Amara

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Capitulo 65:

Ella caminó por el largo pasillo y se detuvo frente a la puerta de madera del viejo edificio en donde se encontraba el consultorio de Alex. Antes de entrar miró a su alrededor para ver si lo divisaba pero no, no había señales de él. Quizás lo había olvidado. Se le contrajo el estomago. ¿Cómo podría haber olvidado que habían quedado para la primera ecografía en donde se vería claramente a su bebé? Sacudió la cabeza, él era el que se iba a perder de semejante acontecimiento.
Dos semanas habían pasado desde que ella se había ido a vivir con su madre. Dos semanas habían pasado desde que se había enterado de que él iba a casarse. Dos semanas muy largas y algo tristes. Porque de una u otra forma no lograba sonreír con naturalidad. Muy pocas cosas la ponían de buen humor, muy pocas cosas la alegraban.
Y ella sabía muy bien cual era el motivo. Por alguna razón extrañaba verlo. La última vez que lo había visto había sido ese día en el que se fue. Después se habían mantenido comunicados por teléfono. Pero las charlas eran monótonas. Extrañaba estar en el taller, extrañaba los chistes de Niall... Extrañaba que él tocara su vientre. Pero sabía que solo era cuestión de tiempo. Tenía que desacostumbrarse, nada más.
Soltando un suspiro entró al consultorio. Isa se puso de pie y le entregó una dulce sonrisa, para luego acercarse a ella y abrazarla levemente.
—Te estaban esperando —le informó. Vanessa frunció el ceño.
—¿Me estaban? —inquirió.
—Sí —asintió la mujer sin dejar de sonreír —El señor Malik llegó hace más de diez minutos. Él y Alex están metidos en el consultorio...
Vanessa se puso blanca. Estaba segura de que nada bueno podría salir de Zayn dentro de una habitación con Alex. Miró la hora en la pared y apenas eran las cuatro en punto.
¡Ella le había dicho muy bien que era a las cuatro!
Isa la acompañó hasta la puerta y tocó. Sin esperar ningún permiso abrió y la empujó levemente. Ambos hombres la miraron, y a ella se le aceleró el corazón. Se sorprendió al darse cuenta de que el aire no había tensión. Más bien... todo parecía muy calmo. Alex estaba sentado despreocupadamente detrás del escritorio y Zayn se había sacado el abrigo y lo había colgado en el perchero. Frunció el ceño... ¿De que iba todo aquello?
Isa se fue cerrando la puerta despacio. Vanessa dejó sus cosas a un costado y por el rabillo del ojo vio que ambos se ponían de pie.
—Pensamos que no llegarías más —habló Alex. Ella forzó una sonrisa.
—La consulta era a las cuatro —le respondió —Y son las cuatro...
—Sí, yo llegué algo temprano —murmuró Malik-estaba muy ansioso.
Ella al fin se armó de valor para mirarlo. Las ganas de agarrar su cartera y revoleársela en su maldita cabeza la invadieron. Pero solo se limitó a observarlo.
¿Era su impresión o estaba más flaco? Se lo veía cansado, algo ojeroso... abatido. El corazón se le estrujó en medio del pecho. Tragó para deshacer el nudo en su garganta.
—¿Podemos comenzar? —pidió para poder salir de aquel incomodo silencio.
—Bien, voy a ir a buscar un par de cosas —dijo Alex y más rápido de lo que lleva decir: Hola, ¿Qué tal?, salió dejándolos solos.
—Tu... tu panza creció mucho —habló él luego de unos incontables segundos.
—Sí —asintió ella que seguía parada como una estatua en su lugar.
—He extrañado verla... —sacudió la cabeza —Verlas.
—Bien por ti —murmuró.
—¿Puedo tocarla? —preguntó.
Vanessa mantuvo la mirada fija en la suya y solo asintió. No tenía muchas ganas de hablarle... mejor dicho no encontraba la voz para hablarle. Él se acercó despacio, hasta que solo los separaba unos pocos centímetros. Sonrió y a ella le temblaron las rodillas. Llevó sus manos hasta apoyarlas sobre aquel redondeado vientre. La morena dejó de respirar y mantuvo la mirada fija en él. Ahora que lo tenía más cerca los signos de abatimiento que había visto antes eran más notorios.
Zayn antenía la mirada fija en la panza y sonreía con los labios sellados mientras dibujaba pequeñas caricias con sus manos. La había extrañado... a ella y a su linda panza. Desde el día que había decido marcharse ya nada era igual. Él era un completo infeliz. Su casa era un infierno. Su trabajo era aburrido. Incluso Niall parecía desanimado desde que Vanessa no rondaba por allí dándole ordenes.

Y en los últimos cuatro días había estado más ansioso que nunca. Ella lo había llamado para decirle que iría a hacerse la ecografía de los cuatro meses y además sería en 3D. Casi no había podido dormir. Y aquí estaba hoy, sintiéndose un completo idiota, acariciando el lecho de su bebé.
—¿Estás bien? —preguntó ella sacándolo de sus pensamientos. Él alzó la mirada sorprendido.
—Sí, sí, estoy bien —le contestó —¿Por qué?
—Porque pareces cansado...
—No —semi sonrió —Solo he tenido mucho trabajo...
Mentiroso... Solo has estado trepando las paredes, rogándole a Dios para poder verla.
Alex volvió al consultorio y Vanessa se alejó de Zayn como un rayo. El motivo por el cual ella pudo haberse alejado de esa manera no le gustó para nada.
Sacudió la cabeza, recordando que él no tenía ningún derecho sobre ella, ni sobre las personas con las que quisiera salir. Pero para su buena suerte, parecía que el doctor no estaba interesado en la morena de otra forma que no fuera amistosa.
—Bueno, Vanessa, acuéstate aquí —le indicó.
Ella dejó sus cosas sobre una de las sillas y se recostó con cuidado sobre la camilla. Su panza se hizo más notoria aun. El corazón del moreno comenzó a latir con fuerza.
¡Por Dios, era increíble lo rápido que pasaba el tiempo!
Alex se acercó a la maquina la encendió, mientras Zayn tomaba asiento al lado de ella, como la primera vez que habían ido a ese lugar.
Alex apoyó el aparato sobre su vientre y los sonidos colmaron el consultorio. Los tres miraron fijo a la pantalla mientras la imagen se iba haciendo cada vez más clara.
—Oh Dios... —murmuró la morena.
Allí estaba, una pequeña carita con ojos cerrados. Tenía el ceño levemente fruncido como si supiera que estaba siendo observada.
—Ahí la tienen —dijo Alex contento —Una hermosa niña... ella ya puede chuparse el dedo y empezaron a formarse sus cuerdas vocales y huellas dactilares. Ya percibe las diferentes intensidades de luz. Todavía no comenzó a moverse demasiado, pero solo espera un mes más y verás que tendrás a una pequeña nadadora dentro de ti.
—Es hermosa —dijo Zayn sin poder creer lo maravillosa que podía llegar a ser la vida —¿Puede escucharme?
—Según muchos, recién empiezan a escuchar a partir del sexto mes... pero yo no estaría tan seguro. ¿Por qué no le hablas y vemos si reacciona ante la voz de su padre?
Malik miró a la morena que sonreía con los ojos llenos de lágrimas.
—Yo creo que se parece a ti —sonrió ella.
—Mmmm... no lo sé —dijo pensativo —Luego debatiremos a quien se parece más. Pero ¿sabes? He estado pensando en nombres...
—¿Si? —inquirió sorprendida —¿En que nombres pensaste?
—Amara...
—¿Amara? —preguntó —Es la primera vez que lo escucho.
—Significa: eternamente bella —dijo sonriendo y con la mirada fija en la pantalla en dónde aun se veía el rostro de su hija —Es perfecto para ella.
—Me gusta —murmuró ella. Él volvió a mirarla.
—Pero hay muchísimos nombres más, Vanessa, podríamos seguir buscando.
—Nono —negó levemente —Me gusta Amara... Es original, es perfecto. Amara Kathleen Malik Vanessa.
—¿Kathleen? —dijo él —¿El nombre de mi abuela?
—Bueno... pensé que iba a gustarte también. A tu abuela le gustaría mucho que su bisnieta tuviera su nombre.
Él la miró fijo por incontables segundos. Las ganas de acercarse a ella y besarla hasta que ambos estuvieran sin aire lo invadieron.
—Bien, hemos terminado —indicó Alex, interrumpiendo el profundo silencio.
Vanessa se incorporó un poco mientras con un pedazo de papel se limpiaba el resto de gel que quedaba sobre ella. Luego se bajó la remera y se puso los zapatos. Zayn dirigió sus pasos hacia el escritorio y tomó sus cosas. Vanessa copió su acción.
—¿Me vas a dar un DVD como la primera vez? —preguntó ella.
—Exacto —asintió Alex —Es para las abuelas...
—Van a volverse locas —sonrió Zayn.

Camila.

Es ComplicadoWhere stories live. Discover now