Capítulo 13

3.6K 175 22
                                    

       Gritó su nombre con el corazón encogido y la voz rota. No podía ser verdad, aquello no era real, solo era una pesadilla. Pero había visto cómo la impecable camisa blanca de John se manchaba de sangre, y caía al suelo segundos después, y eso lamentablemente no era producto de su imaginación.

       Se acercó hasta él con un llanto desmedido, y lo giró en el suelo para comprobar la gravedad de sus heridas.

—Tranquilo John, te pondrás bien, te lo prometo, te pondrás bien…

—Violet, tranquila…

—No hables, tienes que mantener las fuerzas. Y yo tengo que encontrar la herida… —repetía ella, sin prestar atención a nada más, abriendo la manchada camisa y palpando su cuerpo. El agujero de la bala tenía que estar en alguna parte y cuanto más tardase en encontrarlo más posibilidades de morir tendría John.

—Violet, escúchame, no tienes que buscar nada, no hay herida. Estoy bien —dijo él, cogiéndole de las manos y acariciándoselas, mientras la miraba con sosiego y ternura.

—¿Qué? Pero tu camisa…, la sangre… —aquello la estaba desconcertando, y seguía sin tranquilizarse.

—No es mía, Violet estoy bien. No es mi sangre… es de Marcus —respondió, mirando con pesar hacia donde yacía el cuerpo sin vida del que había sido su compañero.

       Entonces los dos jóvenes se quedaron sorprendidos y turbados, si Marcus no había apretado el gatillo, ¿quién lo había hecho? En cuestión de segundos, la figura de un corpulento hombre corría hacia ellos, acompañado de una mujer que gritaba el nombre de Violet desesperadamente. No tardaron en descubrir que se trataba de Graham Ford y Malorie.

—¡Padre! —Violet se lanzó a los brazos de su padre, que la abrazó con tanto ímpetu que apenas se la podía ver.

—Cariño ¿estás bien? Hay que llevarte al hospital ahora mismo —Graham acariciaba con ternura el rostro de su hija, y se alarmó al ver la cantidad de magulladuras y quemaduras que había en su piel.

—Estoy bien, no hace falta ir al hospital, solo son unos rasguños —respondió ella, incorporándose del suelo— ¿Cómo has llegado hasta aquí?

—Malorie me avisó de que habías abandonado la fiesta rápidamente y que este joven había ido en tu búsqueda, pero al notar vuestra ausencia decidimos venir a buscaros. De no ser por los gritos que escuchamos jamás os habríamos encontrado —dijo abrazándola y depositando un suave beso en su cabeza. Violet miró a su amiga sin comprender por qué había dicho aquella excusa a su padre, pero ya tendría tiempo de hablar con ella cuando volvieran a la mansión. De momento, lo único importante era que John estaba vivo, y ella también.

—Menudo susto nos habéis dado —Mal se secaba el surco de lágrimas de las mejillas —.Señor Ford, voy a volver al paseo para dar aviso al jefe de policía.

       Mal se alejó de allí con premura, y minutos después, varios coches de policía junto a una ambulancia se personaban en el lugar.

—Me gustaría conocer el nombre de este joven, creo que se merece todos mis respetos, señor…

—Darrow, John Darrow, a su servicio, señor Ford —respondió él, estrechando la mano que Graham le ofrecía.

—John no sé cómo voy a compensarle por haber protegido a mi niña, en verdad estoy en deuda con usted.

—No tiene por qué dármelas señor Ford, he hecho lo que debía, cualquiera hubiera hecho lo mismo en mi lugar —respondió, mirando con intensidad a Violet, que agachó la mirada avergonzada.

Violetas en las Cenizas ©Where stories live. Discover now