Que sí, que no

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Capitulo 67:

Ella parecía tranquila, demasiado tranquila. Claro que se podía deber al hermoso momento que acababan de compartir al ver a su hija, y a que compartieron opiniones sobre su futuro nombre. El invierno era cada vez más frío, pero ese día el sol calentaba un poco, haciendo el día agradable. Ella llevaba tacos, siempre los tenía puestos. Él no comprendía por qué... parecían ser tan incómodos. También llevaba puesto un adorable gorrito blanco y caminaba con las manos metidas en los bolsillos de su tapado.
Cada vez que ambos respiraban por la boca, soltaban un pequeño humo. El sonido del tráfico los envolvía. Zayn divisó un pequeño bar.
—Podemos ir allí —le indicó.
—No —dijo ella. Él la miró —Estamos cerca del Central Park, vayamos allí... tengo ganas de comprar una manzana acaramelada.
—Bueno —asintió algo confundido.
Siguieron caminando uno al lado del otro, pero sin emitir palabra alguna. Eso era raro. Antes ellos siempre hablaban... de cualquier cosa. De repente ante sus ojos el inmenso parque se hizo presente. Llegaron y sin dudarlo Vanessa comenzó a buscar a un vendedor ambulante. Últimamente no había muchos, pero esperaba encontrar alguno. Moría por una de esas manzanas.
Luego de encontrar al bendito vendedor de dulces, y de luchar, brevemente, por pagar una pequeña manzana acaramelada (que Zayn pudo ganar y pagó sintiéndose orgullos de si mismo), se sentaron en una pequeña banca. Vanessa mordió su manzana, y disfrutó del sabor. Se sentía tranquila, no quería pelear con él (por eso lo había dejado pagar), en cierto modo ahora estaba muy en paz. Ver a su hija la había hecho reflexionar en muchas cosas.
—¿De qué... querías hablarme? —le preguntó ella rompiendo el silencio y volvió a morder la manzana. Él la miró y quedó observando su perfil. El sol jugaba con sus rasgos. ¿Qué era lo que ella le había hecho?
—Yo... no lo sé —dijo como un bobo.
—Bien —asintió —Yo quería decirte que lo siento.
Zayn frunció el ceño.
—¿De qué estas hablando? —le preguntó.
—Siento todo lo que pasó, Zayn... Las cosas se fueron de control —ella lo miró al fin. Él tragó el nudo que tenía en el pecho —No tenía que ser así.
—Vanessa...
—Y es mentira —lo interrumpió.
—¿Qué cosa? —quiso saber.
—Lo que te dije en tu casa cuando me fui... yo no deseé jamás haberte conocido. Solo estaba aturdida, y dije cosas sin pensarlo.
—Lo sé —asintió. Ella le sonrió con los labios sellados, y volvió a morder su manzana.
Zayn no sabía de qué hablarle... en realidad sí, pero no encontraba la forma.
—Y hay algo más que debes saber —le informó haciendo que él volviera a concentrarse en mirarla.
—¿Qué?
—Hilary me llamó hoy para pedirme que fuera la organizadora de la boda... y le dije que sí.
Él la miró bien, luego sacudió la cabeza.
—¿Qué? ¿Organizar la boda tú?
—Sí —asintió mientras suspiraba —Dijo que no podía sola, y como yo he estudiado muchas cosas y tengo más contactos podía ayudarla.
—No —sentenció él.
—Voy a hacerlo, Zayn —le aseguró – Necesito hacerlo...
—¿Por qué? —quiso saber él —¿Para qué, Vanessa?
Ella pensó unos segundos en aquellas palabras. Sabía para qué... para poder aceptar aquello, para poder sacarse de la cabeza que las cosas entre ellos no iban a pasar jamás. Zayn siempre iba a ser el padre de su hija, nada más.
—Para que tengas una linda boda —le contestó.
—Eso es absurdo... no tiene sentido —exclamó —Vanessa... yo no amo a Hilary.
Ella no lo miró, simplemente siguió comiendo, fingiendo que no lo había escuchado.
—Pero aun así vas a casarte con ella porque ese es tu deber —le dijo —Porque la lastimaste demasiado, porque vas a tener un hijo con otra... no importa si no la amas, tienes que hacerlo.
—No, no quiero hacerlo...
—Es tarde, Zayn, ella ya empezó. Y yo también...
—¿A qué te refieres? —preguntó.
—A Alex... él y yo... estamos saliendo.
Eso fue como recibir un tremendo balde de agua fría. No, aquello no podía ser verdad. Él acababa de hablar con el doctor y no había dado ningún indicio de que estuviera tiendo algo con ella. Aquello era mentira, él lo sabía.
—Oh —se limitó a decir. No iba a dejarle ver que estaba desconcertado —Me alegro por ti entonces...
Se miraron fijo durante unos incontables minutos. Ella ya no podía seguir comiendo aquella enorme manzana.

—Espero que...
—Cállate, Vanessa —le pidió —Cállate porque estoy a esto de mandarlo todo al carajo... Toda mi vida he pensado en los demás, siempre. Es algo que esta en mi naturaleza... pero ya no puedo, ya no puedo más... No voy a casarme con Hilary, Vanessa, no voy a condenarla a una vida sin verdadero amor, y no voy a condenarme a mí tampoco.
El corazón de Vanessa comenzó a latir a la velocidad de un tren. Él no tenía que decirle aquello, no. Iba a arruinarlo todo, todo. Cerró los ojos intentando calmarse... respiró dos veces por la nariz y luego soltó el aire. Abrió los ojos para volver a mirarlo.
—¿Y qué se supone que tengo que hacer con eso? —le preguntó ella.
—Nada, absolutamente nada... —sonrió sin ganas —Esto no lo estoy haciendo por ti, Vanessa, no te sientas culpable. Por primera vez lo hago por mi mismo.
—Zayn...
—¿Qué? —le preguntó.
Ella dejó caer la manzana sobre el pasto y se acercó a él, uniendo sus labios en un beso que a él lo tomó realmente por sorpresa. Pero la sorpresa se fue en un instante, se fue volando. Simplemente no podía resistirse a ella, le era imposible. Y además... era la primera vez que era ella la que tomaba la iniciativa (sin presiones, sin alcohol). Su corazón latió desbocado. Su boca tenía un suave sabor a dulce.
La acercó más, colocando una mano en su nuca, y haciendo que el beso fuera más profundo. La soltó, solo para besar, muy despacio, el resto de su rostro.

Primero sus ojos, luego su nariz, sus mejillas, para luego volver a sus labios. Esta vez fue más suave, acariciando su boca de terciopelo.
Se alejaron solo un poco, sus respiraciones agitadas y frías se mezclaron. Se miraron fijo a los ojos, hablándose sin hablar.
—Esto no está bien... —murmuró preocupada.
—Claro que está bien —sonrió él y le acarició la mejilla —Porque si de algo acabo de estar seguro, Vanessa, es de que lo que siento por ti... va más allá del motivo de que vamos a ser padres.
—Zayn... pero... ¿Y Hilary? —inquirió.
Dios aquello, aquello iba a ser desastroso. Iban a lastimar demasiado aquella mujer, aunque fuera una perra en el fondo.
—Ella va a estar bien, cariño —aseguró y la besó cortamente. Pero no pudo evitarlo y volvió a besarla. Es que no podía evitarlo... al fin estaban yendo por el buen camino. Él sabía bien que aquello era correcto —Te aseguro que estará bien...

Camila.

Es ComplicadoWhere stories live. Discover now