Se lo dices tú o se lo digo yo

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CAPITULO 15:

  Aclaración: En algunos capítulos les van a aparecer antes del capitulo algo como: Semana nº tanto. Eso es la semana de gestación que lleva la señorita Vanessa Muchas gracias por su tiempo.  

Semana 6...

  Ella se despertó al sentir unas horribles ganas de comer frutillas. ¿Era normal tener antojos tan pronto? No lo sabía. Se puso boca arriba en la cama y miró la hora sobre su mesita de luz. Eran las tres de la tarde, y ella aun estaba tirada en la cama. Era patética.
Simplemente su vida era un desastre. Por las noches no podía dormir y le agarraban sus malditos ataques de llanto. Después se despertaba con un espantoso dolor de cabeza y ahora que sabía que estaba embarazada no podía tomar ningún remedio sin consultarlo con su médica.
Suspiró y miró fijamente el techo. Inconcientemente su mano derecha acariciaba su vientre. Le gustaba tocarse la panza, encontrar el lugar en donde latía aquel pequeño corazón. Podría ser extraño, su vida se estaba yendo complemente a la basura. Pero siempre sonreía cuando sentía el corazón de su bebé. ¡Al fin iba a tener algo propio! Algo que era de ella, que iba a depender de ella. Su vida no sería la misma, pero no estaba arrepentida de la decisión de tener a ese bebe.
Se sobresaltó ante el repentino sonido del teléfono de su casa. Giró y lo tomó.
—Diga —dijo.
—Vanessa, ¿ya lo llamaste? —le preguntó ella. Se tensó al instante.
—No, no lo llamé, Brittany —dijo.
—¿Y qué demonios estás esperando? ¿Estar pariendo al niño? —le preguntó. Vanessa cerró los ojos y se masajeó el puente de la nariz.
—No sé si sea buena idea buscarlo y decirle esto, Britt.
—Vanessa, lo hemos hablado un millón de veces —suspiró —Zayn tiene todo el derecho del mundo de saber sobre el bebé.
—Pero necesito tiempo —dijo ella.
—No, Vanessa, no hay tiempo. Los días pasan y se van a convertir en meses. No puedes pretender decirle que va a ser padre cuando estés pariendo.
Vanessa respiró profundamente. En eso ella tenía razón. Lo mejor sería decírselo ahora y que él decidiera que quería hacer.
—Bien —murmuró —Voy a llamarlo para decirle todo.
—¡No puedes decírselo por teléfono, Vanessa! —la retó —Es algo muy delicado.
—¿Y qué quieres que haga? —preguntó nerviosa.
—Que lo llames y le digas que te gustaría verlo, para hablar con él de algo... importante.
—Pero... pero...
—Vanessa, no eres una niña. Tienes que hacerlo. Yo ya no me aguanto las ganas de contarle a Niall que vamos a ser tíos...
—¡Ni se te ocurra!
—Lo sé, no voy a hacerlo. Pero tú si tienes que hacerlo.
—Britt, hay una gran posibilidad de que Zayn no quiera hacerse cargo o crea que no es suyo.
—Que se atreva a alguna de las dos y voy a colgarlo de las pelotas —aseguró la rubia.
—Pero no puedes obligarlo, Britt. Él esta en todo su derecho de negarse.
—Claro que no, Vanessa —dijo ella algo ofendida —Aquí ambos son culpables. Los dos tuvieron sexo desenfrenado y sin cuidado. Tú lo gozaste, él lo gozó... ahora ambos van a hacerse cargo de ello.
Vanessa asintió con los ojos cerrados. Ella tenía toda la razón. Pero, ¿Cómo no sentirse asustada? Nada sabía de ese hombre. Bueno, lo había 'conocido' un poco más gracias a todo lo que Brittany le había contado.
Suspiró, ya estaba complemente jugada. Tenía que decírselo.
—Bien, Brittany, voy a llamarlo —dijo.
La rubia festejó contenta.
—Recuerda que su número está anotado en un papelito que te pegué contra la heladera. Puede que te atienda Niall. El número no solo da a la casa de Zayn, sino que también da al taller.
—Tengo miedo, amiga...
—Tranquila, Vane, todo va a salir bien. Ahora te dejo, que tengo que seguir arreglando las cosas aquí en la casa de Ni.
—Está bien, Britt. Hablamos luego. Te quiero, hermana.
—Y yo a ti, cariño. Muchísimo —dijo y colgó.
Vanessa se levantó de la cama y salió de su habitación. Era sábado y el frío era cada vez más notorio en Nueva York. Se acercó a la ventana de su departamento y observó la ruidosa ciudad. En algún momento de su vida se mudaría a un lugar más tranquilo.
Entonces, de repente, sintió esas terribles ganas de comer frutillas otra vez. Sonrió y se miró la panza.
—Eres insistente, ¿verdad? —le preguntó y acarició su vientre sobre la ropa de dormir.
Fue hacia la cocina y buscó la fruta que tanto ansiaba. Tomó el tarrito de frutillas con azúcar que había preparado para el desayuno, pero que no había podido comer porque había ido corriendo al baño a vomitar. Era asombroso ver como de un momento a otro odiaba y amaba una comida. Se acercó a la mesa y se sentó.
Comenzó a comer y sintió un gran alivio. Jamás en la vida comer frutillas había sido tan genial. Tal vez estar embarazada no era tan malo.

''¿Cómo es Vanessa?''
Nick lo miró divertido.
''¿Por qué tanto interés en mi prima?''
''Solo quiero saber''
''Es una gran persona, una excelente amiga y sobre todo la cosa más dulce del mundo. Lastima que su propia familia le da la espalda y le hace la vida imposible...''
Él sacudió la cabeza y se propuso concentrarse de una vez por todas en el maldito auto que estaba arreglando. Hacía una semana que no dejaba de pensar en Vanessa. Cuando había tenido la oportunidad de estar a solas con su cuñado, le había preguntado varias cosas sobre ella. Escuchó como el teléfono del taller comenzaba a sonar. Resopló, él estaba metido debajo de un Lamborghini, no podía salir a contestar.
—¡Niall, teléfono! —llamó a su amigo.
—¡Sí, ya lo escuché! —dijo él. Zayn sintió a su amigo y socio pasar por en frente de él hacia el teléfono —¿Hola? —contestó poniendo su voz un poco más grave. Decía que eso atraía a las clientas —Sí, soy yo ¿Quién es? —preguntó curioso —¿Vanessa? —Zayn alzó sorprendido la cabeza, golpeándose la frente contra un caño. Maldijo entre dientes —Wow, nena, es raro recibir tu llamada aquí —aseguró —¿Le pasó algo a Brittany? —su voz había cambiado radicalmente. Zayn logró salir torpemente de bajo del auto. Se puso de pie y se sacudió un poco, para luego acercarse a donde estaba Niall.
—¿Quieres hablar con él? —miró a Zayn alzando ambas cejas —Sí, sí, ya te lo paso.
Niall tapó con su mano el lado del teléfono por el que Vanessa podía escucharlo.
—¿Es Vanessa? —preguntó Zayn aun sin creerlo del todo.
—Sí, es Vanessa. La Vanessa con la que 'pecaste' de sobremanera. No seas descortés con ella, ni nada por el estilo. Brittany es capaz de castrarte si lo haces.
Zayn asintió y tomó el teléfono. Se le secó la garganta y tragó saliva. Respiró profundamente y decidió hablar.
—Hola —dijo. No obtuvo respuesta inmediata, pero si escuchó su respiración —¿Hola?
—H... Hola —dijo nerviosa. Zayn se sintió más nervioso que antes. Volvía a escuchar su voz.
—¿Cómo estás? —le preguntó acomodando su garganta.
—Pareces imbécil —le murmuró Niall. Zayn lo golpeó levemente.
—Bien, gracias —dijo ella —Seguramente estás sorprendido por mi llamada...
—Bastante —asintió él —Pero no me desagrada.
Ella rió quedamente. Zayn sonrió bobamente. Una de las cosas que más le había gustado de Vanessa era su sonrisa y su risa. Simplemente era encantadora cuando lo hacía.
—Puede parecerte extraño, Zayn... pero me gustaría que nos veamos.
—Hoy mismo, ¿te parece? —le preguntó apresuradamente. Vanessa se quedó en silencio, sorprendida porque aceptara tan rápido.
—Sí, me parece bien —asintió.
—¿A qué hora? —inquirió él.
—Son las 3.30 de la tarde —dijo ella y respiró profundamente —Si no estás ocupado podemos vernos a las 6
—Claro que puedo —asintió. Su corazón latía con fuerza —¿En dónde?.
—¿Conoces el bar Charles de la 5ta Avenida? —le preguntó ella.
—Sí, lo conozco —dijo —Nos vemos allí.
—Seguro —rió levemente —Gracias por tu tiempo.
—No es nada —aseguró él —Hasta dentro de un rato.
—Ajá —parecía realmente nerviosa —Adiós.  

Camila🌼

Es ComplicadoWhere stories live. Discover now