Capítulo 25

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¡Hola a tod@s!

Aquí tenéis el nuevo capítulo, recién salido del horno jajaja. Creo que más de alguna se va a llevar un disgusto, este capítulo es el punto de inflexión de la historia, hay personajes que se van, otros que vienen... en fin! que la cosa se pone difícil jajaja.

Como siempre, agradeceros a todos los votos y comentarios. Ya hemos llegado a las 18.000 lecturas, y sigue subiendo, así que GRACIAS GRACIAS Y GRACIAS.

Os dejo con la lectura, no seáis malos y dadme estrellitas y vuestras opiniones.

¡Muchos besitos! =)

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       Pasaron varios meses desde que Violet se decidiera a entregarse a John, y desde aquella fría noche de invierno, los encuentros no habían cesado ni una sola vez. La joven se sentía extrañamente bien cada vez que en su mente se cruzaba la idea de volver a estar entre los brazos de John, y buscaba cualquier excusa para hacerlo. Siempre imaginó el sexo como algo rutinario, obligatorio y sobretodo pudoroso. En el internado de Suiza, el contacto entre mujeres y hombre era escaso, y no podía surgir entre ellos casi ningún tipo de acercamiento, si alguno de los internos era sorprendido mezclándose con alguien del sexo opuesto, inmediatamente ambos quedaban expulsados, y para las familias que pagaban enormes fortunas por educar ahí a sus hijos, que fuesen expulsados por ese hecho resultaba del todo inaceptable. Pero desde aquel encuentro con John, su percepción había cambiado drásticamente. Le encantaba sentir sus labios, las caricias de sus manos sobre su piel desnuda, esa eléctrica sensación que la estremecía en lo más profundo de su ser…, y que todo culminara en una explosión del más puro e intenso placer, un placer que jamás había sentido, y que por Dios, no quería dejar de sentir.

       Pero se imaginaba la cara que pondrían sus padres, e incluso Faith, si descubrieran que tenía esa clase de encuentros con John, y su sonrisa se marchitaba. Por mucho que lo intentara, aún se sentía demasiado pequeña para enfrentarse a ellos, de revelarles lo que sentía por John y que cuando menos lo esperaran, se casarían y formarían una familia. Porque eso era lo que John le había suplicado una y mil veces, el muy loco pretendía desposarla a cada minuto, y ella se veía en la obligación de rechazarlo cada vez entre risas, aunque en lo más profundo de su corazón se muriese de ganas por ser la señora Darrow. Sabía que solo tenía que tener paciencia, el tiempo le daría la razón y al final todo lo que en un principio le supuso un gran sacrificio, le parecería una nimiedad. Sus padres aceptarían a John en su seno y ella sería feliz el resto de su vida.

       La primavera llegó a Southampton, dando un breve respiro al frío que les había acompañado durante todo el invierno, pero trajo consigo algo más que el clima, algo mucho más fuerte y terrible que amenazaba con echar por tierra todos sus planes. Una fuerza oscura e irrefrenable se acercaba a Inglaterra como un gigante desbocado, y lo que en un principio pareció una simple disputa, estaba empezando a alcanzar extremos insospechados. La guerra de Europa. Alemania había conquistado Luxemburgo, Bélgica y los Países Bajos, iniciando una ofensiva contra su país vecino, Francia. Eso, junto con la destrucción de la ciudad neerlandesa de Róterdam había llevado a Mal a abandonar su trabajo en el hospital, y marcharse a Francia junto a su familia, a pesar de la oposición de Violet. Le había gritado, suplicado y llorado que se mantuviera en Southampton, pero la francesa no pensaba ceder en sus planes.

—Tengo que irme Violet, tengo que saber que mi familia está bien. Si les pasara algo yo… me moriría. No puedo abandonarles.

—Pero no tienes por qué ir hasta allí. Envíales una carta, diles que vengan a Southampton, yo les acogeré en casa hasta que la situación se calme, aquí estaréis a salvo.

Violetas en las Cenizas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora