—¿Cual es el plan? —le pregunto Abraham, yo me acomode en el marco de la ventana, justo a un lado de Daryl y de Merle.

     —Es una locura lo que les voy a proponer, pero podemos hacerlo —empezo, mire fugazmente a Daryl, él me devolvió la misma mirada, justo este Rick me recordaba al mismo que una vez nos contó que había una prisión llena de caminantes.

     En menos de quince minutos nos contó su plan sobre movilizar a todos los caminates lejos de nosotros, haciendo un camino que siguieran por la carretera, y poniendo trampas para mover a los que estuvieran rezagados. Obviamente, la idea no fue aceptada, pero luego de decir que nuestro equipo sería el que se arriesgaria estando a la cabeza de la horda, cuando Daryl se ofreció para ir en la moto, yo también lo hice, por supuesto que no le gustó, pero cuando le dije que correría el mismo riesgo que él, me dejó estar, sabía que trataría de hacerme cambiar de opinión, pero por el momento no me importó. Sasha y Abraham también se ofrecieron, ellos estarían en un auto acompañándonos de cerca, ayudándonos para que la horda no se separará.

     El verdadero problema fue convencer a los ingenieros para montar la barricada para hacer la vereda que la horda seguiría, no estaban para nada seguros y buscaban cualquier excusa para señalar como demente el plan de Rick, pero cuando Deanna se puso a nuestro favor, no hubo pero que valiera. Luego de hablar con los constructores, ellos nos dieron una lista con los materiales que necesitarían, en parte usariamos los de la construcción de los muros y en parte tendríamos que buscar.

     De ese modo, luego de ponerlos a hacer los planos y traer los mapas con las carreteras para elegir la mejor ruta, ya teníamos el plan para nuestra mayor locura hasta ahora.

     Y de la reunión ya habían pasado tres semanas, tres tortuosas semanas en las que estuvimos días lejos de Alexandria buscando materiales para la construcción de una gran muralla, aunque había válido la pena, nuestro trabajo ya comenzaba a tomar forma, lo cual era esencial. En esta expedición habíamos decidido salir a buscar radios y cosas para comunicarnos, cuando las tuviéramos, deberíamos de volver con el equipo que hacía guardia fuera de la barricada de caminantes.

     —Entremos en ese lugar —nos indicó Glenn, en este equipo iba él, Maggie, Daryl y yo, habíamos dejado a los demás para no correr riesgos innecesarios ni dejar desprotegida a la comunidad.

     —Es una buena opción, pero hay que asegurarnos de que no haya caminantes —dije mientras miraba la juguetería con un aspecto lúgubre.

     Comenzamos a caminar en formación, Daryl se colocó con la ballesta en alto, Maggie y Glenn abrirían la puerta mientras yo los cubría, cuando se abrió la puerta y ellos entraron, yo me quedé al final para asegurarla, sería mejor no tener compañía indeseada de momento. En la entrada estaban los chicos.

     —Bien, separemonos, tu ve con ella —me indicó Daryl mientras me daba una linterna—, yo iré con Glenn, es mejor no hacer tanto ruido de sernos posible.

     —Con cuidado —les indique a los chicos, ellos asintieron y se alejaron, yo me giré a ver a Maggie, le tendí la linterna mientras preparaba mi arco.

     —Vamos —dijo, yo asentí y comenzamos a caminar.

     Primero revisamos los pasillos, cuando los tuvimos despejados, empezamos a hacer nuestras compras, en los primeros pasillos no había muchas cosas, muñecas y cosas así, pero conforme avanzamos, encontramos nuevas cosas.

     —¿Podria servir para llamar la atención de los caminantes? —le pregunté mientras tomaba un carro con luces y sonidos a control remoto, ella lo iluminó.

El Arquero del Fin del MundoWhere stories live. Discover now