligro madre, si le pasara algo sería peor que el hecho de no volver a verla… —bramó retirándose rápidamente las lágrimas que habían descendido por sus mejillas.

       Helen en cambio no podía contener su tristeza y su decepción. No había nada en el mundo que pudiera hacerle más daño que el ver a su hijo con el corazón hecho trizas, de ver su vida desvaneciéndose poco a poco tras la sombra de su oscuro pasado. En esos momentos tan difíciles deseaba más que nunca que Lawrence estuviera ahí, para encontrar la forma de ayudar a su hijo y que no tuviera que volver a verlo sufrir de esa manera.

       Rompió a llorar sin control y se dejó caer sobre el suelo de la cocina, abatida, escondiendo el rostro entre sus manos y liberando toda su desolación en aquel llanto.

Violetas en las Cenizas ©Where stories live. Discover now